La hortaliza que ayuda al corazón y protege de la gripe

Con la llegada del invierno viene también el frío, lo que suele acarrear el caer en un resfriado o coger la gripe. Este tipo de afecciones son comunes en esta época del año y, aunque el uso de antibióticos es primordial para combatirlas, una alimentación sana (con frutas y hortalizas que ayuden a nuestro cuerpo a mejorar) es un aspecto fundamental para no caer tan fácilmente.

Por ello, en la mayoría de los remedios caseros suele primar algún alimento que mejore nuetro salud; una de las hortalizas más utilizadas en estos casos es el ajo, un básico en la dieta española que, al mismo tiempo, beneficia a nuestro cuerpo de una manera especial.

El ajo es una de las verduras que más se ha estudiado a lo largo del tiempo, principalmente porque es una hortaliza rica en nutrientes con multitud de efectos beneficiosos para la salud.

El ajo es una fuente rica en magnaneso, selenio y las vitaminas B1, B2, B6 y C (lo que lo convierte en un potente antioxidante). Sin embargo, destaca por su compuesto único de azufrados que, al machacarlo o comerlo fresco, producen alicina.

Este último es el que le da el sabor y olor característico a la hortaliza, además de ser la responsable de la multitud de efectos beneficiosos del ajo.

El ajo ayuda a la protección cardiovascular, siendo especialemente recomendable para las personas que padecen hipertensión arterial, hipercolesterolemia o diabetes tipo 2. Esto se debe a que mejora la circulación sanguínea aumantando la elasticidad de las arterias, además de que ayuda a evitar la acumulación de colesterol LDL (el malo para la salud) y triglicéridos.

Por tanto, el ajo ayuda a que la sangre llegue mejor a todas partes -sin impedimentos ante la aceleración del ritmo cardiaco- por lo que también ayuda los que padecen arteriosclerosis en las piernas.

Utilizado comunmente para tratar los resfriados, esta hortaliza es conocida por subir las defensas y ayudar a mantener las vías resporatorias limpias.

Esto se debe a que evita la acumulación de mucosidad, dilata los bronquios y estimula el sistema inmunitario. Por ello, el comer ajo es tan recomendable para combatir la gripe, el resfriado o la sinusitis.

Además de subir las defensas y ser tan beneficioso para combatir enfermedades que afectan al sistema respiratorio, el ajo también ayuda a combatir otro tipo de infecciones, como las urinarias o de oído.

El ajo es muy común en la dieta española; más allá de su uso habitual cuando se está enfermo, es una hortaliza que se suele utilizar como condimento en las comidas, a veces incluso como sustituto de la sal. Su sabor fuerte característico enrriquece los platos pero, al mismo tiempo, el cocinarlo en demasía no es recomendable

Si se caliente demasiado, el ajo perderá la mayoría de sus nutrientes, por lo que mejor manera de consumirlo es comer directamente los dientes crudos. Esto no se suele hacer por el sabor fuerte del ajo, aunque hay una manera muy efectiva de evitar el picor: retirando el germen del interior.

También se puede escaldar durante un minuto o dejarlos en remojo (ya pelados) durante un rato, aunque la más efectiva es retirar el centro picante con un cuchillo.

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