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El Rey que bajó a la mina se aleja del foco
Don Juan Carlos se despide de la vida pública tras un reinado de casi cuatro décadas en el que tejió estrechos vínculos con Asturias
Hoy es el día elegido por Juan Carlos I de España para jubilarse a los 81 años coincidiendo con el quinto aniversario de su abdicación. Y lo hará cultivando su afición taurina en la Feria de San Fernando de Aranjuez, donde presidirá la corrida homenaje a su madre, Mercedes de Borbón, condesa de Barcelona, con morlacos de Carlos Zúñiga (al frente también de la feria taurina gijonesa) y después de comer con buena parte de la Familia Real.
A partir de ese momento, el Rey emérito ya no estará en actos institucionales de manera oficial, tan solo a título personal si lo desea y en ningún caso en representación de la Corona. Una decisión que comunicó a su hijo esta misma semana después de casi cuatro décadas de reinado en el que tejió estrechos lazos con Asturias, interesándose especialmente por la marcha de sus sectores productivos.
Así quedó de manifiesto durante su primera visita al Principado. Exactamente, al pozo Nicolasa, en 1955, cuando era aún un joven Príncipe. Ytambién en su último contacto oficial con la región, protagonizado por Javier Fernández en la reunión que mantuvieron en La Zarzuela el 31 de mayo de 2012.
En aquella ocasión, el Rey emérito, aún convaleciente de su operación de cadera, analizó con el entonces jefe del Ejecutivo asturiano la salud industrial del Principado y, tras el encuentro, el presidente indicó que el monarca estaba «evidentemente preocupado por la situación económica» de la región. Una región que, amén de darle nombre al título del heredero de la Corona española desde que en 1388 Enrique de Trastámara fuese investido como Príncipe de Asturias al casarse con Catalina de Lancaster, ha sido clave en momentos cruciales para el propio don Juan Carlos. Como cuando, en octubre de 1971, acudió a Covadonga. Un acto que se repetiría apenas seis años más tarde, en noviembre de 1977. Aquella vez, con su primogénito como protagonista en su nombramiento como Príncipe de Asturias.
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También Asturias fue piedra de toque para la Familia Real poco después, en octubre de 1981, cuando, con motivo de la ceremonia de entrega de la primera edición de los Premios Príncipe de Asturias, el futuro Felipe VI pronunció su primer discurso en público, en el Teatro Campoamor, flanqueado por don Juan Carlos y doña Sofía.
Juntos habían bajado también los Reyes a las galerías del emblemático pozo María Luisa, en Langreo, durante su primer viaje oficial como Reyes de España, solo siete meses después de ser entronizado.
Ataviados con mono, casco y botas de agua, la Historia lo interpretó como un guiño a la minería diseñado por Torcuato Fernández-Miranda. El gijonés, considerado uno de los guionistas de la Transición, y el ovetense Sabino Fernández Campo fueron consejeros del Rey y alimentaron la vinculación de la Corona con la región, así como el allerano Graciano García, alma de los Premios Príncipe, hoy Princesa.
Una visita que sería el preludio a las muchas que vendrían después. Como aquella en la que inauguró la acería LDIII de Ensidesa, el 20 de febrero de 1989, una ampliación estratégica que supuso en aquel momento la inversión de 50.000 millones de pesetas. O aquella otra en el que, nueve años más tarde, en mayo de 1998, los Reyes visitaron las instalaciones de la factoría de Gijón, donde pusieron en marcha uno de los dos altos hornos. Una ocasión en la que don Juan Carlos también acudió a otra industria puntera, la que Thyssenkrupp tiene en Mieres, o a las minas de oro de Belmonte de Miranda, además de visitar el Foro Jovellanos o los monumentos prerrománicos del Naranco, entre otros lugares.
El interés por el desarrollo económico y cultural de la región por parte del monarca se evidenció también en sus visitas a Clas y Bayer, en 2006, o a las nuevas instalaciones del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega en 2009. Y,en la década de los ochenta, cuando inauguraron la carretera de los túneles de Riaño, celebraron el centenario del tren que unía Asturias con la Meseta y visitaron los astilleros de Avilés para comprobar cómo iban los trabajos de reparación del yate 'Fortuna'.
De Mefasa al Centro de Formación de Hunosa, de la Feria de Muestras a la Universidad Laboral, la conexión de don Juan Carlos con Asturias se cerró como un círculo perfecto por una cuestión mucho más sentimental cuando el heredero de la Corona contrajo matrimonio con una ovetense llamada a ser Reina de España.