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La bióloga Odile Rodríguez de la Fuente. IGNACIO GIL
«Nos jugamos la continuidad de la especie en el planeta»

«Nos jugamos la continuidad de la especie en el planeta»

La experta en cambio climático Odile Rodríguez de la Fuente cree que «si la gente fuera consciente de la gravedad de la situación se llevaría las manos a la cabeza»

KAY LEVIN

Lunes, 18 de marzo 2019, 04:51

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Su padre embelesó a miles de españoles explicando la fauna y flora de la Tierra, y ella ha heredado esa pasión y tenacidad por hacer conscientes a las personas de que, ante el reto climático actual, «nos jugamos la continuidad de la especie humana». Odile Rodríguez de la Fuente (Madrid, 1973), asegura que su padre se «entristecería» hoy en día ante el panorama, pero que para cambiar la realidad hace falta «estar más informados».

-¿Qué es lo que le llama la atención de la respuesta política y ciudadana ante el cambio climático?

-Lo que más me llama la atención es la falta de información, eso me enerva. Considero que, dada la gravedad del reto actual, el cambio climático tendría que estar en las noticias de televisión y dedicarle 15 minutos al día en lugar de dar tanto deporte. Hay que hablar de cómo nos pueden afectar estos cambios y lo que estamos haciendo al respecto: nos jugamos la continuidad de la especie humana en el planeta. Ahora, a escasas semanas del ciclo electoral que se avecina, los políticos apenas hablan de ello, y eso me sorprende. Si la gente fuera consciente de la gravedad de la situación, se llevarían las manos a la cabeza y exigirían mucho más a los medios de comunicación y a los políticos.

-En 2015 casi la totalidad de los países del mundo alcanzaron un acuerdo para tratar de frenar sus efectos en París, pero sin medidas concretas todavía. ¿Es suficiente?

-Tras 20 años de cumbres y protocolos por fin los principales emisores, Estados Unidos y China, suscribieron el acuerdo en la capital francesa. El problema es que los compromisos adquiridos son voluntarios. Ellos trazan sus propios objetivos. Estamos muy mal en ese sentido, y ya se ven los efectos del calentamiento global en los Polos, mayores de los que se preveía.

-¿Y por qué no son más ambiciosos? El Panel Internacional sobre el Cambio Climático estableció 2030 como el final de la ventana de tiempo para tratar de frenar la llegada a un punto de no retorno.

-Es muy complejo. Hablamos de todo un sistema socioeconómico y político con poderes fácticos que tienen una inercia contrapuesta a cómo funciona la Tierra, basado en la explotación de la naturaleza. Hay muchos intereses creados. Probablemente los gobiernos no empezarán a tomar acciones hasta que se den cuenta del coste de la inacción, que es muchísimo mayor que el de evitar el cambio climático. Esa vía, la económica, a lo mejor no despierta conciencias pero sí mueve intereses. La ventana se va cerrando y aún están subiendo las emisiones anuales, por lo que los recortes tendrán que ser más drásticos todavía. En 2030 deberían ser reducidos a la mitad.

-¿Qué soluciones se podrían aplicar a corto plazo y cómo pueden contribuir los ciudadanos?

-Confío mucho en el poder de los jóvenes y de la ciudadanía, en ejemplos como el de Greta Thunberg, y creo que su presión puede mover montañas y va a dar lugar a un cambio más radical. Desde que esa niña, de 16 años y con asperger, habló en la Cumbre del Clima de la ONU el año pasado, su discurso y sus huelgas escolares están resonando en todas partes, porque habla en nombre de quienes van a sufrir las consecuencias y habla desde el vértigo que da estar informada. Si los ciudadanos estuvieran realmente informados, recibirían con los brazos abiertos los cambios que están empezando a suceder, como las restricciones al tráfico en ciudades como Madrid o las iniciativas para prohibir en una fecha determinada la venta de vehículos que usan combustibles fósiles.

- España ha sido el último país de la UE en enviar su plan para reducir las emisiones los próximos años. ¿Qué cree que pasará tras las próximas elecciones de abril?

-Es un tema muy discutido, yo me relaciono con partidos políticos muy diferentes. Es desafortunado que se asocie el ecologismo solo con la izquierda. Mi padre simboliza una conciencia ecologista totalmente desvinculada de partidos, porque la naturaleza es de todos, es universal y nos une por igual. Ningún partido debería arrogarse ese campo ni ver como negativas sus demandas. Soy crítica respecto a politizar el cambio climático. En las próximas elecciones únicamente votaré a partidos que tengan una agenda clara respecto a la lucha contra el cambio climático, todo lo demás queda en un segundo y último plano.

-Dice que si la vida en el planeta se resumiera en 24 horas, el ser humano lleva 2 minutos en ella, ¿qué podríamos hacer en el tiempo que quede?

-Creo que estamos en una especie de adolescencia colectiva. Somos la primera especie consciente, reflexiva y capaz de influir en el entorno. Pero, en el estado actual, somos como el adolescente que cree que puede consumir estupefacientes sin límite y salir a conducir, y así nos la pegamos. Es lo que nos toca como parte de nuestro proceso de crecimiento, tocar fondo para aprender la lección y alcanzar una etapa de madurez en la que se aprecien los valores de la vida y aprendamos a aplicar el funcionamiento de la naturaleza.

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