Borrar
Varias personas participan en una cadena humana, organizada por la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C, rodeando el Ministerio de Sanidad.
Un tratamiento «histórico»

Un tratamiento «histórico»

La hepatitis C ha pasado en 25 años de ser crónica y con un diagnóstico complicado a disponer de una cura

borja robert

Sábado, 17 de enero 2015, 08:02

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Puede que, en España, hasta 800.000 personas estén contagiadas de hepatitis C. La inmensa mayoría no lo saben, aunque probablemente se infectaron hace décadas por una transfusión de sangre contaminada. Hasta 1989 se conocía la enfermedad, pero no su causa; menos aún un tratamiento eficaz. Ahora, 25 años después, ya se puede curar.

«Ha sido fantástico que se descubriera un tratamiento en tan poco tiempo», asegura Antonio Bernal, presidente de la Federación Nacional de Enfermos y Transplantados Hepáticos (FNETH). A él lo diagnosticaron en 1997, solo cinco años después de que aparecieran las primeras pruebas para detectar el virus en sangre. Aunque muchos descubren su infección por casualidad -tras una donación de sangre-, explica, otros lo hacen cuando aparecen síntomas. «El hígado es muy resistente y cuando se muestran síntomas ya es grave», aclara.

Durante muchos años no hubo tratamiento. Una vez que se identificó que el VHC era el virus responsable, se propusieron las primeras alternativas. «La hepatitis A se cura con reposo, y la B se pudo lidiar con la vacuna, la C era totalmente diferente», afirma Bernal. «Durante los años 90 se empezaron a probar algunos tratamientos e incluso se curaron algunos casos».

Se usó -aún se usa- interferón, una sustancia que segrega el sistema inmunitario para luchar contra infecciones víricas pero que puede provocar graves efectos secundarios -nauseas, depresiones y dolores de todo tipo-. Aproximadamente un tercio de los pacientes no eran capaces de acabar este tratamiento que muchos consideran más duro que la quimioterapia. En los años siguientes se incorporaron dos innovaciones. Se cambió al interferón pegilado, que exigía menos sesiones a lo largo del tratamiento, y se sumó la ribavirina, un antiviral que mejoraba un poco las tasas de curación. «Mejoró algo la efectividad, pero aún era muy baja», asegura Bernal. «Todo cambió hace tres años cuando llegaron los antivirales directos, que son mucho más eficaces, tienen menos efectos secundarios y además se pueden suministrar en plazos más cortos».

Aunque todo el mundo habla de Sovaldi -la marca comercial del sofosbuvir-, éste solo es eficaz cuando se combina con otro -con simeprevir o con daclatasvir-. Combinados, no solo curan más, sino que permiten evitar el interferón y sus efectos. «Curar la hepatitis C es un hecho histórico», asegura Bernal. «Además, en verano saldrán dos medicamentos más, aun mejores, así que soy optimista».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios