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Paco García señala la zona de reservados de La Buena Vida. DAMIÁN ARIENZA

Desescalada en Asturias | El Principado prohíbe abrir los locales de ocio nocturno y choca con la hostelería

La patronal Otea considera que la decisión «perjudica al turismo» y reclama idéntica consideración que bares, sidrerías y restaurantes

LAURA MAYORDOMO / ALBERTO ARCE

oviedo.

Miércoles, 10 de junio 2020, 02:46

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Los bares de copas y discotecas permanecerán cerrados durante dos semanas más «por criterios de salud pública». El Ejecutivo de Adrián Barbón fue ayer contra las previsiones iniciales del de Pedro Sánchez y decretó la continuación del cierre de los locales de ocio nocturno en la región mientras dure la fase 3 de la desescalada, provocando un choque con el sector hostelero. El Boletín Oficial del Principado (BOPA) publicó ayer el decreto en el que se recoge esta medida y que limita también a 15 personas la circulación en grupo, en vez de las 20 que contempla la normativa nacional.

La decisión de mantener cerrados los pubs cogió «por sorpresa» a los hosteleros de la noche asturiana, que ya habían comenzado a hacer acopio de suministros y a adaptar sus establecimientos de cara a su reapertura este mismo fin de semana. Rápidamente, desde la patronal de Hostelería y Turismo (Otea) salieron a mostrar su oposición frontal, exigiendo al Gobierno autonómico que dé marcha atrás y solicitando que los locales de noche «tengan la misma consideración que los bares, cafeterías, restaurantes y sidrerías, puesto que no desarrollan una actividad distinta» y «pueden poner en práctica idénticas medidas de seguridad».

El colectivo, presidido por José Luis Álvarez Almeida, tacha la medida de «flaco favor» al sector y considera que «lo único que hace es perjudicar al turismo». Más aún cuando los empresarios ya han comprado el nuevo mobiliario para las zonas reservadas y sacado a parte de sus plantillas de los ERTE. «Trabajadores que llevan tres meses sin empleo y muchos de ellos aún sin cobrar; familias que necesitan generar ingresos y que estaban ilusionadas con la vuelta a sus puestos de trabajo».

Eso sí, el decreto establece que el resto de establecimientos de hostelería y restauración «podrán abrir siempre que no superen los dos tercios de aforo máximo y cumplan las condiciones de seguridad», eleva el aforo de las terrazas al 75% -el Gobierno central lo fijaba en el 50%- y recomienda no fumar en ellas para evitar la propagación del virus.

El vicepresidente y consejero de Infraestructuras, Medio Ambiente y Cambio Climático, Juan Cofiño, explicó ayer las razones que han llevado al Principado a tomar estas decisiones: «Por responsabilidad y porque todavía el virus está circulando, no parece razonable abrir en estos momentos los locales de ocio nocturno y discotecas», aseveró.

La noche, sin reservados

«Es un palo enorme», aseguró desde Oviedo el propietario de la discoteca Salsipuedes, Eloy Gómez. «Deben rectificar, porque nos hemos quedado con una doble incertidumbre: ya no sabemos ni cuándo vamos a abrir ni cómo vamos a poder hacerlo». Gómez aspiraba a reabrir mañana después de haber acondicionado el local al nuevo modelo de «ocio nocturno reservado», con sofás y zonas delimitadas a las que solo se podría acceder con reserva y para un máximo de 15 personas. «Nos han dado el caramelo y nos lo han quitado de la noche al día».

También en la capital asturiana otro de los que esperaban reabrir sus puertas y resucitar la zona antigua de la ciudad era Cheky Fernández, socio del grupo Joker, levantando la persiana del Joker Deluxe. En sus palabras, «la situación es crítica», porque «ya hemos sacado a varios empleados del ERTE, pero nos han avisado de esto en el último momento, un día después del inicio de la fase 3», criticó. «Llevamos tres meses cerrados y hemos llegado a junio muy ahogados. Con esto estamos perdidos», lamentaba.

En Gijón el panorama se ve igual de negro. Después de dar marcha atrás a la reapertura de su apartado de noche en La Buena Vida y el Tarantino, el empresario Paco García criticó que «ya estábamos todos preparando para abrir y Barbón se ha sacado esto de la manga».

También Javier Martínez, socio del grupo Gavia y vicepresidente de Otea, afeó al Gobierno «haber marginado de esta forma a la hostelería nocturna». Es «un jarro de agua fría» que «retrasa aún más el arranque de este tipo de negocios», ya que, tal y como aseguró, «abrir no es la panacea, es una cuenta atrás que nos iba a permitir coger el ritmo de cara a la 'nueva normalidad'». «El sector ya está tocado, no pedimos que la gente salga a bailar, solo que puedan compartir una copa sentados de la misma forma que se sientan a comer en un restaurante», concluyó.

En Avilés, la «incertidumbre» era del mismo grado. Así lo confirmó el dueño del café Filan-2 de la calle Rivero, David Franqueira, abierto como cafetería, pero con su apartado de copas inutilizado hasta nueva orden. «Las nuevas normas no van a funcionar», aclaró. «Al menos en Avilés, la idea de tener reservados no va a fraguar, la gente cuando sale de copas lo que quiere es bailar y conocer gente, para estar sentados en un sofá nos quedamos en casa con amigos», afirmó el hostelero.

Desde otro extremo del sector, el de la organización de grandes eventos, el propietario de la sala Santa Cecilia, Manolo Egocheaga, más cercano al planteamiento de mantener el cierre que ya han seguido asociaciones de hosteleros de noche como Abaco en Oviedo, quiso dejar claro que «la situación no está madura y las normas actuales no aseguran que se vaya a poder controlar a la gente si se aglomera a las cinco de la madrugada».

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