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El padre Genaro Fueyo.
El Papa Francisco reconoce a  los mártires de Nembra, en Aller

El Papa Francisco reconoce a los mártires de Nembra, en Aller

La Iglesia autoriza la inclusión en el listado del padre Genaro Fueyo y otros tres laicos asturianos, Isidro Fernández, Segundo Alonso y Antonio González,

R. MARTÍNEZ

Sábado, 23 de enero 2016, 00:34

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El Papa Francisco, tras recibir en audiencia al cardenal Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Monseñor Angelo Amato, autorizó a dicha congregación a publicar «los Decretos de Martirio de los Siervos de Dios Genaro Fueyo Castañón, sacerdote diocesano, y tres compañeros laicos, todos ellos pertenecientes a la Archidiócesis de Oviedo, y asesinados, por odio a la fe, en el año 1936». Son los conocidos como mártires de Nembra: el único sacerdote diocesano de todos los martirizados en asturias que va camino de los altares.

Don Genaro Fueyo fue asesinado a los 72 años, cuando era párroco de la localidad de Nembra, en Aller. Según cuentan las crónicas, 18 milicianos -de los que cuatro eran mujeres- le metieron el 21 de octubre de 1936 a empujones en la iglesia y tras torturarlo con un cuchillo le pegaron un tiro en la cabeza. Aquel mismo día acabaron del mismo modo con las vidas de Isidro Fernández Cordero, minero de 43 años, casado y padre de siete hijos, y Segundo Alonso González, minero de 48 años, casado y padre de doce hijos, ambos miembros, al parecer, de la adoración nocturna. Al joven Antonio González Alonso, soltero de 24 años y estudiante de Magisterio en la Escuela Normal de Oviedo, le habían matado varios días antes. Buena parte de esta historia está recogida gracias al párroco de San Nicolás de Bari, Ángel Garralda (Güesa, Navarra, 1923), que mantiene fresca en su memoria el asesinato de numerosos sacerdotes, muchos de ellos profesores suyos en el seminario de Comillas, y los ataques a la Iglesia en los convulsos años 30. «Entre 1934 y 1937, el 16% del clero diocesano de Asturias fue martirizado; 193 mártires entre sacerdotes, religiosos y seminaristas», explicaba en su día el párroco a LA VOZ DE AVILÉS.

«Damos gracias a Dios por el testimonio heroico que estos hermanos dieron por amor a Jesucristo, perdonando a quienes les asesinaron», señaló el Arzobispado de Oviedo en un comunicado.

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