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El acusado, este lunes ante el tribunal de la Audiencia Nacional. EFE
Cuatro años de prisión para el acusado de estafar con muestras del cordón umbilical

Cuatro años de prisión para el acusado de estafar con muestras del cordón umbilical

El juicio que se sigue en la Audiencia Nacional servirá para determinar la indemnización para las cerca de 400 familias engañadas

EFE

Madrid

Lunes, 18 de febrero 2019, 13:23

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El acusado de estafar con células madre del cordón umbilical para su conservación, por lo que cobró entre 1.800 y 2.200 euros a las familias engañadas, ha aceptado una pena de cuatro años y medio de cárcel tras alcanzar un acuerdo de conformidad con la Fiscalía a cambio de reconocer los hechos.

El Ministerio Público, que pedía para él nueve años de cárcel por estafa y falsedad documental, ha alcanzado este pacto con la defensa del acusado y las distintas acusaciones en esta causa, por lo que la Sala finalmente tendrá que condenarle a la pena acordada. Para lo que no ha habido conformidad es para la vertiente civil de la responsabilidad penal del acusado, al que se reclama indemnizar a las cerca de 400 familias a las que engañó asegurando que enviaba esas muestras a laboratorios con los que no tenía ninguna relación, por lo que el juicio se celebrará solo para determinar este extremo.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, el acusado, Raúl Conejero López, nacido en Alcoy (Alicante), desempeñó desde 2009 hasta el 16 de febrero de 2011 «el cargo de agente comercial» de la empresa Stem Cell en España, «principalmente para la zona de Levante, la comunidad autónoma Valenciana, de Murcia y de algunas zonas de Castilla-La Mancha». En la escenificación del acuerdo con Fiscalía, Conejero ha declarado ante la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional que reconocía los hechos y ha relatado su vinculación con la empresa Stem Cell hasta su despido y con el laboratorio LMB al que remitía las muestras.

Ha explicado que la empresa le facilitaba el material para la toma de muestras y que se lo enviaban en función de los contratos que hacía, en función de cuyo número al mes cobraba. A finales de 2009, ha proseguido, creó la sociedad Representaciones Biomédicas Levante para facturar ahí los contratos. Tras su despido, siguió recogiendo muestras, «pero por mi cuenta», y cree que Stem Cell envió una carta anunciando su cese a los profesionales y a los hospitales que normalmente visitaba anunciando, pero él nunca la vio y ni sabe qué decía.

Pese a ello, en los hospitales solo algunos médicos le exigieron que presentara documentación de su empresa, pero normalmente no le preguntaban y no le pusieron impedimentos. Por este motivo, algunas acusaciones han solicitado en la fase de cuestiones previas que se suspendiera el juicio para poder citar como responsables civiles a representantes de los hospitales afectados, a lo que el tribunal se ha opuesto recordando que esa cuestión ya había sido resuelta en recursos antes del juicio.

El acusado ha reconocido que él tampoco confesó a todos los médicos que ya no trabajaba para Stem Cell «por temor» a que perdieran «la confianza depositada» en él, y ha asegurado que nunca se cruzó con el nuevo agente de la empresa que le pudo sustituir en sus funciones. De este modo, contrató «con numerosos clientes la recogida y conservación simulada de las muestras, a quienes entregaba diversa documentación simulada donde aparecían laboratorios inexistentes». Además, «simulaba la firma de médicos de los laboratorios en certificados con los resultados de los análisis de células madre de sangre del cordón umbilical extraído durante el parto».

Todo ello, explica el fiscal en su escrito de acusación, «fingiendo mantener una relación mercantil de almacenaje y conservación de las muestras con laboratorios con los que no había contratado o con laboratorios a quien había remitido las muestras y no había abonado el importe pactado para la crioconservación». Además contrató a una persona, «quien desconocía la verdadera actividad del acusado», para que confeccionara distintas páginas web y dominios «con los que simular la existencia de una empresa con solvencia dedicada a la crioconservación de células madre» para apuntalar la estafa.

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