Viejo, nuevo presidente

Solo por un margen de tres votos (169 frente a 166), pero Ángel Viejo Feliú se impuso, hace ahora 50 años, en las votaciones para la presidencia del Real Sporting de Gijón, al otro candidato, Enrique López González. «El desarrollo de la votación fue así: inicialmente Ángel Viejo tomó la delantera hasta los siete primeros votos escrutados a su favor», dijimos hace medio siglo, «para producirse un empate, y pasar a llevar diferencia el señor López, que llegó a superar hasta en 11 a su contrario. Hubo nuevos empates a 40 votos, a 48, a 52 y a 65. Después el señor López figuraba con 89, por 78 del señor Viejo. Se repitió la igualada en 99; 107 la iniciativa es del señor Vallejo, y de nuevo empate, a 113, 114 y 115, para destacarse el señor Viejo hasta con 12 votos de más, y terminar por una exigua diferencia de tres».

Más emocionante, ya lo ven, que muchos partidos. De haber vuelto a quedar en tablas la votación, según los estatutos de la sociedad, «el alcalde de Gijón, como vocal nato de cualquier junta directiva, tendría responsabilidad de decidir». No hizo falta. Viejo prometía, en preguntas a Luis Bericua para EL COMERCIO, hacer «una política tradicional, darle continuidad a la buena labor que se hizo hasta ahora, con la dificultad que entraña perfeccionar una buena gestión y reforzar el equipo todo lo que podamos». Se comprometía, además, a ayudar al Gijón Industrial. «Un tema preferente y un objetivo preferido nuestro son los equipos locales. Así lo hemos manifestado (...) Toda la ayuda que podamos prestar lo haremos con mucho gusto».

Bajo la batuta de Viejo, llegarían fichajes históricos, siempre por medio de Enrique Casas como secretario técnico: los de Ferrero, Mesa o Joaquín, se promovió la escuela de fútbol de Mareo y, cómo olvidarlo, también llegó el descenso primero, en la temporada 1975-76, y el ascenso después, en la penúltima jornada de la 1976-77. Otros tiempos. Aquel día de hace medio siglo nadie era capaz de imaginarse todo lo que estaba por venir. «Estuvo todo muy bien», afirmó el oponente de Viejo, recién conocida la derrota. «Fue todo muy legal». Con elegancia y deportividad.