María Neira avisa del «error» que podríamos cometer ante la bajada de incidencia de la covid
«Los países más ricos podemos controlar y convivir mejor con el virus, pero puede hacer que perdamos la capacidad de seguir monitorizando e investigando», advierte
Los datos que está dejando la pandemia de coronavirus dan lugar a la esperanza. Al menos así lo ve María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS). «Vemos la luz al final del túnel», ha asegurado la langreana durante el III Simposio del Observatorio de la Sanidad 'Mirando hacia el futuro del sistema sanitario'.
No obstante, es consciente de que aún no ha llegado el momento de relajarse. «Esa luz estará más cerca más cerca si aceleramos la vacunación a nivel global. Tenemos una bajada de atención porque los países más ricos podemos controlar y convivir mejor con el virus, pero puede hacer que perdamos la capacidad de seguir monitorizando e investigando. Sería un error» ha advertido Neira. Por ello, la doctora ha declarado que se debe seguir manteniendo la idea de que «el mundo es uno», la idea de que «si no ayudo a otros a mejorar su situación me puede afectar también a mí».
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La doctora ha relacionado la pandemia con el cambio climático, alegando que en ambos casos «todos vamos en el mismo barco». Y es que la asturiana ha dedicado buena parte de su intervención en hablar sobre la importancia de la transición energética para mejorar la salud de la población.
«En ningún caso podemos dar marcha atrás, no hay excusas. La excusa sería que aceleráramos la transición, que ya tendríamos que haber hecho hace tiempo» alegaba, añadiendo que, como asturiana, se negaba a la idea de volver a abrir las minas de carbón para intentar solventar la escasez de energía. «Me parecería un paso atrás tremendo y muy costoso. Hay que invertir en nuevas tecnologías para acelerar esa transición».
La directora de la OMS ha citado tres transiciones como las primordiales para una mejora saludable de la sociedad. La primera sería una transición a fuentes de energía «sostenibles y limpias, que no contaminen», ya que «la combustión de combustibles fósiles nos está costando muchas vidas y hospitalizaciones». La doctora ha explicado que los «hospitales están llenos de enfermedades respiratorias crónicas causadas o agravadas por esos contaminantes».
La segunda transición la ha relacionado con «ciudades más saludables», ya que la mitad de la población vive en urbes «muy densas, muy contaminadas y con mucho tráfico», por lo que acaba provocando una vida sedentaria que puede derivar en problemas de salud. También ha hecho mención al problema de combustibles, que «conlleva exposición a aire contaminado». Del mismo modo, para combatir la mala dieta generalizada, Neira ha hablado de una transición a «alimentos más saludables».
«Tenemos un sistema de producción de alimentos que no responde a las necesidades ni siquiera por volumen, porque el 30 por ciento de los alimentos los tiramos a la basura. Además, utilizamos cultivos intensivos, prácticas que contribuyen al calentamiento global, granjas intensivas o producción con demasiado transporte», remarcaba.