Campamentos de verano para niños: estos son sus beneficios

La conciliación durante los meses de vacaciones escolares es un problema. Los padres deben hacer malabares para hacer que sus hijos disfruten del verano de su vida mientras no dejan de lado sus obligaciones laborales. El parón veraniego del colegio es en la mayoría de las familias mucho más duradero que los días de descanso de los adultos, por eso, hay que buscar soluciones y planes para los más pequeños de la casa.

Los campamentos son una alternativa que muchos padres barajan. Aunque cuesta separarse durante una o dos semanas de los hijos, los menores disfrutan mucho de esta experiencia. Pueden surgir muchas dudas sobre si estarán preparados o no, o a partir de qué edad es conveniente enviarlos a las colonias, pero se debe tener en cuenta que esta vivencia puede aportarles muchos beneficios.

En un campamento no tendrán a nadie detrás diciéndoles lo que deben hacer en cada momento y mucho menos ayudándoles a hacerlo. Es el lugar perfecto para que desarrollen su independencia pero en un lugar seguro, al cuidado de otros adultos.

Los pequeños deben recurrir a sus propios recursos para resolver cualquier problema sin depender de sus padres, esto les dará confianza en sus habilidades y adquirirán una mayor sensación de control.

Durante el periodo escolar los menores tienen muy poco tiempo libre. Entre el colegio, los deberes o las extraescolares, contar y con esos momentos se complica y es muy importante para el desarrollo infantil. El entorno informal de los campamentos fomenta el juego libre en los menores, algo que estimula el pensamiento creativo y contribuye a desarrollar la imaginación.

Realizan muchas actividades que mejoran el sentimiento de pertenencia al grupo de los niños ayudándoles a hacer nuevos amigos y a conocer en profundidad a los que ya tenían. Además, el tiempo libre del que disponen les ayudará a relacionarse con libertad y afianzar sus lazos.

Al final, esta es una de las claves en las que se suelen centrar los campamentos. Así como en el colegio la «prioridad» es el rendimiento académico, en los campamentos de verano uno de sus focos es fomentar la relación de grupo y la convivencia.

Sin duda, uno de los principales beneficios es que este tipo de campamentos aleja a los niños de las pantallas que tanto tiempo «absorben» a muchos de ellos durante el curso escolar. Ya sea estudiando o jugando, los pequeños pasan demasiadas horas frente a ellas y este tipo de campamentos son la oportunidad perfecta para que los niños disfruten de la vida lejos de las mismas.

Las actividades que realizan al aire libre les ayuda a encontrar otros espacios de ocio y anima a los pequeños a disfrutar más del contacto con la naturaleza. Al estar al aire libre los menores pueden tocar, oir, ver, oler e incluso, saborear la naturaleza, una experiencia sensorial que les encantará y que además, fomenta el movimiento tan esencial para su salud física y mental.

Confiar en uno mismo es un rasgo muy importante para la vida y cuanto antes empiece a forjarse, mejor. Los campamentos de verano hacen que el menor deba desenvolverse sin la protección de sus progenitores, lo que abrirá a su alrededor nuevas oportunidades de crecimiento.

Los niños se enfrentarán a diferentes desafíos, tanto mentales como físicos, que los pondrán a prueba pero dentro de un entorno seguro. Una buena manera de salir de su zona de confort y asumir nuevos riesgos y retos que les ayudarán a confiar más en sus capacidades y sentirse más seguros de sí mismos.

Muchas de las actividades que se practican en este tipo de campamentos tiene que ver con la actividad física. Los monitores suelen proponerles excursiones o juegos que mantendrán a los niños en movimiento sin apenas darse cuenta.

Hay incluso campamentos focalizados en algún tipo de deporte en los que el ejercicio físico estará más presente todavía.

Uno de los valores que se trabajan en este tipo de actividades es el respeto hacia las opiniones del resto de compañeros. Los menores aprenden a escuchar y tener en cuenta lo que dicen los demás pero también les motivan para expresar sus propias aportaciones al grupo sin querer imponerse, aprendiendo a ser tolerante con otras maneras de pensar y con otras opiniones.

Sin duda toda una experiencia para los menores cargada de beneficios y de la que volverán con momentos vividos que no olvidarán.

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