Desescalada | Los pueblos asturianos se animan, las ciudades a medio gas
Muchos hosteleros prefieren esperar dos semanas para abrir sus terrazas una vez que se confirme que Asturias no vuelve a la fase 0 de la desescalada | Los comercios de Gijón, Oviedo y Avilés tuvieron poca clientela en esta primera jornada
Eduardo Paneque, juan carlos abad, Lucía Ramos, Cristina Del Río, Marco Menéndez, BELÉN G. HIDALGO, ANDREA ARRUÑADA y ALEX FUENTE
Gijón | Oviedo | Avilés
Lunes, 11 de mayo 2020, 15:20
Las instantáeas que se podías ver esta mañana por Asturias quizá no se correspondía, en muchos casos, con la idea preconcebida sobre cómo serían las primeras horas de Asturias en la fase 1. No había colas en las terrazas. Tampoco en los negocios. No se llenaron los montes para practicar turismo activo. Quizá, y eso sí, la movilidad fue bastante más fluida que en días anteriores. Pero, como diría el dicho, la fiesta va por barrios, y el paseo por los grandes núcleos poblacionales -Gijón u Oviedo- era bien distinta a hacerlo por Cangas de Onís o Cangas del Narcea. A medio camino también se quedaron otras como Avilés, Mieres o La Felguera donde negocios y ciudadanos asomaron tímidamente sus ganas de recuperar la normalidad.
La dispar mañana tiene en Gijón uno de sus extremos. Quizá el que ha dejado menos imagenes de normalidad y la que mejor respondería a la expresión de 'a medio gas'. Solo abrireron las terrazas de los locales más grandes y el pequeño comercio, a pesar de levantar la persiana, veía un escaso flujo de clientela. Sí han funcionado mejor aquellos que ya estaban funcionando los días anteriores mediante cita previa. Las peluquerías, por ejemplo, no han parado. En el caso de los hosteleros de la villa explican que la previsión meteorológica ha jugado en contra. También ese supuesto en el que Asturias pudiera volver a la fase 0 en quince días. «Preferimos esperar al día 25 y confirmar que seguimos en esta fase o avanzamos a la fase 2», coincidían muchos de ellos. Dando una vuelta por la otrora concurrida calle Covadonga o el Paseo de Begoña tan solo un par de locales. Con gente, sin grandes aglomeraciones y sin necesidad de esperar cola para sentarse. Eso sí, nos subrayan que el servicio está siendo bastante lento debido a las medidas de desinfección que deben de acometer entre cliente y cliente.
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Oviedo
En el caso de Oviedo, un lunes como un sábado. Sin colegios ni institutos, tampoco Universidad, pero con los comercios, algunos, y terrazas, menos, abiertas. Así se ha vivido la primera mañana del desconfinamiento en la capital del Principado. «La hostelería lo va a pasar mal», indicaba Alex Rodríguez, trabajador del sector en ERTE que había «salido a dar una vuelta a curiosear un poco». Sentado en la terraza de Casa Conrado, que ocupa un buen trecho de la plaza Juan XXIII, añadía que «en realidad todos lo vamos a pasar mal, es raro no poder dar la mano o un abrazo a un amigo».
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En el transporte, poco a poco, se retoma la normalidad. El servicio municipal de autobús ha recuperado todas las frecuencias y el viernes se volverá a cobrar bien mediante tarjeta, bien pagando en efectivo el precio exacto del viaje (1,20). Igual que otros servicios municipales que está previsto que retomen turnos completos, como la Policía Local o atención al público, como los registros y oficinas. La 'nueva normalidad' también afecta a los lugares de culto. En la capilla de Santa Bárbara de la Catedral, monseñor Sanz Montes oficiaba la misa de doce. A la entrada, sin agua bendita, un seglar ofrecía gel desinfectante a los feligreses. «Ahí tiene y recuerde, guarde la distancia en los bancos», indicaba.
Avilés
La tercera localidad asturiana en población es Avilés. Allí también se hacían esfuerzos para que todo volviera a la normalidad. Con el 50% de las terrazas decretada pero con ganas de volver a lo de antes o, al menos, a lo que más se parezca. Ha habido clientes en las tiendas y en los bares que han abierto, aunque no todos. Solo se han animado aquellos con posibilidad de poner una terraza que garantice un mínimo de rentabilidad. Ha habido más movimiento que en Gijón pero hoy la imagen más repetida era la de dueños de locales acercándose a limpiar para dejar las instalaciones adecuadas para su uso. Muchos seguirán esperando hasta dentro de 15 días donde el escenario en el que nos encontramos se confirme. En la Plaza de España solo el Café de Ángel y Paco Menta han puesto sus terrazas y, a media mañana, tenían gente esperando para sentarse. Un poco más arriba ocurría lo mismo en el Spass. En Galiana, con los soportales como aliados, los que aún no estaban abiertos, se preparaban para hacerlo y en el Carbayedo se ha visto cierta animación. Faltaban algunos, pero los clientes han arropado a los que están. Igualmente, en Sabugo y en el Quirinal, algo más contenido. «No sabemos si va a ser rentable o no, pero vamos a probar. Ganas no nos faltan. Eso sí, empiezo sola, no me puedo arriesgar a sacar a mis dos empleadas del ERTE por si luego esto no funciona...», compartía esta mañana Lorena Viña, de La Toscana.
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Oriente
En el oriente asturiano eran patentes las ganas de la gente de ir recuperando poco a poco esa normalidad que el virus arrebató y, animados por el buen tiempo, fueron decenas las personas que quisieron disfrutar de este primer día de terrazas y comercios abiertos. En Cangas de Onís numerosos establecimientos abrieron sus puertas, encontrando una buena acogida por parte de los clientes. Era el caso del bar Stadium, donde Simona Vundes acompañaba con sus cafés, cañas y refrescos esperados encuentros entre amigos y familias. «No podíamos estar más tiempo cerrados sin ingresar nada y, aunque no son las mejores condiciones, hay que ir animando esto un poco para que la gente vaya perdiendo el miedo a volver a consumir, siempre que se respeten todas las medidas de seguridad», apuntó. En el caso de las tiendas, la apertura era hoy escasa, pero hay que tener en cuenta que la costumbre en la ciudad canguesa es la de abrir los domingos y cerrar los lunes.
En Llanes, por su parte, la situación era al contrario, pues eran más los establecimientos comerciales que, tímidamente, comenzaban desde por la mañana a recibir clientes que los bares. «No abrieron muchos locales hosteleros todavía, pero los que sí lo hicieron están teniendo bastante gente, pues había muchas ganas ya de salir», indicó el presidente de Allares, Javier Garaña. Y confió en que «la línea del control de la epidemia en Asturias se mantenga y podamos ir pasando de fase a buen ritmo, pues lo que queremos es poder abrir bien en junio y olvidar de una vez esta pesadilla».
Occidente
En el lado opuesto, en el suroccidente asturiano, las calles de la villa de Cangas del Narcea van recuperando el pulso. La primera mañana de la fase 1 deja calles transitadas y escaparates que despiertan del letargo con prudencia y extremando precauciones. A la entrada de los negocios, los clientes se tropiezan con mensajes que ruegan respeten su turno y los geles, mascarillas y guantes forman parte del mobiliario de los mostradores de la gran mayoría. Pero si de algo había ganas en la villa era de terrazas. Si bien la gran mayoría de negocios espera que se flexibilice el aforo, algunos han dado el paso. «Tenía muchas ganas de comenzar a trabajar», confiesa Nicoleta Colalc, que regenta el bar próximo a la estación de autobuses. Las seis meses que le permite la normativa estaban dispuestas en la terraza. «Es mejor esto que estar parados. A ver cómo funciona el asunto», apunta la hostelera canguesa sin desprenderse de la mascarilla.
Los dos meses de confinamiento han dejado huella en las villas del noroccidente. Quienes salían esta mañana de la fase 1 se mostraban tímidos y extremaban precauciones, con medidas de protección individual y guardando las distancias. En Tapia de Casariego los más madrugadores se acercaron al mercadillo del lunes, el primero de la comarca en reabrir. Solo cuatro puestos de alimentación han podido prestar su servicio, se ha establecido un sentido único de recorrido y los compradores tienen a su disposición gel desinfectante y mascarillas. La frutera Carmen Bedia destaca la «buena organización» del Ayuntamiento tapiego. «Si todos lo hacen así, iremos muy tranquilos», manifiesta. En su ruta habitual recorre los mercados de El Franco, Luarca, Navia, Burela (Lugo) y Vegadeo. «Hay bastante miedo, pero había que volver».
Los naviegos aprovechaban esta soleada mañana para comprar en las tiendas de barrio. En la mueblería Densueño, Laura Fernández termina de cubrir los sofás con papel de un solo uso; lo tiene todo a punto para llenar los hogares con un aire renovado. «Los clientes tienen que tocar y probar, es la esencia de nuestro comercio», señala. Cree que esta nueva normalidad será más llevadera en los pueblos, «sin aglomeraciones».
Por el contrario, la mayoría de hosteleros han optado por no abrir hasta que se pueda acceder al interior de los locales. Los que lo hacían, como el luarqués Francisco Javier Parrondo (La Galana), reconocen no cubrir gastos. «La ampliación de las terrazas será una gran ayuda. Había ganas de abrir, aunque sea poco a poco y con estas medidas», explica a la puerta de su vinoteca. En la acera de enfrente, el matrimonio de Carlos Nieto y Conchita Feito dicen sentir «una alegria enorme» al pisar una terraza con su nieto de dos años. «Es momento de apoyar a los negocios de aquí», animan.
En la calle Mayor de la villa el trajín de las compras diarias esta mañana convivía tras casi dos meses con algunos camareros que servían las primeras mesas de esta nueva era. En la cafetería Isclo, Carmen López tira de gel para desinfectar sus manos antes de disfrutar del café de la mañana tras salir de trabajar. «Las terrazas dan vida al pueblo. Había muchas ganas de café, eso sí, sigo tomando todas las precauciones», señala esta canguesa. Detrás de la barra atiende Manuel Rodríguez, con guantes y mascarilla, con el gel a mano y la máxima prudencia. «Por ahora abrimos solo por la mañana», explica, sin atreverse a concretar cuándo ampliará horario y cómo podrá ir reincorporando al personal. «Nos permitirá, como mucho, cubrir gastos. No ganaremos nada y si tenemos que contar con todo el personal resulta totalmente inviable», argumenta el hostelero.
Cuencas
Por su parte, en las cuencas se vivía algunas de las imágenes más emotivas del día. En La Felguera y en Barros las familias salían a la calle para volver a reunirse. Son 59 días de confinamiento y tocaba brindar por ese deseado 'volver a estar juntos'. Lo hacían en las terrazas, que poco a poco se iban anima conforme el día se desperzaba.
«Todavía no sé si esto es rentable, pero tenía que abrir, por mis clientes, por dar algo de normalidad a esta situación y por recuperar algo de vida en el concejo». Antonio Celis no paraba de sacar consumiciones en su terraza llena en Mieres, la del Entrecopas. Los clientes esperaban con tranquilidad a que el propietario del establecimiento limpiara y desinfectara mesa y sillas antes de dar paso. «La verdad, es que está yendo bastante bien, la gente tenía ganas de salir y de tomar algo», comentaba. Algo nervioso, por su parte, se mostraba José Luis Güizán, del Café Bar El Real, en pleno centro urbano de La Felguera. Protegido con una pantalla comentaba que le intranquiliza algo la situación, pero admitía que era necesario abrir a la clientela que no paraba de llegar y que tenía que esperar a que quedara una mesa libre. «Sí que es cierto que ya había ganas de salir y quedar con amigos en una terraza; y la mañana está acompañando», decía mirando al cielo.
Por otro lado, el Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio ha puesto a disposición de los hosteleros la asesoría técnica de la Oficina de Urbanismo en el proceso de reapertura de las terrazas, mediante visitas de oficio a todos los establecimientos que han solicitado la ampliación. Por el momento se han presentado 17 solicitudes. «Desde el Consistorio queremos facilitar a los hosteleros la ampliación de las terrazas, desde el estudio de cada caso particular y siendo flexibles con la ordenanza municipal, pero siempre con la máxima seguridad para la salud de las personas», explicó el concejal de Urbanismo, Jairo García.