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Gente en terrazas en Vitoria el pasado mes de mayo. Archivo
La caída del virus en España se ralentiza y complica más aún la Semana Santa

La caída del virus en España se ralentiza y complica más aún la Semana Santa

Sanidad quiere proponer mantener los cierres perimetrales en vacaciones porque los indicadores apuntan a que el descenso de la transmisión podría andar cerca de tocar suelo en niveles todavía demasiado altos

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Martes, 2 de marzo 2021, 11:08

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo avisó sin paños calientes el lunes: los contagios vuelven a subir en Europa por primera vez en las últimas 7 semanas y el incremento en especialmente destacado en la zona mediterránea. Fernando Simón, solo minutos después, tampoco se anduvo con rodeos: «prevemos seguir observando descensos en los próximos tres o cuatro días pero la caída tan aguda que hemos visto durante las últimas semanas se está suavizando». El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias (CCAES) por primera vez hizo pública la inquietud que desde hace unos días se ha instalado en su equipo a la vista de las últimas estadísticas: es probable que la bajada de la tercera la ola esté cerca de tocar suelo. Y con este escenario incierto los técnicos de la Comisión de Salud Pública del Ministerio de Sanidad apuestan por mantener los cierres perimetrales en Semana Santa.

Eso no significa –se apresuran a matizar en el departamento que dirige Carolina Darias- que España esté a las puertas de la temida cuarta oleada. Simplemente –explican- los datos parecen confirmar que el retroceso de la transmisión se está ralentizando antes de que lo deseable y que la caída del virus podría frenarse, entrando en una fase de «meseta». Eso sí, lejos de la incidencia acumulada (IA) nacional de 50 casos por cada 100.000 habitantes que es, según los cánones científicos, el límite máximo para convivir con el virus sin el riesgo de que la transmisión se dispare en cuestión de días.

Es cierto que este lunes, con una IA de 175, España rompió el suelo de la segunda ola, cuando el 10 de diciembre consiguió reducir la incidencia 188 casos. Sin embargo, las últimas estadísticas del CCAES revelan que el desplome este parámetro, el que mide de forma más fidedigna la evolución de la pandemia, se está estancando. Tras alcanzar el pico de la tercera ola el 27 de enero con casi 900 positivos, la IA nacional consiguió su mayor caída absoluta en la semana del 8 al 15 de febrero, cuando se redujo en 251 contagios pasando de 667 casos a 416. Porcentualmente, la mayor disminución tuvo lugar una semana después, cuando entre el 15 y el 22 de febrero se desplomó un 39,5% en solo siete días, pasando de 416 casos a 252.

No tan positiva

La última semana, sin embargo, ya no ha sido tan positiva. Entre el 22 de febrero y el 1 de marzo, la incidencia pasó de 252 a 175 positivos. O sea, una disminución de únicamente 77 casos y una caída que apenas superó el 30% intersemanal. Este ritmo –apuntan desde Sanidad- augura que va a ser «muy difícil» acercarse al objetivo de 50 casos antes de Semana Santa, el «escenario ideal» al que los técnicos aspiraban para poder bendecir la relajación generalizada de medidas. Y todo ello, teniendo en cuenta que la caída de la IA durante la últimas cinco semanas no ha sido, ni mucho menos, homogénea en todo el territorio nacional y que el impacto de las nuevas cepas todavía es incierto y que el ritmo de vacunación todavía sigue siendo muy inferior al deseado.

Otro de los índices que más miran en el CCAES por su capacidad predictiva es la 'positividad', o sea el porcentaje de pruebas de detección que dan positivo a la covid entre el total realizadas. Ese parámetro también apunta a un posible estancamiento en el descenso en niveles todavía no asumibles para los epidemiólogos. La mayor disminución absoluta de este índice se produjo en la primera semana de febrero cuando cayó desde 14,44% al 11,48%, un descenso de 2,96 puntos. Una semana después, entre el 8 y el 15 del pasado mes, el porcentaje de test positivos batió récords relativos al desplomaerse más del 25%. Desde mediados de febrero, sin embargo, la positividad se ha estabilizado en descensos semanales cercanos a un punto. Sigue cayendo, pero a bastante menor ritmo, lo que augura una ralentización importante en el descenso de casos a partir de la próxima semana, según los modelos estadísticos.

Las tablas –insisten los expertos de Sanidad- apunta a esa posible desaceleración pero no, al menos todavía de forma inminente, a una nueva ola, que en cualquier caso todavía estaría a tiempo de ser evitada. De hecho, el número de casos semanales ha seguido cayendo la última semana, con 'solo' 50.560 nuevos positivos en siete días. O lo que es lo mismo, un aumento de solo 1,6% intersemanal, muy alejado aún del incremento del 8,8% de casos que se registraba en la semana del 25 de enero al 1 de febrero cuando la curva de la tercera ola comenzó a descender.

Cierres autonómicos

Con este panorama incierto, en Sanidad tienen claro que buena parte del futuro epidemiológico del país se juega en la Semana Santa, que podría ser el detonante de la temida cuarta ola. Por ello, los expertos de la Comisión de Salud Pública quieren proponer para su aprobación a las comunidades en el Consejo Interterritorial un documento que apuesta por mantener el cierre perimetral de las comunidades (que actualmente están en vigor en todas las autonomías peninsulares excepto Madrid y Extremadura) y los actuales límites de toques de queda.

El problema es que para imponer el cierre conjunto de las autonomías tiene que haber unanimidad en el Interterritorial y Madrid nunca ha sido partidaria del perimetrarse, aunque haya una decena de comunidades que ya se han manifestado a favor de encerrarse.

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