

Secciones
Servicios
Destacamos
Tan brillante como Venus y tan osado como Ícaro en aproximarse al Sol, así es el cometa C/2024 G3 (ATLAS) que el pasado lunes alcanzó su mayor cercanía al astro rey y que aún es posible avistar desde la Tierra al atardecer en determinadas condiciones de observación. Visible una vez cada 160.000 años, su perihelio: el punto más cercano al Sol en su órbita que se producía estos días, le situaba a una distancia de 0,09 unidades astronómicas (unos 13,5 millones de kilómetros) de nuestra estrella. Entre los astrofísicos y astrónomos que estudian su trayectoria y sus características físicas la gran duda es saber si el núcleo del cometa resistirá a las fuerzas gravitacionales del Sol, una prueba que de momento parece haber superado. Y no sólo eso. Fuentes expertas, como el JPL Horizons On-Line Ephemeris System, afirman que la asistencia gravitatoria que le proporcionará el Sol hará que su periodo orbital se extienda hasta los 600.000 años. Para comparar, el planeta más exterior del Sistema Solar le da una vuelta al Sol cada 165 años terrestres. Plutón, el planeta enano más conocido, cada 248.
Todas esas características convierten su viaje no sólo en un fenómeno del que los científicos pueden obtener gran información sobre su composición, estructura, trayectoria o cómo es la zona más allá de Neptuno de donde proviene, la llamada Nube de Oort, sino en un auténtico espectáculo visual para fotografiar y observar que no defrauda, como han mostrado las imágenes capturadas por el astronauta estadounidense Don Pettit, de la Agencia Espacial Europea, desde la Estación Espacial Internacional (EEI) entreel 9 y el 12 de enero. En ellas se ve la impresionante bola de luz y su poderosa coma (la cola brillante, que no marca la trayectoria del cometa, sino que es debida al viento solar y los materiales sublimados del cometa, que dicho viento arrastra en dirección opuesta al Sol) en un retrato del singular visitante de enorme interés para los científicos. También puede ser perceptible con los instrumentos adecuados e incluso a simple vista desde nuestro planeta, especialmente en el hemisferio sur, aunque en el norte es posible igualmente distinguirlo por su colosal brillo próximo a la línea del horizonte. Naturalmente deben darse unas determinadas condiciones de visibilidad y los expertos calculan que teniendo en cuenta su magnitud absoluta de 6,8 en la escala de Bortle, se encontraría, por encima del límite de supervivencia, con suficiente brillo y estructura para resistir los efectos del devastador calor solar y podría resistir tras el perihelio, llegando a ser visible hasta mediados de febrero.
El cometa C/2024 G3 (ATLAS) fue descubierto el 5 de abril por el programa de búsqueda y seguimiento de cuerpos menores ATLAS en base a imágenes obtenidas por el telescopio reflector ubicado en Río Hurtado, Chile. Desde entonces, cuando solo era un objeto débil que viajaba a 655 millones de kilómetros de nuestro planeta, despertó el interés de los científicos, que desde entonces han estado pendientes del momento que se producía hace unos días y que está siendo monitorizado por el satélite SOHO para confirmar si ha superado su paso más próximo al Sol sin despedazarse. Si lo logran ver este atardecer es que sigue su viaje.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Samantha Acosta | Gijón y Sara Pérez | Gijón
Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.