Alba López.

«Después de lo que pasó, yo también tuve ideas suicidas»

«Cuando estás sufriendo tanto que solo ves esa salida, no hay cobardes ni valientes: solo hay dolor»

A. V.

OVIEDO.

Viernes, 10 de septiembre 2021, 01:25

Alba López siempre llamó a su marido Mayo. «Su nombre era Joaquín Mayo y acababa de cumplir 41 años, pero desde el colegio todo el mundo lo llamaba así». Un hombre «que medía 1,89, pesaba cien kilos, un padre estupendo al que su hijo adoraba, trabajador, resiliente...» que estaba «atravesando una crisis personal» en la que alguna vez le dijo que ya no podía más y ella no supo creerle, porque «uno de los mitos que tenía era que un hombre tan fuerte, física y emocionalmente, no podía quebrarse por dentro de esa manera».

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Así que, cuando Alba lo encontró sin vida, la tierra se hundió bajo sus pies. «Imagínate cómo estaba mi cabeza que lo que se me ocurrió fue llamar al profesor de un curso que estaba haciendo para decirle que no iba a poder ir porque mi marido se había suicidado». Y, después, llegaron las preguntas: «La gente te pregunta cómo no lo viste o si estaba enfermo. Y ahí va implícito el mensaje de que no lo supiste cuidar». Y ella misma empezó a tener pensamientos suicidas: «Asumes tanta carga de dolor desde que te levantas hasta que te acuestas, por el guaje, por Mayo, que sería de justicia que hoy siguiese aquí... Sientes un dolor tan inmenso que no puedes seguir».

Pero buscó ayuda psicológica -la misma a la que había recurrido antes para afrontar un cáncer de mama- y empezó a levantarse para crear Abrazos Verdes, con la idea de encontrarse con gente que hubiese pasado por lo mismo que ella y pudiese entenderlo: «Por eso yo siempre digo que el mío es un egoísmo altruista. Porque, además, el dolor emocional no se ve. Cuando te rompes varios huesos, todo el mundo entiende que es insoportable. Pero, cuando tienes el alma partida en dos, no lo entiende nadie y es muy difícil de manejar». Un proceso en el que ha comprendido que, «cuando estás sufriendo tanto que solo ves la salida del suicidio, no hay cobardes ni valientes: solo hay dolor». Y que a quien se suicida hay que llamarlo por su nombre, «porque es mucho más que la circunstancia de su muerte». Mayo.

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