«No podemos tratar a los pacientes sin equipos de protección individual»

El Gobierno central ha declarado la fisioterapia como un servicio esencial, por lo que los profesionales pueden seguir manteniendo su actividad durante el estado de alarma. No obstante, aquellos que trabajan en clínicas privadas se encuentran con un problema: no pueden abrir las puertas de sus centros al carecer de equipos de protección individual. «No tenemos los materiales suficientes y hemos cerrado nuestros negocios por conciencia social y solidaridad», según explica Efrén del Hoyo, que regenta, junto a Laura Carús y David González, el centro Suma de la calle Cabo Noval.

Los colegios de fisioterapeutas, entre ellos el de Asturias, se han empezado a movilizar para reclamar el cierre de sus instalaciones. «No podemos tratar a los pacientes sin equipos de protección individual», añade Del Hoyo. Sus homólogos a nivel nacional piden que todos los centros de fisioterapia «de titularidad privada» permanezcan cerrados y solo se atiendan «las urgencias imprescindibles e inexcusables».

Por mucho que los fisioterapeutas privados se quieran dotar de los equipos necesarios no pueden hacerlo. Deben portar para atender a cada paciente «mascarillas, gafas de protección, guantes de nitrilo, batas desechables y soluciones hidroalcohólicas». Estos productos escasean en el mercado.

El colegio de fisioterapeutas va a emprender en los próximos días una reclamación conjunta ante el Ministerio de Sanidad exigiendo el «abastecimiento» de estos equipos para poder ejercer su actividad.