Las predicciones del doctor Cavadas: fallos y aciertos sobre el coronavirus
El cirujano había alertado de los riesgos del virus hace un año
En el ámbito científico el cirujano Pedro Cavadas está reconocido como una voz autorizada. Sus augurios sobre los daños de la pandemia casi siempre se han cumplido. En enero del pasado año se encargó de dar la voz de alarma tras producirse los primeros casos de coronavirus en Wuhan. Advirtió que el virus iba en serio después de que China levantase en unas pocas semanas un gran hospital. Por aquel entonces se le acusó de «alarmista». España todavía no había registrado ningún caso y el problema asiático parecía algo muy lejano.
Pese a no ser un experto en epidemiología, como él mismo se encargó de aclarar, sí que advirtíó de los riesgos de los virus, capaces de propagarse con «mucha facilidad». Desde el Gobierno, de mano de su director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, tampoco se le concedió mucha credibilidad a los augurios, manteniendo que apenas se registraría «algún caso de coronavirus».
Un año después de todo aquello, España ya contabiliza más de 2,5 millones de contagiados y 56.799 muertes.
El doctor Cavadas también predijo que la utilización de la mascarilla se prolongaría bastante tiempo. No se trataba de un simple parche en medio de la pandemia. Desde marzo se ha convertido en un método de protección obligatorio para relacionarse y salir a la calle. De hecho auguró que su uso se prolongaría unos cuantos años. Unas semanas más tarde desde el Consejo Interterritorial de Salud confirmarían sus pronósticos: la mascarilla seguiría siendo obligatoria en 2021, pese a la puesta en marcha del plan de vacunación.
Durante una de sus intervenciones televisivias en el programa 'El Hormiguero' se mostró bastante pesimista respecto a la evolución de la pandemia, mostrándose muy crítico con la gestión de la clase política. «Esto no va a acabar bien. Un país arruinado, sin gestores de nivel pendientes de lo que toca, no lo tiene fácil», explicó. Alargó el tiempo de la recuperación económica del país hasta los diez años.
Muchos de sus augurios tienen visos de cumplirse, pero habrá que aguardar un tiempo para comprobar si es así.
Poca confianza en la vacuna
Desde un primer momento el doctor valenciano se mostró poco confiado con la efectividad de la vacuna. Entendía que en tan poco tiempo resultaba «metafísicamente imposible que haya una testada, con una fase 3 como Dios manda». Para ello se necesitaba algo más que unos pocos meses. A ello se le une además las posibles consecuencias de la vacuna a largo plazo, algo que de momento se desconoce por parte de la comunidad científica.
Sin embargo, las dosis distribuidas por el mundo de las farmacéuticas Moderna, Pfizer o Astrazaneca se han encargado de quitarle la razón al mostrar todas ellas una efectividad por encima del 90%. Entendía que algo tan rápido no siempre es garantía de seguridad.
