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La EMA recomienda seguir vacunando con AstraZeneca pese al temor a los trombos

Dinamarca, Noruega e Islandia suspenden la inmunización con cualquier lote de la profilaxis de Oxford y otros seis países frenan los pinchazos con una remesa concreta | España mantiene las inoculaciones porque solo se han dado «efectos menores»

Jueves, 11 de marzo 2021, 11:09

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Nuevos casos de embolias a personas inoculadas con la vacuna de AstraZeneca están alentando más dudas sobre la seguridad de esta profilaxis. La ola de temor a la vacuna británica y a sus trombos la inició a primera hora de este jueves la Dirección General de Sanidad de Dinamarca, que suspendió durante 14 días la inoculación de la vacuna de este laboratorio tras registrar «graves casos de trombos» en personas que la habían recibido, incluida la muerte de un paciente. Solo horas después de la decisión de las autoridades sanitarias de Copenhague, Noruega e Islandia también frenaron de golpe la inoculación de cualquier vial de AstraZeneca.

De inmediato, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) intentó frenar la escalada de descofianza con un comunicado en el que aseguraba tajante que no hay evidencias de que el «número de tromboembolias en individuos vacunados no es mayor que el observado en la población general». Según la EMA, tras cinco millones de inoculaciones solo se han producido 30 episodios de trombos, en consonancia con la media de los no vacunados. Pero para entonces, otros seis países europeos (Austria, Letonia, Estonia, Lituania, Luxemburgo e Italia) habían suspendido -o acaban de hacerlo- la administración de un lote de AstraZeneca, tras detectar las autoridades austriacas dos trombos graves anteriores a los notificados en Dinamarca. En uno de los casos, el tapón provocó la muerte diez días después de la inoculación y en el otro el paciente tuvo que ser ingresado con una embolia pulmonar al poco de ser pinchado. Ese lote tenía un millón de dosis y fue repartido por 17 países de la UE, entre ellos España. En Italia, la retirada del lote este jueves se produjo después de la muerte de dos personas en Sicilia.

Sanidad, por el momento, no ha identificado efectos secundarios imprevistos ni en la vacuna de AstraZeneca ni en las otras dos que se están inoculando, la de Pfizer y la de Moderna. Hasta este jueves, el ministerio había distribuido entre las autonomías un total de 1.700.500 dosis de AstraZeneca, aunque solo se han inoculado algo más de 725.000, ya que las comunidades están haciendo reservas estratégicas para poder garantizar el segundo pinchazo.

«Quiero transmitir un mensaje de tranquilidad sobre la vacuna de AstraZeneca. En España no ha habido ningún caso y todavía no se ha acreditado la relación entre la vacuna y la muerte de una persona por haber recibido esta fórmula. En España no hay ningún caso de trombo relacionado con la vacuna, solo efectos menores», intentó tranquilizar la titular de Sanidad, Carolina Darias, quien pidió «prudencia y tranquilidad» ante las noticias llegadas desde Dinamarca.

La Comisión de Salud Pública acordó que esta profilaxis desarrollada por la Universidad de Oxford se reservara en España para personal esencial y otros profesionales, aunque siempre menores de 55 años por la falta de estudios clínicos previos sobre la efectividad de esta fórmula entre las personas de más edad.

Aunque en España no se han detectado casos graves vinculados con esta profilaxis, lo cierto es que es la fórmula que más contratiempos está causando a pesar de la juventud de los inoculados. De hecho, la pasada semana, el Ministerio de Sanidad, en su última actualización del plan de vacunación contra el coronavirus, recomendó tomar un gramo de paracetamol antes de recibir la profilaxis de AstraZeneca, así como seguir tomando este el analgésico cada seis horas si aparecen efectos secundarios leves tras la inoculación de esta fórmula

Los expertos del departamento que dirige Carolina Darias cambiaron el protocolo para introducir el uso del paracetamol tras constatar que son numerosos los casos en que las personas inoculadas durante las 24 horas posteriores al pinchazo sufren efectos secundarios similares a los de una intensa pero breve gripe, que no se dan en las personas que han sido inmunizadas con las fórmulas de ARN mensajero (Pfizer y Moderna).

En muchos casos estas personas jóvenes y sanas han tenido que pedir días de baja laboral para reponerse de los efectos de la profilaxis, señalan desde fuentes sanitarias. Por el contrario, los usuarios de las residencias ancianos o grandes dependientes, inmunizados con fórmulas de ARN mensajero, apenas sí están notificando problemas, según admitieron la pasada semana responsables de Sanidad, quienes reconocieron que en el caso de AstraZeneca, además, la inoculación de la segunda dosis está provocando todavía más episodios de malestar general, aunque en la inmensa mayoría de los casos de carácter leve y pasajero.

Se da la circunstancia que precisamente este jueves la Comisión de Salud Pública va a estudiar, tras reunirse y escuchar a los expertos de la ponencia de vacunación, si revisa la decisión de no administrar la vacuna de AstraZeneca a los mayores de 55 años. A la luz de las últimas evidencias científicas, especialmente el estudio publicado por la sanidad escocesa, se podría autorizar hasta los 65 años, como han reclamado reiteradamente Cataluña o Madrid. Francia, Alemania, Suecia, Italia, Grecia, Portugal, Bélgica o Andorra, entre otros países, han levantado en los últimos días, en mayor o menor medida, el veto de usar esta fórmula entre los más mayores. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también recomienda utilizarla para los mayores de 65 años.

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