Se enfrenta a 37 años de cárcel por bromear en Facebook sobre la mascota del Rey de Tailandia
El artículo 112 del Código Penal no entiende de bromas contra quien osa «insultar, difamar o amenazar» al soberano o a sus allegados
ivia ugalde
Miércoles, 16 de diciembre 2015, 04:39
En Tailandia hay que andarse con mucho ojo cuando se habla de la perra favorita del rey Bhumibol. Porque burlarse de Tongdaeng es meterse, y de qué manera, con la corona. Da igual que sea una nota de sarcasmo esparcida con inocencia en internet. El castigo es severo. Y Thanakorn Siripaiboon, un joven de 27 años, acaba de comprobarlo en sus propias carnes. Se expone a pasar 37 años tras las rejas por un delito de lesa majestad y otras acusaciones. El artículo 112 del Código Penal no entiende de bromas contra quien osa «insultar, difamar o amenazar» al soberano o a sus allegados. Claro está que la querida mascota de pelaje cobrizo es un miembro más de la familia.
Lejos estaba de imaginar Siripaiboon el revuelo que causaría al compartir en Facebook tres imágenes del can con divertidos comentarios. Fue razón suficiente para ser arrestado de forma inmediata y recluido en régimen de incomunicación. Las críticas, en realidad, le vinieron como anillo al dedo a la junta militar. El joven ya estaba en el punto de mira por haber dado me gusta a una información que involucra al Ejército en un caso de corruptelas por la construcción de un parque en la localidad de Hua Hin.
Desde el golpe de Estado que dieron en mayo de 2014, las Fuerzas Armadas han apretado el puño en Tailandia. En los últimos meses, dos personas han sido condenadas a 25 y 30 años de prisión por difundir y comentar en el ciberespacio fotografías que dañan la imagen de la corona. Ya el año pasado otro hombre fue acusado y llevado ante un tribunal militar por censurar una alabanza del rey a su mascota preferida. Mientras, continúa incesante el goteo de detenciones de periodistas, políticos y académicos.
Nadie duda a estas alturas de que la perra del rey más longevo del mundo, de 88 años, sea una auténtica estrella. Casi una deidad merecedora de que el propio monarca le haya escrito en 2002 un libro titulado La historia de Tongdaeng. «Es respetable, con la educación apropiada; modesta y conoce el protocolo», describió Bhumibol, maravillado por su incondicional amiga. El texto ha arrasado en las librerías de todo el país asiático y ha vendido más copias que el mismísimo Harry Potter.
Estrella en una película
El monarca, que despierta un profundo cariño entre sus súbditos, les enterneció el corazón al contarles cómo la había rescatado en 1998 de un callejón. Desde entonces la utiliza como ejemplo para instruir a toda una nación. Bhumibol invita a los tailandeses a mirarse en el espejo de su noble mascota e imitarla. Las razones: siempre ha permanecido a su lado, es fiel, humilde, valiente, agradecida y no es arrogante ni engreída, «a diferencia de otros» cuando adquieren cierta relevancia social.
Cierto es que Tongdaeng es inseparable de su amo hasta en las fotos oficiales y su popularidad ha subido otro peldaño al dar el salto a la gran pantalla. El productor de cine Vinij Lertratanachai ha estrenado una cinta de dibujos animados en honor al leal can. Se llama Khun Tongdaeng: The Inspiration. La elección del apelativo respetuoso khun supone una prueba más de las reverencias que recibe a diario la mascota. El precio de la película tampoco resulta baladí. En total, ha costado 4 millones de dólares (3,66 millones de euros). Eso sí, en solo unos pocos días se ha convertido en la segunda más vista del país.
El éxito cinematográfico de la perra de Bhumibol pretende maquillar el miedo que se palpa en Tailandia por el delicado estado de salud del rey, en el trono desde 1946. Las alarmas saltaron con fuerza cuando el 5 diciembre el monarca volvió a ausentarse por segunda vez consecutiva a la celebración de su cumpleaños. Los tailandeses saben que el soberano sufre hidrocefalia y una severa afección pulmonar. Su última aparición fue en un hospital el pasado mes de septiembre .
La sola idea de que pueda faltar genera nerviosismo en una sociedad profundamente jerarquizada y polarizada en la que es visto como un dios. Su rostro ha estado omnipresente estos días en las televisiones y su hijo, el príncipe heredero Maha Vajiralongkorn, lideró una marcha ciclista por el 88 aniversario del monarca. Desfilaron cientos de miles de tailandeses por Bangkok con camisetas alegóricas. Y una vez más saltó a la palestra el delito de lesa majestad cuando se denunció que algunas elásticas eran «falsas».
Los militares aprietan las tuercas ante la más mínima oportunidad. Se blindan ante el cambio y dejan muy claro que el rey, su perra y el hermético sistema son intocables. El que les desafía, lo paga.