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El amor puede más que la sangre

El amor puede más que la sangre

Los rasgos físicos delataron el error, confirmado por una prueba de ADN, pese a lo cual las familias han acordado que todo siga como estaba

ZIGOR ALDAMA

PEKÍN.

Lunes, 22 de enero 2018, 00:08

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El 11 de marzo de 2015, Salma Parveen dio a luz a un niño en el hospital de Mangaldai, en Darrang, India. Todo fue según lo previsto, así que la pareja regresó a casa con el pequeño Junaid. Pero, al cabo de una semana, Salma sintió que el bebé no era hijo suyo y se echó a llorar. «Me dijo que tenía los ojos demasiado pequeños como para ser nuestro», contó el padre, Sahabuddin Ahmed, al diario 'Times of India'. Decidió entonces ir al hospital para mostrar sus dudas, pero el doctor se limitó a decirle que su mujer debía sufrir alguna enfermedad mental. Vamos, que estaba loca. No obstante, Ahmed logró acceder al registro del centro y descubrió que su mujer había parido casi a la vez que otra llamada Sewali Boro, de la minoría étnica Bodo.

Cuando Parveen lo supo, todo cobró sentido en su cabeza. Esos ojos pequeños son un rasgo de los Bodo, señaló. No obstante, en el seno de la familia de los Boro nadie sospechaba nada. Hasta que llegó la carta que les envió Ahmed, después de haber intentado decírselo a la cara en dos ocasiones. «Fui al poblado en dos ocasiones, pero no reuní el valor suficiente para hablar con ellos», reconoció el hombre, de religión musulmana. Su escrito comenzó a arrojar luz sobre por qué los ojos de Riyan eran tan grandes que todo el pueblo los admiraba.

Sewali y su marido, Anil, respondieron con una invitación para visitarlos. Y cuando pusieron ambos bebés juntos, el error quedó en evidencia. Aun así, pidieron análisis de ADN para cerciorarse. Y, efectivamente, los resultados que se conocieron el mes pasado fueron contundentes: la posibilidad de que los niños sean hijos de las mujeres que creían ser sus madres es cero. El hospital reconoció el error, pero Parveen y Boro descubrieron que los niños no lograban despegarse de quienes los habían cuidado hasta entonces. Intentaron un intercambio, pero los dos rompieron a llorar. «Se agarraban con fuerza a sus madres (adoptivas)», explicó Ahmed.

Cuando intentaron separar a Juanid y Riyan de sus madres rompieron a llorar

Además, ambas habían creado un lazo emocional muy fuerte con Junaid y Riyan. «Se quedará con nosotros y crecerá como nuestro hijo. Incluso su hermana quiere que no se vaya», comentó Boro al diario 'Indian Express'. Parveen ha llegado también a la misma conclusión, así que hace unos días decidieron informar al juez de su negativa al intercambio. Ahora, solo esperan a que concluya el papeleo para que los niños sean oficialmente hijos de quienes no les dieron a luz.

Y no tardarán mucho, porque el magistrado del estado de Assam ha dictado que la vista se celebre este miércoles. Las madres tendrán que llevar por escrito el acuerdo al que han llegado y concluirá así una enternecedora historia que ha demostrado en India cómo sí es posible el entendimiento entre gentes de diferentes religiones -los Bodo son hinduistas- y clases sociales. «Solo queríamos saber la verdad. Ahora que la conocemos, estamos en nuestro derecho de llegar a un acuerdo mutuo que beneficie a nuestras familias y respete los derechos de los niños», apostilló Ahmed.

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