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El consejero de Salud, Pablo Fernández, con parte de su equipo durante su encuentro telemático con el ministro de Sanidad. E. C.

Coronavirus en Asturias | La desescalada comenzará en Asturias con la recuperación de la actividad sanitaria suspendida

El Principado apuesta por establecer «zonas de pilotaje» para comprobar la eficacia de las medidas de desconfinamiento

LAURA MAYORDOMO

GIJÓN.

Viernes, 17 de abril 2020, 02:14

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Con una situación de «meseta», en la que los casos de contagios por coronavirus se mantienen más o menos estables y la presión de las unidades de cuidados intensivos ha disminuido, aunque «sin relajarnos», ha llegado el momento de focalizar la atención «en otros puntos que eran críticos». El más inmediato, según explicó ayer el consejero de Salud, Pablo Fernández, es el de la desescalada. La salida del confinamiento (que lo más probable es que se demore aún hasta entrado el mes de mayo) requiere de una planificación en la que han de ponerse de acuerdo las distintas comunidades autónomas y el Gobierno central. Pero esa coordinación ha de ir más allá y tener en cuenta al resto de países de Europa. Hacerlo de otra manera «no sería buena idea», cree Fernández. Sin entrar en más detalles, el consejero de Salud planteó que sería interesante hacer «pilotajes» para testar cómo se podría ir articulando la desescalada del confinamiento en «zonas localizadas» y contar así con una experiencia «que podría ser aprovechada por otras comunidades».

A medida que el desconfinamiento se vaya retirando de forma gradual, el objetivos es ir recuperando actividad asistencial -consultas, pruebas diagnósticas, intervenciones quirúrgicas- que, al no considerarse urgente y tampoco no demorable, fue aplazada para centrar todos los recursos en la lucha contra el COVID-19. «Es necesario ya hacer un aumento de la atención sanitaria a todos los niveles. Tenemos que intentar retomar la mayor normalidad posible en el tratamiento y diagnóstico de personas con problemas importantes», afirmó el consejero. La tarea tendrá su complejidad y para llevarla a cabo con todas las garantías, se establecerán circuitos separados en los distintos dispositivos para que pacientes COVID-19 no entren en ningún momento en contacto con pacientes que acudan por otras patologías.

Otro campo de actuación principal durante la desescalada serán las residencias de ancianos. La intención es «monitorizar minuto a minuto» lo que está pasando en ellas. Según los datos recogidos hasta el martes, en ellas había 644 casos confirmados de COVID, tanto entre residentes (las tres cuartas partes del total) como entre trabajadores. El objetivo de ese seguimiento diario es detectar posibles contagios «lo antes posible» para aislar a los residentes, evacuar a quienes lo precisen y «dar la atención a cada persona en función de sus necesidades».

La consejería de Salud aborda la desescalada desde la óptica de la salud pública y la atención sanitaria, pero tiene en cuenta que ésta también abarca «cuestiones empresariales, económicas, educativas y de movilidad», sin obviar que éstas «tienen relación con un riesgo de rebrote» de contagios. De ahí que en el diseño de las medidas propuestas desde Asturias estén implicadas varias consejerías. El confinamiento a largo plazo también tiene sus riesgos para la salud, tanto para la mental como para la física, subrayó el consejero de Salud. De ahí la importancia de que la desescalada sea «progresiva y muy bien programada».

7.000 casos posibles

El Principado no se plantea por ahora cerrar ninguno de los recursos adicionales habilitados para la atención de positivos en COVID-19, como la residencia universitaria de Mieres (con 19 pacientes) o el Credine, en Barros (con 57). Es más, prevé que con la desescalada vaya a requerir más derivaciones a estos puntos. Lo mismo que podría ocurrir con el hospital de campaña habilitado en el recinto ferial de Gijón y que aún no ha sido necesario utilizar. Respecto a la cifra de casos posibles que están en sus domicilios, con un seguimiento por parte de la Atención Primaria, son ya unos 7.000.

Por otro lado, en la reunión del pleno del consejo interterritorial del Sistema Nacional de Salud celebrada ayer, Asturias planteó al ministro de Sanidad la necesidad de que se dicte una norma que fije un precio máximo de las mascarillas, como había solicitado el Colegio de Farmacéuticos. «Nos ha asegurado que está trabajando en ello y que será inmintente». Lo que no se usará en los centros sanitarios del Principado serán las mascarillas recicladas.

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