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Malagueños en ruta. Marta García y Francis Segovia, en el Mirador del Fitu. Xuan Cueto
Hoteles sobre ruedas en tiempos de pandemia

Hoteles sobre ruedas en tiempos de pandemia

Al alza. Las autocaravanas y furgonetas camper se popularizan en un momento en que los turistas viajan buscando libertad y, más que nunca, seguridad

eugenia garcía | gloria pomarada

Lunes, 6 de julio 2020

«Libertad». Con esta elocuente palabra resumen autocaravanistas y usuarios de camper lo que sienten al viajar por Asturias, España o el mundo con el hotel a cuestas, una tendencia turística al alza desde hace años –crece entre un 20 y un 30% anual– pero que despunta aún más ahora, cuando más que nunca se ansía que el disfrute y la seguridad vayan de la mano.

Conforme el asfalto de las carreteras asturianas se acostumbra a que por él se deslicen con mayor frecuencia caravanas, autocaravanas y furgonetas camperizadas, surge también la polémica. Los usuarios de estos vehículos lamentan sufrir, sobre todo en los meses de verano, cierta «persecución» por parte de algunos ayuntamientos, al tiempo que piden que se respete la normativa vigente y reclaman que se tenga en cuenta el potencial turístico de este sector, a la manera de lo que ocurre en países vecinos como Francia o Portugal.

Lo cierto es que existe una gran confusión respecto a lo que permite la normativa que a menudo –a finales de junio hubo una concentración en Rodiles– genera desencuentros entre autoridades, vecinos y usuarios. Las directivas europeas y el reglamento de circulación las catalogan como vehículos, lo que implica que siempre que estén bien aparcados (sobre sus cuatro ruedas y ocupando el mismo espacio que el vehículo en movimiento), no haya ningún elemento externo –toldos, mesas o sillas– que sobresalga y no emitan ruidos ni fluidos, sus ocupantes pueden pernoctar en el interior al igual que se permite en un coche. Es decir, no es obligatorio que la autocaravana esté en un camping, ni siquiera en un área de autocaravanas, de las que hay 36 públicas en Asturias.

«Libertad» en furgoneta. Los jóvenes suizos Sophie Weidenauer y Nicolas Achanssens, en la playa de Vega. Xuan Cueto

Para reivindicar su potencial como actividad turística y de recreo en la región, el Club Autocaravanista Principado de Asturias –que en el último año ha ganado un 25%de afiliados, hasta llegar a los 266– fomenta el «autocaravanismo responsable». ¿Qué implica esto?. «Saber que, aparte de las leyes de circulación, nos afecta la Ley de Costas, que no permite pernoctar en zonas de dominio marítimo terrestre salvo que estén cedidas a los ayuntamientos y estos lo permitan, y la de Espacios Naturales, con lo que no podemos dormir en Muniellos», enumera su presidente, José Luis Villares. Vaciar las aguas negras y grises «solo en lugares habilitados y respetar los tiempos de permanencia, ya que somos itinerantes y tenemos que movernos», son otras de las reglas del buen caravanista. Pese a que hay voces discordantes, Villares asegura que «somos un turismo que consume, que hace gasto. Recomendamos privilegiar siempre al comercio local, llevar lo justo» para comprarlo en el destino y, al hacerlo, identificarse como autocaravanista para 'limpiar' la posible imagen negativa.

Así hace en Gijón el matrimonio Vega, que cuenta con un taco de tiquets para demostrarlo. Ella, francesa; él, asturiano, llevan décadas veranenado en autocaravana en Asturias y ahora viven en ella: llevan desde antes del inicio del estado de alarma en el parking de El Rinconín. «No entendemos por qué parece que molestamos. Asturias debería aprovechar este tipo de turismo que, además, está desestacionalizado», asegura Manuel. «No se nos tiene en cuenta a la hora de hacer planes turísticos», lamenta su 'vecina' Carmen Navarro, para quien esta es «la mejor forma de viajar en esta época de pandemia».

En el caso de los malagueños Marta García y Francis Segovia, que recorren Asturias y Cantabria junto a sus tres hijos, de 9 meses, 7 y 4 años, en una caravana alquilada, la pandemia no fue el detonante de la elección, pero reconocen que viajar en un hogar sobre ruedas «da seguridad». «Es como tu casa y da más confianza. Además yendo con niños es más fácil cruzar toda España en autocaravana», cuentan desde el Mirador del Fitu, una de sus paradas antes de seguir ruta hacia el Museo del Jurásico (Muja), Cangas de Onís y los Lagos de Covadonga.

Josette y Manuel Vega, en su autocaravana en el Rinconín (Gijón). Arnaldo García

Para los jóvenes Sophie Weidenauer y Nicolas Achanssens la «libertad» es el principal motivo que cada año les lleva a tomar la carretera a bordo de su furgoneta. Residentes en Suiza, llevan dos semanas de viaje y una de sus paradas indispensables está en la playa de Vega, en Ribadesella. «Ya habíamos venido una vez el año pasado, el coronavirus no nos influye, solo teníamos ganas de cambiar de lugar», indicaron.

El auge del sector se vive también en las empresas de venta y alquiler, como Autocaravanas Principado. El alquiler, que para una autocaravana oscila entre los 120 y los 160 euros al día y para una furgoneta camperizada parte de 110 en temporada alta, ha aumentado cerca de un 40% en los últimos cuatro años», señala Ángeles Castañón, dueña de este negocio abierto en 1988. Ella también coincide en que «en Asturias no se valora este sector que mueve mucho dinero». «Esto ofrece autonomía total, libertad pura y dura, y va a seguir creciendo». Tanto es así que, asegura, pese al parón obligado por el estado de alarma ya han recuperado el nivel de matriculaciones.

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