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Un caos de cifras para explicar el coronavirus

La metodología de Sanidad ha variado en siete ocasiones desde el inicio de la crisis. El lunes se rebajaron 2.000 fallecidos. En Asturias, 14 salieron de la estadística

Domingo, 31 de mayo 2020, 03:38

La sorpresa fue mayúscula cuando el lunes pasado el Ministerio de Sanidad rebajó la cifra total de fallecidos por coronavirus en 1.918 víctimas y estas pasaron de ser 28.752 a 26.834 en solo 24 horas. Una situación que, aplicando toda lógica podría parecer inexplicable, pero que las autoridades sanitarias justificaron, una vez más, alegando un cambio de criterio en el registro de los datos relativos a la epidemia en España. En el caso de Asturias, las cifras hablaban el 14 de mayo de 317 fallecidos y 2.328 casos que habían requerido hospitalización. Al día siguiente, según las cifras oficiales, se habían producido 303 decesos y 1.088 hospitalizados. Catorce muertos que habían sido diagnosticados y 1.240 pacientes que pasaron por el hospital con coronavirus que, oficialmente, ni fallecieron por coronavirus ni se hospitalizaron por coronavirus. En España, el criterio se ha cambiado hasta en siete ocasiones desde que se empezaron a publicar los datos a finales de enero.

En esta última ocasión, el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, lo achacó a que «notificación y defunción no son lo mismo», que se habían registrado casos duplicados de fallecimientos y que todavía había «cientos de víctimas por ubicar en la lista». El epidemiólogo volvió a culpar a las comunidades autónomas de incluir casos sospechosos o probables pero no confirmados, por lo que se les eliminó del cómputo total.

Desde el pasado lunes ya no se computan las muertes diarias, sino las notificadas en las últimas 24 horas por parte de las autonomías. Esto se debe a que los registros de defunción a veces no llegan a las autoridades hasta pasada una semana. Por ello ahora los fallecidos aparecen en las tablas diarias que publica Sanidad «con fecha de defunción en los últimos 7 días».

La estadística es «más real», asegura el epidemiólogo, y permite a los expertos conocer la situación con mayor precisión. Sin embargo, para los legos en la materia puede resultar más dificultoso de interpretar e, incluso, sospechoso. Como ejemplo, el jueves pasado se notificaron 38 fallecidos durante la semana anterior, pero el cómputo global de muertes había aumentado de 27.118 a 27.119 en 24 horas. Es decir, la macabra lista solo había crecido en una nueva víctima.

¿Murieron 38 personas a causa del COVID-19 o solo perdió la vida una?Ninguna de las dos opciones es del todo correcta. Para conocerlo al detalle habría que esperar a que pasara la semana para calcular la media. Si nos atenemos a los datos recabados solo desde el lunes pasado (fecha desde la que se viene aplicando esta nueva metodología) habrían fallecido 40 personas al día en la última semana.

Como en toda epidemia, y como reconoció el propio Simón, nunca se llegará a conocer el número real de víctimas. La OMS mantiene su criterio de solo contabilizar las defunciones que hayan sido diagnosticadas con una prueba PCR o de anticuerpos, lo que deja fuera, probablemente, a cientos de personas que murieron por coronavirus. Según los registros civiles, entre marzo y mayo hubo 43.000 fallecimientos más de los esperados, unos 324 en Asturias.

Estos cambios también han afectado a la cifra total de positivos, de la que se han eliminado casos duplicados o que no cumplían con la definición específica (confirmados por PCR hasta el 10 de mayo, y también por test de anticuerpos según la nueva estrategia de vigilancia que se aplica desde el 11 de mayo).

Diecisiete criterios distintos

Otro gran cambio en el criterio se produjo el pasado 18 de abril, solo tres días después de que Cataluña duplicara su número total de muertes por COVID-19 hasta las 7.097. La Generalitat incluyó en sus estadísticas sanitarias los registros de las funerarias de casos sospechosos, pero que no habían sido diagnosticados con pruebas. Esto precipitó que Sanidad, que llegó a admitir un «descontrol», pidiera a todas las comunidades que empezaran a diferenciar entre positivos por PCRy test de anticuerpos. También se eliminaron de los datos a los asintomáticos, ya que no podían ubicarse en la curva con precisión al desconocerse la fecha del inicio del contagio. Ese día se dejaron de contabilizar 1.194 personas sospechosas y se descuadró la serie histórica. El pasado 21 de mayo, el Instituto de Salud Carlos III, que hasta dicha fecha seguía llevando la cuenta, también dejó de hacerlo.

Pero este decalaje podría ser mayor. Aunque Sanidad considera oficialmente que 238.564 personas han pasado la enfermedad en España, la primera oleada del estudio de seroprevalencia (en la que se testaron los anticuerpos en 60.897 ciudadanos escogidos al azar en todo el país) demostró que el 5% de la población había sido infectada, con lo que el virus habría alcanzado realmente a 2,3 millones de individuos. Con el número de personas que han superado la enfermedad también se han producido vaivenes constantes. Este dato no se ofreció por primera vez hasta el 25 de marzo.

Pese a todo, no se especificó qué personas se consideraban en esa categoría hasta el pasado 5 de mayo, cuando se las denominó «infecciones resueltas» y en las que se mezclaron también a los pacientes dados de alta e infectados a los que se les había realizado una prueba serológica pero a los que no se le había determinado la fecha de inicio de síntomas. El 18 de mayo se publicó esta variable por última vez.

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