Tuits menstruales a favor del aborto
Cientos de mujeres describen su regla al primer ministro irlandés para pedir que cambie la legislación en vigor
lourdes gómez
Sábado, 7 de noviembre 2015, 12:05
«Mi segunda regla en un mes. ¡Vaya! Al menos sé que no estoy embarazada. Qué afortunada soy, ¿no es cierto, Enda?». Un mensaje sobre intimidades femeninas para un destinatario muy público. Enda Kenny, primer ministro de Irlanda, está en la diana de una intensa campaña en las redes sociales demandando la despenalización del aborto en el país. «Como el gobierno se preocupa tanto de nuestras partes reproductivas, me parece justo que expliquemos a nuestro líder todos los detalles de nuestro ciclo mensual», tuiteó la impulsora de la iniciativa, la humorista y actriz Gràinne Maguire.
Irlanda tiene una de las legislaciones sobre el aborto más restrictivas del mundo. Solo ante el inminente peligro de muerte de la madre se consiente interrumpir el embarazo. El derecho a la vida del feto ha de respetarse incluso en casos de violación o incesto. También cuando se pierden las esperanzas de que la criatura nazca con vida, la mujer ha de seguir encinta los nueve meses habituales.
Interrumpir el embarazo se castiga con hasta 14 años en prisión. Además, las personas o asociaciones que dan información sobre el aborto se arriesgan a recibir multas de 4.000 euros. Pero las severas restricciones no evitan que las irlandesas aborten. Unas 4.000 mujeres viajan a otros países de Europa por este propósito cada año, según datos de Amnistía Internacional. Otras estadísticas sugieren que al menos diez irlandesas abortan cada día en Reino Unido.
«Nos quitarán nuestros derechos humanos, pero nunca nos quitarán nuestro sentido del humor», escribe Maguire. «Cuando me baja la regla me gusta comer chocolate y llorar por la carencia de autonomía corporal», desvela otra usuaria. Los tuits dieron dieron la vuelta a Twitter.
Muchas otras irlandesas se sumaron a la campaña electrónica, bautizada como «deroga la octava» para reclamar la eliminación de la enmienda 8 de la Constitución de la República, que reconoció en 1983 igualdad de derechos entre la mujer y el feto. En 2013, la ley de Protección de la Vida durante el Embarazo incluyó la única excepción vigente, que permite la intervención en caso de riesgo inminente para la vida de la madre. Esta reforma, repudiada por los conservadores, se produjo tras una evitable tragedia: la muerte de Savita Halappanavar, dentista de origen indio. La mujer ingresó en un hospital de Galway por complicaciones en su embarazo pero los médicos respetaron la letra de la Constitución que prohibía el aborto clínico mientras el feto siguiera respirando. Ni la madre ni el niño se salvaron.
El escándalo forzó al Gobierno a actuar, pero el poderoso colectivo provida logró limitar las terminaciones a casos excepcionales de peligro de muerte de la madre. El aborto sigue penalizado, como recuerdan las mujeres que están informado a Kenny de la sangre que han perdido en la última menstruación o le cuestionan si sería mejor usar tampones o compresas los primeros días de la regla.