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Martes, 1 de agosto 2017, 20:44
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Cuando un estropajo huele mal, mejor tirarlo a la basura. No intente limpiarlo. Es la recomendación de un grupo de investigadores de la Universidad Furtwangen, en Alemania, que ha examinado el universo microbios que pueden vivir en estas esponjas. De hecho, según el estudio publicado recientemente en Scientific Reports en todos los recovecos que hay en un centímetro cúbico de esponja puede haber cincuenta mil millones de bacterias, más o menos siete veces más que humanos hay en la Tierra. Hay pocos lugares, aparte de las heces, donde se pueda encontrar una concentración tan grande de bacterias.
La mayor parte de esas bacterias son inofensivas, pero cuando se desinfecta regularmente una esponja, hirviéndola o metiéndola en el microondas, se favorece el crecimiento de microbios causantes de la neumonía y la meningitis.
Los estropajos apestosos desinfectados también pueden ser el hogar de Moraxella osloensis, una bacteria capaz de causar infecciones en personas con el sistema inmune deprimido y famosa por darle a la colada su aroma hediondo cuando se deja dentro de la lavadora.
Los investigadores usaron 14 estropajos distintos y los desinfectaron regularmente al ponerlos en agua hirviendo y meterlos en un microondas, y después, usaron técnicas de secuenciación de ADN para tratar de identificar a los microbios presentes a través de sus genes. Observaron que el porcentaje de bacterias peligrosas para el humano aumentaba en los estropajos lavados en comparación con los no lavados porque esas bacterias resultan ser las más resistentes a esos métodos de limpieza.
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