«Siempre que haya un infectado podrá resurgir la enfermedad»

-¿Se conoce lo suficiente del coronavirus para controlar la epidemia?

-Conforme avanzan los días, nos sorprende. Antes pensábamos que sólo afectaba al sistema respiratorio, y vemos que tiene afectación sistémica a varios órganos. El sistema nervioso central, los riñones, el corazón. Lo que nos queda por conocer es más que lo que conocemos.

-La Organización Mundial de la Salud dijo recientemente que, incluso en las zonas más afectadas, la población contagiada estaba entre el 2 y el 3%, ¿puede ser así en España?

-Sospechamos que es lo contrario, aunque falta hacer los estudios a la población, porque hay casos leves o asintomáticos y el porcentaje de los casos detectados es pequeño comparado con los afectados. Pero hasta no tener los estudios completos no podemos sacar conclusiones.

-¿La inmunidad colectiva está cerca o lejos?

-Yo confío más en la inmunidad adquirida por vacuna que en la inmunidad colectiva. Alcanzar la inmunidad de rebaño es muy complicado y no sabemos si llegaremos porque no sabemos, entre otras cosas, cuánto tiempo dura la inmunidad. Si dura años, al final la alcanzaremos. Pero si dura meses, podemos estar expuestos el año que viene.

-¿Lo ideal sería seguir con el confinamiento hasta que se logre poner la vacuna a la población?

-Algún grado de confinamiento habrá que seguir hasta tener tratamientos eficaces para que los enfermos no lleguen a niveles tan graves. Y desde luego la vacuna. Mientras tanto, siempre que haya un infectado podrá resurgir la enfermedad. Entonces las medidas de algún grado de confinamiento y distancia social se deben mantener. Probablemente no tan severo como éste porque hay que armonizar y permitir la actividad económica a cambio de ciertas medidas.

-¿Eso significa asumir un coste de vidas?

-La pérdida de vidas la tenemos todos los días y difícilmente se pude asumir, pero ahora tenemos más experiencia. Si hay un repunte sabemos cómo organizarnos más rápidamente y la respuesta será más eficaz que en el primer embiste. Todas las medidas de desconfinamiento que se propongan estarán muy observadas de cerca por nosotros que estamos en primera línea, para dar marcha atrás en caso necesario.

-¿Hay bases científicas para afirmar que el virus desaparecerá en verano?

-Es más un deseo que una realidad. No lo sabemos. Es verdad que estos virus con altas temperaturas se inactivan. Vemos que cuando las muestras se dejan a temperatura ambiente pierden capacidad de infección. Pero hay un primo hermano de este virus, el MERS, que vive en Arabia Saudita.

-¿Se puede tener un visión de la evolución del virus en España?

-Es evidente que el virus ha avanzado de forma distinta en la distintas comunidades. Hoy no estamos igual en Madrid que en Andalucía. Tienen situaciones epidemiológicas totalmente diferentes, por cómo ha entrado el virus, la arquitectura o el clima.

-Sin los estudios suficientes, ¿se toman las decisiones a ciegas?

-Se basan en los datos registrados de casos confirmados que infraestiman los datos. Son la punta del iceberg y por eso se quieren hacer los estudios de prevalencia.

-¿Son los centros de salud los lugares adecuados para tomar las muestras serológicas?

-Si seguimos en confinamiento, lo ideal es enviar equipos preparados para recoger las muestras en todos los domicilios, y evitar que la gente se acumule en los centros de salud, donde sería más lento. También se podrían poner muchos puntos ambulatorios donde la gente pueda hacerse la prueba.

La pandemia ha dejado lecciones, dice Julio García, a pesar de que las sociedades no estaban preparadas para encararla. «Las redes sociales y los medios de comunicación han permitido compartir información en tiempo real y es la primera vez en la historia que hemos tenido medios para diagnosticar y tratar en tiempo récord. Antes se tardaban años en encontrar al agente y encontrar el tratamiento. Hemos aprendido que hay que invertir más en salud pública y sistemas sanitarios y que un país no puede confiar en que podrá importar siempre ciertos insumos estratégicos. Hay que tenerlo presente de cara a futuras crisis».

-¿Se espera una segunda oleada?

-Puede ser. Depende de cuán cuidadosa será la gente cuando se relajen las medidas de confinamiento. Si la higiene y la distancia social se respetan no habrá tanto riesgo. Pero ya hemos visto la rapidez con que se reproduce este virus.

-¿El rebrote sería más suave o más dura?

-Depende de si el virus deja inmunidad o no. Con otros coronavirus hay estudios que dicen que podría haber personas que han pasado la enfermedad y podrían volverse a contagiar, pero menos severamente. Si la inmunidad con éste dura tres o cuatro meses y se pierden los anticuerpos estaríamos igual que al principio: expuestos como la primera vez. Si dura años, la segunda oleada será más leve. Pero desconocemos cuánto dura. En todo caso, en una subida de casos nos organizaríamos más rápidamente porque ya tenemos la infraestructura para atender más pacientes.

-¿Es posible que el virus haya salido de un laboratorio?

-Posible es todo pero no es probable por la evolución de diversos marcadores genéticos. Esas especulaciones no sirven más que para hacernos perder energía que deben emplearse en otras cuestiones más importantes.