«Espero que lo vivido nos haga reflexionar»
HÉROES ANTE EL CORONAVIRUS. ADOLFO MARIÑO, ABAD DE COVADONGA ·
El vicario del templo recibe desde hoy a los primeros peregrinos con todas las medidas de seguridadP. A. MARÍN ESTRADA
Lunes, 11 de mayo 2020, 02:20
Con emoción y todo previsto en un protocolo especial de medidas de seguridad. Así espera Adolfo Mariño, abad de Covadonga, la llegada hoy de los primeros peregrinos al santuario de la Santina, tras casi dos meses cerrado al público como consecuencia de la pandemia de la COVID-19. La imagen de la virgen seguirá en la Santa Cueva, tras descartar su traslado a la basílica, y allí podrán visitarla -de 9.30 a 14 y de 16 a 19 horas- sus devotos, en un tránsito regulado por voluntarios para garantizar las distancias de seguridad. Los operarios del Real Sitio trabajaban este fin de semana para despejar la gruta de sus bancos habituales o colocar la señalización que marcará el itinerario, de una sola dirección, con entrada por la llamada Escalera de las Promesas y salida por el túnel hacia el puesto de velas. La explanada del santuario sigue en obras y por eso no se puede acceder en coche hasta la puerta. Los cultos en la ermita quedan suspendidos y se celebrará al mediodía una única misa diaria en la basílica, que también se ha preparado para adaptarse a las normas de protección con separaciones entre los bancos y entre los propios fieles.
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«Recibimos constantes llamadas de personas que nos preguntaban cuándo podrían venir. La gente está deseosa y hoy será por fin el día de ese reencuentro con su Santina», afirma el vicario, que ha pasado las últimas semanas perfilando con su consejo de canónigos y el Arzobispado las soluciones para cumplir las normas exigidas a los lugares de culto en la fase 1 de la desescalada. «La situación nos hizo imaginativos. Habilitamos un espacio con mamparas de metacrilato para las confesiones, en las que tanto nosotros como el penitente llevaremos mascarillas, porque los confesionarios podrían entrañar riesgo a los fieles. Y contamos con un sistema que purifica continuamente tanto la Santa Cueva como la basílica con una solución de agua y desinfectante», explica, sin ocultar su satisfacción por la reapertura. Durante la cuarentena internet ha sido el medio por el que han seguido celebrando desde allí la misa y un rosario diarios. «La ventana de Covadonga al mundo que abrimos hace dos años nos ha servido para que asturianos de todos los lugares hayan tenido presente a su virgen. Ahora en mayo invitamos a los niños a enviarnos sus dibujos de la Santina y nos han llegado cientos», detalla Mariño.
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El abad ha pasado el confinamiento junto a la comunidad religiosa del santuario «con la preocupación general y como creyentes esperanzados en que el Señor nos ayude superar esto». Su otra esperanza es que «lo vivido nos sirva para reflexionar: nos creíamos omnipotentes y esa prepotencia se ha caído. Espero que nos haga pensar también en otras pandemias que existen desde hace años como la del hambre en el mundo o las guerras y ayudar a quienes las padecen».
A medida que avancen las fases de la desescalada y si la evolución es positiva, confía en que «la situación en verano permita que puedan venir todos los que han hecho promesas a la Santina, su devoción ha aumentado y creo que va a ser impresionante y muy bonito».
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