Carlos López-Otín: «Los fallos no tienen ninguna trascendencia»
«Si se detecta un error y este puede ser corregido, los autores somos los primeros interesados en hacerlo», afirma el catedrático de la Universidad de Oviedo ante la orden de retirada de ocho artículos publicados en la revista Journal of Biological Chemistry
El catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de OviedoCarlos López-Otín, al que la revista 'Journal of Biological Chemistry (JBC)'ha ordenado la retirada de ocho artículos publicados entre 200 y 2007, defiende que los errores detectados no tienen «ningún impacto» sobre el mensaje principal del artículo y que los hallazgos que se describen en ellos han sido «ampliamente validados» por la comunidad científica. «Los estudios retirados describían la identificación de nuevos genes de proteasas, y una caracterización preliminar como enzimas proteolíticos», refiere el catedrático y Premio Nacional de Investigación en 2009. «En la comunidad científica no existe la más mínima duda de que dichos genes existen, que tienen la secuencia de nucleótidos y aminoácidos que se describe en estos artículos, que se expresan en los tejidos que se muestran, y que son enzimas proteolíticos», sostiene.
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Apunta, de hecho, que dichos estudios han sido citados «por más de 800 artículos». «En este punto cabe preguntarse que, si los resultados mostrados en un artículo son ciertos, los experimentos reproducibles y los resultados han sido validados por la comunidad científica, ¿cuál es el beneficio de la retirada de los mismos? En nuestra opinión, y en la de un gran número de investigadores, esta decisión es dañina tanto para la ciencia como para los científicos. Dado que los artículos son muy antiguos, y los resultados han sido validados, si se detecta un error y este puede ser corregido, los autores somos los primeros interesados en hacerlo, por mínimo que sea. Esta práctica no sólo permite corregir la literatura, sino pedir disculpas a nuestros colegas, con la máxima humildad, por no haber detectado a tiempo un fallo«, asume López-Otín.
El catedrático reconoce que descubrir que «en algún panel de dichos trabajos había fallos que no deberían haber estado ahí nunca» supuso para él una «desolación absoluta». «De haberlo sabido en algún momento a lo largo de los casi veinte años que han transcurrido desde la publicación de los mismos, y a pesar de que dichos fallos no tienen ninguna transcendencia para el mensaje principal del artículo, mi acción hubiera sido la de corregir dichas figuras, y pedir disculpas a la comunidad científica por no haber detectado la existencia de dichos errores en trabajos salidos de mi laboratorio», ha explicado a EL COMERCIO.
Repetición de experimentos
El laboratorio de López-Otín sostiene que no era consciente de la existencia de dichos errores hasta que la revista JBC les solicitó información relativa a estos artículos. «Nuestro grupo procedió a enviar a la revista las imágenes originales, que respaldaban sólidamente los resultados presentados en dichas figuras. En algunos casos en los que los datos originales no estaban disponibles debido al largo periodo de tiempo transcurrido, nuestro laboratorio procedió a repetir los experimentos, obteniéndose los mismos resultados. Por esta razón, reconocimos, no sin vergüenza, la existencia de dichas faltas en los paneles afectados. Aunque los errores no tenían ningún impacto sobre el mensaje principal del artículo, comunicamos a la revista nuestro deseo de publicar una corrección. Lamentablemente, el JBC no tiene en cuenta si el estudio es válido o si ya ha sido ampliamente validado por los autores y por otros grupos, y nos pidieron su retirada, mientras que para otras revistas esto habría sido objeto de una simple corrección», pone de manifiesto.
«A pesar de esta circunstancia, nuestro grupo seguirá compartiendo con los laboratorios de todo el mundo los reactivos, líneas celulares y animales modelo de diferentes patologías humanas, como ha hecho desde hace más de treinta años, para que la comunidad científica y la sociedad en general se sigan beneficiando de los descubrimientos realizados en nuestro laboratorio», concluye López-Otín.
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Respaldo de la comunidad científica
Antonio Fueyo, actual director del Instituto Universitario de Oncología del Principado (IUOPA), y quienes le sucedieron en el cargo, Aurora Astudillo y Carlos Suárez Nieto, respaldan la labor científica de Carlos López-Otín. En un comunicado oficial difundido esta tarde, consideran «desproporcionada» la decisión de la revista Journal of Biological Chemistry (JBC) de exigir la retirada de ocho artículos publicados por el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular.
«Durante el último año, este grupo de investigación (como les ha ocurrido a otros grupos de investigación sobresalientes a nivel mundial) ha sido objeto de ataques muy virulentos y difamatorios en algunas redes sociales, cuyos fines se alejan completamente de la crítica constructiva y el debate científico. Nos encontramos ante una situación mediática muy compleja donde los ataques que ponen en entredicho la actividad de diversos grupos de investigación se realiza de forma impune y cuyas víctimas principales son líderes de grupos con gran actividad investigadora. En grupos donde trabajan muchas personas puede resultar incluso esperables la aparición de errores, aunque obviamente no debieran ocurrir. Pensamos que la reproducibilidad de los datos generados por este laboratorio llevadas a cabo por otros grupos de investigación así como el hecho de que los datos generados hayan servido de base para poner en marcha líneas de investigación en otros laboratorios avala el prestigio y reconocimiento del que goza el grupo del profesor Carlos López-Otín en el ámbito científico», aseguran en dicho comunicado.
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