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Los investigadores con Borja Sánchez, consejero de Ciencia, Innovación y Universidad. PABLO LORENZANA
«En Asturias dicen que tenemos un problema demográfico y es mentira»

«En Asturias dicen que tenemos un problema demográfico y es mentira»

Diez investigadores expusieron sus propuestas para combatir el cambio climático en el coloquio abierto '11 de 11.000'

ANA RANERA

OVIEDO.

Jueves, 5 de diciembre 2019, 17:02

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«Con el cambio climático tenemos que pensar a escala global y actuar a escala local», apuntó el biólogo Alfredo Fernández Ojanguren, durante el coloquio abierto ' 11 de 11.000' que se celebró ayer en el Palacio Conde de Toreno, dentro de las actividades que organiza el Principado para conmemorar la Cumbre del Clima. En el debate, moderado por Borja Sánchez, consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, participaron diez de los once asturianos que firmaron el artículo 'World Scientists. Warning of a Climate Emergency'.

El encuentro comenzó con las distintas propuestas de los investigadores para combatir el cambio climático y continuó con un debate en el que los asistentes también puedieron expresar sus diferentes puntos de vista. La sobrepoblación fue uno de los temas que más revuelo generó en la sala. Alfredo Fernández Ojanguren fue tajante con este asunto: «En Asturias nos dicen que tenemos un problema demográfico y es mentira. Si somos menos, viviremos mejor». En esto coincidía Juan Carlos Illera, «al aumentar nuestra población, incrementamos la necesidad de acceder a los recursos naturales. Tenemos que desarrollar políticas que respeten los derechos humanos en los países en vías de desarrollo».

Las propuestas continuaron y el investigador Germán Orizaola reclamó la eliminación del uso de combustibles fósiles y reivindicó la conservación de los ecosistemas naturales que secuestren el carbono de la atmósfera. Considera que ambas medidas son «muy sencillas y muy rápidas» y que respaldan el lema «ni un grado más ni una especie menos».

La alimentación fue otro de los temas que salió a colación durante el debate. María José Bañuelos hizo hincapié en la contaminación que genera la producción y el transporte de alimentos. Por eso, la botánica apostaría por «limitar las superficies agrícolas y ganaderas que se expanden a praderas naturales, matorrales y bosques, lucharía contra el consumo de alimentos procesados y fomentaría la compra de productos regionales».

«Retener la biomasa vegetal viva» fue la propuesta de Mario Quevedo, pues, según explicó, «las plantas al crecer es cuando absorben más dióxido de carbono del que emiten». En esta misma línea, siguió Jorge Marquínez, quien optaría por restaurar los suelos improductivos y recuperar los ecosistemas naturales. Y es que, como él mismo explicaba: «Existen hectáreas que han disminuido su fertilidad por los incendios repetidos o, en menor medida, por la actividad minera. En estos sitios, se debería promover cubierta vegetal autóctona». Para Patricia Martínez, sería fundamental investigar «cómo conseguir que las plantas se adapten a unas condiciones climáticas para las que, ahora mismo, no están preparadas».

El transporte fue otro de los temas que se puso sobre la mesa. Antonio Torralba opinaba que se debería «potenciar una buena red de transporte público urbano e incrementar las peatonalizaciones en las ciudades». Los últimos en intervenir fueron Beatriz Romeu y Rolando Rodríguez. Romeu incidió en la necesidad de apostar por «mitigar la huella de carbono en las ciudades» y Rodríguez subrayó la necesidad de fomentar «unos hábitos de vida que reduzcan la huella de carbono y un gobierno con políticas que promuevan el autoconsumo de energía colocando paneles solares en las viviendas».

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