La última colada del 'Carmen IV'

La historia reciente había comenzado a escribirse el 15 de junio de 1950, cuando se creaba Ensidesa y se materializaba el 27 de septiembre de 1957 cuando se producía la colada del primero de los cuatro altos hornos de la ciudad. Desde entonces, 73 millones de toneladas de arrabio surgieron en la antigua Ensidesa, aunque, en 1998, ya no tenía ese nombre.

El apagado del alto horno suponía la supresión de 110 puestos de trabajo, bien mediante prejubilaciones o recolocaciones dentro de la compañía. Aquilino Fernández, Manuel Vecino, José Fiallegas (que había vivido los otros tres apagados en Avilés, además de dos en La Felguera) y José Ramón Núñez eran algunos de los trabajadores siderúrgicos que se asomaban a la crónica con la que Agustín M. Illobre informaba del cese de la actividad. Todos ellos vivían el día con cierta nostalgia, la tristeza de ser testigos del cierre de una etapa.

Después de esa última colada, vendrían labores de enfriamiento y un trabajo de desmontaje que se iba a alargar durante dos o tres meses.

'Carmen IV' había iniciado su producción un 26 de julio de 1969, en un acto presidido por Luis Carrero Blanco. Siguiendo una costumbre siderúrgica, había tomado el nombre de su esposa.

A lo largo de sus veintinueve años de actividad, el alto horno había producido 21.850 toneladas de arrabio.

En abril de 1983, la ciudad había vivido el primer apagado de un alto horno con el cese de actividad de 'Joaquina', el número 2. El número 1, el 'Carmen', sangró por última vez en febrero de 1989 y el número 3, 'Rosario', en diciembre de 1997. Ya entonces se esperaba el apagado del 'Carmen IV' y la desaparición de la cabecera avilesina.