¿Qué efectos tiene el cambio de horario en tu organismo?
La Sociedad Española del Sueño aboga por perpetuar el horario de invierno para promover un ritmo biológico más estable
el comercio
Oviedo
Lunes, 29 de marzo 2021, 10:39
¿Se te han pegado hoy las sábanas o te encuentras más cansado, airado y abatido sin motivo aparente? El cambio horario deja un reguero de efectos en nuestro organismo que pasan desapercibidos por la inercia del día a día. Sin embargo, el primer lunes tras el ajuste del minutero no es sencillo para el organismo. Es tiempo de retomar rutinas y acomodarse a los nuevos hábitos sin olvidar qué efectos tiene el cambio de hora en nuestra salud.
El cambio de hora se provoca un desajuste entre el tiempo interno y el externo, que es el que viene marcado por las agujas del reloj y, por eso, surgen las alteraciones que sufrimos que se hacen más patentes en niños y personas mayores, cuyo organismo es menos flexible.
Según la Sociedad Española del Sueño, modificar, aunque solo sea de una hora, el tiempo de exposición al sol durante el día desequilibra al reloj interno, que tarda varios días en reajustarse. El período de adaptación es más sencillo en otoño. En primavera, el proceso dura en torno a siete días. No es infrecuente que los primeros días algunas personas refieran irritabilidad, falta de concentración, bajo rendimiento laboral e insomnio.
La organización no es partidaria del cambio que acabamos de experimentar y, de hecho, aboga por perpetuar el horario de invierno en detrimento del actual. Afirma que es más beneficioso para la población española, especialmente para los grupos más sensibles a los cambios de horario y a padecer trastornos del sueño y de la salud como son los niños y las personas de edad avanzada.
Estudios científicos revelan que el horario de invierno promueve un ritmo biológico más estable que el del verano, mejora el rendimiento intelectual y, ayuda a disminuir la aparición de enfermedades como las cardiovasculares, la obesidad, el insomnio y la depresión.
El tiempo que acabamos de abandonar facilita disponer de más horas de sueño y un despertar más natural que coincide con el amanecer. A cambio se pierden horas de luz nocturnas aunque las restricciones horarias por la pandemia, con bares y terrazas cerrados a las ocho de la tarde y el toque de queda asomando a las diez de la noche hace que este año una de las ventajas del ajuste horario pase desapercibido.
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Si hubiese un horario de verano permanente, explica la Sociedad Española del Sueño, en los meses de invierno habría falta de luz por la mañana y en los de verano un exceso de luz por la noche, una situación que desajusta el reloj interno y puede provocar «bajo rendimiento y vulnerabilidad a determinadas enfermedades».
En algunas ciudades, prolongar todo el año el nuevo regimen supondría que en invierno el amanecer no se produciría antes de las 9.30 horas y que en verano el anochecer llegaría sobre las 22:00 horas. «Por ello es conveniente no hacer cambios y promover una mayor exposición a la luz natural cuando la mayoría de las personas están trabajando o aprendiendo en la escuela», defiende
«En España lo más conveniente para la salud es que exista un horario estable sin cambios durante el año; y que se mantenga de forma permanente el horario de invierno (GMT+1). Gracias a esto se conseguiría una mayor exposición a la luz solar durante la franja horaria laboral y escolar más habitual (8:00 am – 17:00 pm), especialmente en las primeras horas de la mañana», concluye la organización.