«Tengo un problema: cuando salgo de casa, después no sé entrar»
Para Chus Pedro, el día perfecto de un verano ideal tiene «cosas que se pueden contar y otres que no». Eso sí: confiesa que es la época del año más propicia al amor
Decir Chus Pedro Suárez (El Entrego, 1955) es decir una de las mejores voces que ha dado Asturias, historia viva de su música. La mitad de Nuberu, que ahora navega en solitario, acaba de cumplir cuarenta años de singladura cantando y para seguir, porque el verano se le presenta lleno de bolos y una escapada en el horizonte, además de divisarse un nuevo disco en lontananza. «Será un trabajo en el que voy a bucear por otros estilos: desde boleros o copla a temas con contenido social y canciones del mundo». Del mundo ya es él.
-¿Cómo lleva este estío?
-¡Uf! Toi cansáu de ñublu y orpín. Yo necesito sol y calor, que me dan la vida.
-¿A qué se va a dedicar?
-A trabayar mucho. El 28 de julio estaré en Avilés en un homenaje que toles peñes sportinguistes les hacen a 'Quini' y a Jesús Castro.
-¿Vacaciones a la vista?
-Si me dejen, voy a coger una semana o diez días en agosto pa ir a ver al mi fíu a Ibiza porque, mientras en Asturies haya sol, ye un paraíso, pero cuando por la mañana haz sol, a la media hora llueve y luego vuelve a hacer sol, me genera una neurosis tremenda.
-¿Es playero?
-Descubrí el horizonte en La Escalerona, así que me encanta la mar. A poder ser, la cantábrica.
-¿Y de chiringuito o de vuelta y vuelta?
-Hombre, si hay un chiringuito y puedes tomar unes cerveces, encantáu. Lo de poneme a tostar no me va, porque, además, pégame un rayu y ya me pongo morenu.
-¿No se quema nunca?
-Toi muy quemáu de la vida en general (Risas).
-¿Prefiere estar a remojo?
-Tampoco. Gústame la mar, pero jódeme mucho el frío.
-¿Nudista o textil?
-Solo te puedo decir que el mi fíu, que tien 36 años, aprendió a andar en la playa de Torimbia.
-¿Prefiere ponerle crema a alguien o que se la pogan?
-Hombre, prefiero que me la pongan (Risas).
-¿Cómo es un día perfecto de verano para usted?
-¡Uf! Hay coses que se pueden contar y otres que no (Ríe).
-Pues cuente las que pueda.
-Compartir tertulia con los amigos y les amigues, echar una partida al tute, levantarme tarde... Yo siempre me levanto tarde. Soy de la hora del Ángelus. Antes, no son hores pa mí (Risas).
-¿Cuál fue el verano de su vida?
-Tengo muchos. Casi todos son de curro y nada monótonos. Son hiperactivos. Porque quien diz verano diz muches coses más.
-¿Por ejemplo?
-Amor. El verano y la primavera son mucho más propicios a que haya flores. Pero, a ser posible, que no tengan espines (Ríe).
-¿Se le sube el guapo?
-Yo no soy atractivu, qué va. Puedo ser un poco resultón, pero quédome en eso. De hecho, tengo un club de fans de jugadoras de parchís en Grao. Soy muy afortunáu. Tengo que ir a veles.
-¿Es mucho de ir a saraos?
-No. Me generan mucha pereza porque en la relación corta encuéntrome muy cómodu, pero, por el tipo de actividad que tengo, llega un momento que tener mucha gente alrededor me satura. Tienes que no ser tú y, aunque la vida ye puro teatro, a veces necesita uno espacios de intimidad.
-¿A qué le invito entonces a solas?
-Hombre, con tu sola compañía yo ya disfruto, pero si me quieres invitar a unes sidres por el día y a unos gin tonics por la noche, hacíamos un día perfectu (Risas).
-¿Cuándo fue la última vez que dijo eso de: «No salgo más»?
-No, no. Yo es que tengo un problema: cuando salgo de casa, después no sé entrar.
-¿La noche lo confunde o es que lo lían?
-No. Como diría mi madre: «No eches la culpa a los amigos. Ellos no te líen. Líeste tú solu, que yes muy fácil» (Risas).
-¿Siesta?
-Depende con quién.
-¿Algún viaje pendiente?
-Tengo 63 tacos, llevo desde los veinte en la farándula y en el 2000 cogí 148 aviones y dormí fuera de casa 161 días. Subir al páxaru de fierro ye como subir al autobúsy siempre tengo les maletes heches.
-¿Un básico de su equipaje?
-La tableta. Me la regaló Víctor Manuel. Ye la de la manzana, un pepino, y va conmigo a tolos laos. Eso sí: me niego a utilizar el libro electrónico y de los periódicos digitales solo leo los titulares. Yo necesito papel.
-¿El fular tampoco se lo quita?
-Nunca. El día que yo me muera, cuando me quemen, quemarán el fular conmigo. O, como me dicen les señores, la bufanda (Ríe).