«Aparte del mi hermanu, fáltame el mejor amigu»
«Lo que lloré tres años solo Dios lo sabe. Luego paré y ahora cuéstame mucho»
A. V.
OVIEDO.
Viernes, 10 de septiembre 2021, 01:25
Germán Lorenzo «era un cachu de pan», empieza su hermano, José Antonio, Toño, que, cuando Germán terminó con su vida -con 44 años, depresión y un brote que lo había llevado hacía poco al hospital-, perdió mucho más que a un hermano: «Siempre vivimos juntos, así que fáltame el mejor amigu».
Ya había habido señales de alerta. Como las veces que se quedaba ensimismado y no había respuesta cuando Toño le preguntaba: «Germán, ¿qué te pasa?, ¿tas malu?». O las veces en las que, si algo le salía mal, de repente, soltaba: «Lo mejor ye quitase de en medio». Pero nadie las pudo ver.
Como tampoco pudo ver que la noche en la que Germán se acercó a su cama a «hablar un poco» porque era incapaz de dormirse, «serían las tres o las cuatro» de la madrugada, su hermano estaba diciéndole adiós: «Fue la despedida». A la mañana siguiente, a eso de las ocho, algo no encajaba en la casa que los dos compartían con su madre, octogenaria, en Zureda (Pola de Lena).
«Nos extrañó que no se hubiese levantado, porque él era muy puntual con el ganado», recuerda Toño, que, minutos después, lo encontraba muerto: «Perdí el habla. Quedé fríu. No podía reaccionar. Serían las nueve y hasta la una no se presentaron a hacer el levantamiento del cadáver. Podría escribir un libro sobre cómo te tratan cuando te pasa esto. Desde la forense y la judicial, que me dieron a mí por muerto en los papeles en vez de a él, hasta la médica de cabecera, que me dijo que qué esperaba si estaba esquizofrénico perdido, pasando por los allegados, porque la gente puede llegar a ser muy cruel. Un primo llegó a decirme que vaya mancha para la familia».
De eso hace cinco años. «Lo que lloré los tres primeros solo Dios lo sabe. Luego paré y ahora cuéstame mucho», resume cinco años en los que también ha necesitado tratamiento psiquiátrico para quitarse «una cosa que te queda dentro y no la puedes sacar». Y, aunque Germán tenía problemas de salud mental, desde Abrazos Verdes recuerdan que «en el 40% de los suicidios no hay diagnóstico de enfermedad mental previa».