Borrar
En la imagen, el doctor José Guimón.
Buscar bienestar en el arte

Buscar bienestar en el arte

Artistas y escritores como Picasso, Breton, Frida Kahlo, Toulouse-Lautrec, Hemingway o Ramón Gómez de la Serna encontraron en la práctica artística reposo a sus trastornos psíquicos o impedimentos físicos. Un libro repasa la relación del arte y la enfermedad, al tiempo que confronta las terapias artísticas que existen en la actualidad

linda ontiveros

Viernes, 17 de junio 2016, 19:16

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El arte es capaz de curar, dicen. Para personas víctimas de abuso, demencia senil, pacientes con psicosis, entre otros, las terapias artísticas pueden ser efectivas. El libro 'Arte y salud mental, ¿existen las terapias artísticas?', del doctor José Guimón, catedrático emérito de Psiquiatría de la Universidad del País Vasco y profesor de la Universidad de Ginebra, repasa algunos de los tratamientos basados en el arte que se aplican actualmente, en países como Francia, Inglaterra, Suiza y Alemania. «La terapia por el arte se utiliza, junto a la psicoterapia dinámica, para facilitar la emergencia de conflictos que se encuentran sepultados en el inconsciente del paciente», afirma el doctor Guimón. «Para que provea beneficios, la terapia no debe tener aspectos perjudiciales para la salud, y debe ser realizada por profesionales bien formados, y no por individuos o empresas no cualificados que ofrecen procedimientos que son meras supercherías».

Trastornos psíquicos y actividad artística

Uno de los personajes ilustres a los que hace referencia el ensayo es Pablo Picasso. Lejos de esa imagen de dura personalidad «sus rasgos de conducta más patológicos eran el narcisismo y el miedo patológico a la muerte (tanatofobia)». También los surrealistas tuvieron estrecho contacto con la psiquiatría «como pacientes y compañeros de actividades revolucionarias», y llegaron a considerar la esquizofrenia como modelo de creatividad. «El surrealismo surgió a la par del éxito popular que el psicoanálisis tuvo en Francia», asegura el doctor Guimón. «Tanto el psicoanálisis como el surrealismo fueron revolucionarios porque subvertían el orden establecido. Algunos autores llevaron ese concepto a sus teorías sobre el arte (como André Breton) o a su vida (Antonin Artaud). Las pretensiones revolucionarias actuales en el arte empalidecen al compararlas con aquellas obras y vidas. En cuanto a Picasso, es difícil ser un pintor más creativo y productivo de lo que él fue. Su vitalidad a lo largo de una tan prolongada vida da idea de la riqueza simultánea de su vida interior», señala el psiquiatra.

Eficacia de las terapias artísticas

  • En el libro Arte y salud mental, ¿existen las terapias artísticas? se recogen los resultados de varios estudios que evalúan la eficacia de este tipo de tratamiento. Así, se encuentran diversos estudios no controlados sobre terapia del arte que defienden su aplicación en tratamientos integrados de pacientes mentales o enfermos crónicos. También sostienen que puede ser útil en un tratamiento integrado con personas que padecen anorexia y bulimia. Sin embargo, el doctor Guimón también señala que existe un cierto escepticismo general sobre este tipo de estudios. Por ejemplo, M. Jarrige y Cols., en Art-theraphy in anorexia the mediative elementes?, niegan beneficios en el tratamiento de la anorexia nerviosa

Al hacer un recorrido por algunas de las figuras más representativas del arte, y analizar cómo sus trastornos psíquicos afectaron su actividad artística, el lector se encuentra con pintores Frida Kahlo y Toulouse-Lautrec o el escritor Hemingway, algunos afectados por «los defectos físicos y las enfermedades invalidantes infantiles» que «favorecen la creatividad plástica». «En los casos de Frida Kahlo y Amable Arias, ambos padecieron graves daños corporales por accidentes que les mantuvieron en cama durante largo tiempo y les produjeron serias limitaciones», explica el doctor Guimón. «Ellos mismos reconocen en sus escritos que la actividad artística les permitió expresar su sufrimiento en sus cuadros y compensar de alguna manera sus insuficiencias. En el caso de Toulouse-Lautrec, que tuvo una grave alteración de su crecimiento corporal, llegó a decir si mis piernas hubiesen sido más largas, jamás hubiera pintado».

El doctor Guimón se interesó en la relación del arte y el bienestar personal desde su infancia. Fue aficionado a la pintura y a la escultura, y practicó «muy modestamente» la música hasta la adolescencia. «Luego, como no tenía cualidades suficientes, me limité a la contemplación de las obras de los demás», rememora. En su libro describe las bases biológicas y psicológicas de los tratamientos con arte, y describe sus indicaciones y métodos, discutiendo su eficacia. Por ejemplo, una de estas terapias en auge es la musicoterapia, gracias a que también puede ser un buen entretenimiento, incluso para personas afectadas por una enfermedad mental. «Desde hace tiempo se dice que la música amansa a las fieras y esa frase se puede aplicar también a los seres humanos con sufrimiento psicológico. En cualquier caso, a veces es difícil distinguir terapia y entretenimiento, porque no cabe duda de que muchas actividades recreativas pueden caber dentro del grupo de las llamadas laborterapias, que son útiles, sin lugar a dudas, para muchos trastornos mentales». Pero estos tratamientos tienen que haberse mostrado eficaces en al menos dos estudios, en los que la adjudicación de los pacientes a un tratamiento o a otro sea realizada al azar, según la Asociación Psicológica Americana, y, en este terreno, ya se están completando los primeros estudios rigurosos que demuestran la eficacia de las terapias basadas en el arte.

En España, esta búsqueda de bienestar en el arte viene desde principios del siglo XX. «La exposición del año 1915 del Saló del Arte Moderno organizada por Ramón Gómez de la Serna fue el punto de partida de la reflexión que intentaba reunir en los ambientes hispanos las teorías psicoanalíticas con la teoría constitucional de Kretschner», resume el doctor Guimón. «El progresista neuropsiquiatra Lafora intentó relacionar el arte cubista y la obra de los esquizofrénicos. El catalán Mira y López, en su manual de psiquiatría de 1952, incluyó una abundante documentación de pinturas y escritos del Hospital Pere Mata estudiándola desde la óptica del arte moderno. Desde los años sesenta y sobre todo en Cataluña ha habido un interés creciente en las terapias artísticas. En el País Vasco se ha desarrollado bastante la terapia por el arte en el hospital de Zamudio, en el de Basurto y en las unidades de día de AMSA. En estas últimas se han desarrollado cursos de formación de terapeutas por el arte, avalados por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU)».

¿Y a qué artista le hubiera gustado tener en una consulta? «A Pablo Picasso, aunque hubiera tenido que ser una consulta muy larga y sobre todo provechosa para mí», sentencia el doctor Guimón.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios