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Un adiós que suena con muchos acentos
El fallecimiento del escritor Luis Sepúlveda acapara portadas y titulares en la prensa escrita y en la digital de países como Chile, Francia, Italia y Portugal
ana ranera
Sábado, 18 de abril 2020, 03:19
El adiós esta vez sonó en diferentes idiomas, aunque en todos dolió con la misma fuerza pronunciarlo. El fallecimiento del escritor Luis Sepúlveda, chileno de nacimiento y gijonés de adopción, ocupa portadas en muchos países del mundo y llena de llorosos titulares la prensa en papel y también los digitales. Desde su Chile natal a su querida España pasando por Portugal, Francia e Italia, entre otras muchas naciones, se extiende una unánime y emotiva despedida a este contador de historias.
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En el periódico chileno 'El Mercurio' sentían cómo se fugaba del mundo un emblema: 'Se apagan las leyendas: Luis Sepúlveda muere en España', titulaban, y recordaban en sus textos que era «la figura ideal del escritor latinoamericano de fin de siglo: caído de las guerrillas que contaba historias para todos». Seguían las lágrimas en la prensa del país andino, en 'El Día' con un contundente 'El mundo literario llora la partida de Luis Sepúlveda' y repasaban la huella que deja «esta alma libre y viajera». En la misma línea lo contaban en 'El Diario de Atacama', donde también se hacían eco de la intención de nombrarlo hijo adoptivo de Gijón.
A este lado del charco, en Italia, se sucedían también las palabras de recuerdo para Sepúlveda. En la portada de 'Il Messaggero' se podía leer: 'El virus apaga la fábula de Sepúlveda'. Y en este mismo periódico, les costaba imaginar un autor que fuera «más militante» y que consiguiera tanto como él «hacer pensar a la gente, obligarla a pensar». Mientras tanto, en 'La Repubblica' lo recordaban como «un viajero con pasos obstinados» y recorrían su vida de la mano de su prolífica literatura.
Escribían en el francés 'Libération' que tenía «el silencio pedregoso y oceánico típico de tantos chilenos» y en 'Le monde' destacaban cómo en su trabajo mantuvo siempre «la marca indeleble de sus batallas y de sus inevitables desilusiones». En Portugal, recordaban en 'Público' su figura como la del «autor chileno más leído de la actualidad», un hombre al que tras sus tantos éxitos le seguía gustando «escribir en la cocina».
Homenajes que resonaron con acentos diferentes, pero con sentimientos comunes de pena y de rabia porque ya no habrá nuevas historias que lleven la firma de quien tantas hiló con sus acertadas palabras.
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