«Los implantes son una revolución»

¿Cómo ha cambiado la práctica clínica en estos 50 años?

J. M. Tejerina: El paciente es mucho más consciente. Va con más periodicidad al dentista y se anticipa a los problemas. De este modo, los tratamientos pueden ser más leves; y cuanto más leves, más exitosos.

¿Es muy frecuente la enfermedad periodontal en los adultos?

I. Rodríguez: Sí, es francamente frecuente en los mayores de 35 años. Casi el 90% tiene algún tipo de enfermedad periodontal. Otra cosa es la gravedad de la misma. Algunos tienen gingivitis y otros ya afectación del hueso.

¿Cuáles son los síntomas?

I. Rodríguez: Lo que más llama la atención es que sangra al cepillarse o al comer. También la movilidad de los dientes y la halitosis.

¿Si salen heridas en la encía, debería preocuparme?

P. Tejerina: Sí, una herida en la encía puede tener relevancia a nivel sistémico o pueden ser premaligna. Es conveniente que vaya a una revisión en su dentista habitual.

¿Una vez detectada la enfermedad periodontal, tiene solución?

I. Rodríguez: Si es menos grave, como la gingivitis, podemos tratarla fácilmente. Si se demora puede haber pérdida de hueso que no se puede recuperar. Por eso conviene iniciar el tratamiento cuanto antes.

¿Es inevitable la pérdida de algunas piezas?

P. Tejerina: Los factores de riesgo aumentan con la edad. Pero se puede evitar con buenos cuidados de higiene personal, controles profesionales y si hay algún problema hacer un diagnóstico lo antes posible para minimizar el tratamiento.

¿Por qué se considera que la implantología es una revolución?

P. Tejerina: Ha cambiado las soluciones y nuestra forma de manejar los problemas. Hay circunstancias en las que no tiene sentido intentar conservar un diente que tenga un tratamiento muy costoso y con un pronóstico muy incierto. Ahora tenemos una solución muy segura con los implantes.

¿Pueden durar toda la vida?

P. Tejerina: Sí. Siempre que les demos los cuidados necesarios y un control periódico.

¿Los notaré como algo extraño a mi cuerpo?

I. Rodríguez: Una de las ventajas que tienen es que se perciben como propios. No como con las prótesis.