La flota asturiana se plantea amarrar ante el desplome de los precios
«Si seguimos así, exponiéndonos por tan poco, no interesará ir a la mar», afirma Adolfo García, presidente de la Federación de Cofradías
EUGENIA GARCÍA
GIJÓN.
Miércoles, 25 de marzo 2020, 01:51
El desánimo comienza a cundir entre los pescadores asturianos que, inmersos en una de las tres campañas fundamentales para salvar el año, la de la xarda, se plantean lo impensable: amarrar. La situación se complica y la flota mira con gran preocupación lo que está ocurriendo. Si los precios siguen desplomándose y poniendo en riesgo la rentabilidad, advierten, no podrán resistir, pese a su voluntad de seguir pescando para suministrar un bien de primera necesidad.
El propio ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha reconocido que las «dificultades» para el cumplimiento de las normas sanitarias prescritas, así como un descenso de las ventas «pueden llevar a paradas temporales en algunos segmentos de la flota», especialmente la artesanal. En Asturias, el sector quiere seguir, pero si su esfuerzo por mantener el suministro de pescado fresco no permite mantener ingresos, advierten, la continuidad de la actividad pesquera sería insostenible porque, además de la imposibilidad de prevenir a bordo los contagios, se arriesgarían a perder dinero, al superar los costes fijos las posibles ganancias.
«Si seguimos así, exponiéndonos por tan poco, no interesará ir a la mar», dice, rotundo, el presidente de la Federación de Cofradías del Principado, Adolfo García, quien lamenta que no haya «ningún incentivo por parte del Gobierno Central». El cerco, agotada su cuota de xarda, ha pautado una parada conjunta hasta después de Semana Santa, cuando comenzará la costera de la anchoa. Algo que comienza a plantearse el resto de la flota.
«El mercado está bajando porque no hay demanda pero -con barcos, tanto asturianos como gallegos y portugueses faenando en aguas asturianas- hay mucho pescado». Los precios han caído cerca de un 40% y, en una especie ya de por sí barata como es la xarda, la bajada es de unos treinta céntimos. Tanto es así que los propios pescadores están comenzando a regularse para tratar de contenerlos. Así ocurre en el occidente asturiano, donde varias cofradías se han autoimpuesto una restricción de 400 kilos por tripulante. No saben si esto será suficiente.
«Tenemos familias y estamos corriendo muchos riesgos. De seguir así, si perdemos más que ganamos, esta semana pararemos», reitera un resignado García, que pide a las empresas congeladoras -que son quienes compran la mayoría de la xarda tanto para consumo humano como para servir como carnada- que mantengan en lo posible los precios.