Lola Liceras intervino en las jornadas por videoconferencia. DAMIÁN ARIENZA

«Debe haber más mujeres negociando el fin de conflictos»

«En la guerra son usadas como campo de batalla, como botín. Sufren desde violaciones hasta matrimonios forzosos» Lola Liceras Activista y coordinadora del equipo de mujeres y derechos humanos de Amnistía Internacional

JESSICA M. PUGA

GIJÓN.

Viernes, 2 de diciembre 2022, 01:13

Lola Liceras lleva buena parte de su vida luchando por los derechos humanos y de las mujeres. Lo hace desde el plano internacional como coordinadora del equipo de mujeres y derechos humanos de Amnistía Internacional, por lo que no está al margen de lo que sucede en el mundo. Por eso participó en la jornada organizada por EL COMERCIO para abordar el papel de la mujer en los conflictos bélicos; porque, aunque «la guerra es la misma para todos, las consecuencias son diferentes para hombres y mujeres». Las de ellas pasan por desplazamientos forzados, violencia sexual y juicios sesgados. Así será, dijo, hasta que ellas se sienten en las mesas de negociación y se escuche su voz.

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Los datos avalan su discurso. Según Naciones Unidas, el 90% de las niñas en zonas de conflicto tienen menos posibilidad de acceder a educación y, en 2020, se verificaron 2.500 casos de violencia hacia mujeres y niñas en 18 países en guerra. «La causa subyacente es el poder patriarcal, que establece que por ser mujeres se les agrede», lamentó Liceras durante su intervención, hecha por videoconferencia. El objetivo es deshumanizarlas y castigar al enemigo a través de ellas.

Después, cuando se les juzga, Liceras critica que haya un estereotipo de género a la hora de establecer sus delitos. «Se les adjudican unos propios que son claramente fabricados», explica la activista. Como ejemplo mencionó el caso de Yemen, cuando, en 2021, a más de 200 se las encarceló por apoyar al enemigo y se les acosó también de realizar actos sexuales al enemigo.

Influye que «las mujeres son invisibles» en las informaciones que se dan en conflictos armados. «Su palabra no llega», lamenta, al tiempo que pide visibilidad, y expone que, aunque «no tienen voz, son usadas como campo de batalla, como botín de guerra». Y las consecuencias son desde violaciones hasta matrimonios y embarazos forzosos».

La situación no acaba cuando lo hace el conflicto. El estigma social gana la batalla a las que sufren violencia, por eso no lo cuentan y los responsables no rinden cuentas. Y, a veces, el círculo de violencia continúa por mafias que, en teoría, son las que las ayudan a huir. También ahondó la activista en los matrimonios forzados poniendo como ejemplo el de las familias sirias que huyeron a Turquía y Líbano. Ahí, para no ser expulsadas y sobrevivir económicamente, casan a las niñas con adultos del país.

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El derecho internacional apenas actúa al respecto. Aunque «ha habido avances importantísimos justo después de la Segunda Guerra Mundial», no fue hasta los años 90 del pasado siglo cuando se menciona la imprescindibilidad de castigar la violencia sexual con mayor severidad legislando al respecto. «Puede sorprender, pero, hasta no hace tantos años, en nuestro país se consideraba la violencia contra las mujeres como crimen pasional».

Lola Liceras pidió antes de acabar que no se olvide a estas mujeres y ahondó en la importancia de darles visibilidad. «De 1992 a 2019, solo el 13% de las personas negociadoras en conflictos han sido mujeres. Debe haber más, debemos exigir que participen ya frente a la guerra de Ucrania».

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