Borrar
Miguel Ángel Hurtado, impulsor de la campaña 'El abuso no prescribe' y víctima del monje Andreu Soler. Archivo

El monasterio de Montserrat concluye que uno de sus monjes fue un «depredador sexual» y un «pederasta»

El hermano Soler murió en 2008 y abusó de niños durante 30 años

Cristian Reino

Barcelona

Viernes, 6 de septiembre 2019

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Andreu Soler, monje benedictino de la abadía de Montserrat, fue un «depredador sexual» y un «pederasta» cada vez más «agresivo». Durante 30 años, abusó de los niños que participaban en el grupo de 'scouts' del que fue director. Estas son las contundentes conclusiones de un informe sobre los abusos a menores encargado por el monasterio de Montserrat tras las denuncias de una de las víctimas, Miguel Hurtado.

Soler murió en el año 2008 y la comisión formada por la abogada Cristina Vallejo, el médico Xavier Pomés y la psicóloga Begoña Elizalde, autores del informe, recibió 12 denuncias contra el monje, que abusó de los menores entre 1972 y 2000. En todos los casos, el modus operandi fue similar: se ganaba la confianza de los menores para abusar de ellos. En algún caso además empleó la violencia. «Se observa con el paso del tiempo un agravamiento del delito y más urgencia en su realización», señala el informe, que habla de que los abusos respondían a un «modo de vida» del hermano Soler, «a un patrón repetitivo sin arrepentimiento, ni propósito de cambio, ni admisión de la culpa». Todas las víctimas tenían entre 15 y 17 años y dos de ellas, 18. El informe detalla que los abusos han dejado «huella y consecuencias emocionales y psicológicas imborrables» en sus víctimas.

La investigación sobre los abusos en el seno del monasterio concluye además que el pederasta actuó con total impunidad durante años. «Se omitió cualquier tipo de actuación» por parte de la dirección de la abadía, señala el informe. En cualquier caso, no precisa si la impunidad fue posible por desconocimiento del abad del monasterio o por un interés de ocultar los hechos por parte de los rectores del templo religioso, como ha ocurrido en la mayoría de los casos relacionados con entidades religiosas. Eso sí, el informe detalla que la rumorología fue lo suficientemente intensa durante años como para haber tomado cartas en el asunto y haber apartado al pederasta de los niños. Por entonces, el abad era Sebastià Bardolet, de 85 años. El actual abad, Josep María Soler, accedió al cargo en 2000 y tuvo conocimiento de una denuncia a los seis meses de ser elegido máximo responsable del centro. Decidió apartar a Andreu Soler de los escoltas, lo envió al Monasterio del Milagro -sin contacto con menores- y se puso a disposición de la víctima y de su madre. El informe ha destapado además dos casos más de abusos sexuales en la escolanía entre 1960 y 1968 por parte de un monje que ya abandonó la vida religiosa.

Perdón

Según Miguel Ángel Hurtado, la primera víctima que decidió hacer públicos los abusos, «existen serias dudas sobre la validez de las conclusiones del informe». Hurtado cree que puede haber más víctimas y agresores y pone en tela de juicio también la investigación porque a su entender ha tratado de «minimizar el daño reputacional de la institución». Según declaró una de las víctimas, sufrió abusos de noche, cuando el monje se introdujo en su cama y le hizo tocamientos en los genitales con la excusa de hablarle de la masturbación. «Entre los compañeros se daba por descontado que Soler tenía la mano suelta», relató. A su juicio, fue inexplicable que nadie en Montserrat interviniera, pues «resultaba evidente que dejarlo a cargo de los jóvenes no era adecuado». Él pertenecía al grupo de 'scouts' que hay en la abadía y que colaboran en el mantenimiento de la misma. En ocasiones dormían en el monasterio.

La abadía de Montserrat y su abad señalaron: «Ante estos casos vergonzosos de abusos a menores cometidos por miembros de nuestra comunidad, pedimos perdón a todas las víctimas y nos ponemos a su disposición». Montserrat llevará el informe a la Fiscalía y al Vaticano.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios