Lucía Feito, psicóloga: «El cambio de hora y el otoño son un verdadero reto invisible para el cuerpo y la mente»
La experta aporta en este artículo una serie de recomendaciones para adaptarnos al cambio horario
Cada año repetimos la misma escena: cambiamos la hora, anochece antes, los días se acortan. Y aunque parezca un gesto mecánico —mover las agujas del reloj— para muchas personas supone mover también su ánimo.
El cambio de hora y la llegada del otoño son un verdadero reto invisible para nuestro cuerpo y nuestra mente. Menos luz, más frío y rutinas alteradas son una mezcla perfecta para que aparezcan el cansancio, la apatía y el desánimo. No es debilidad ni sugestión: es biología. Nuestro reloj interno y nuestras hormonas (como la melatonina y la serotonina) necesitan reajustarse.
Los efectos ocultos del otoño
Lo que solemos llamar «pereza» es, en realidad, una respuesta de adaptación. Nuestro organismo reacciona a menos luz solar con más sueño, cambios en el apetito y, en algunos casos, ánimo bajo. Para algunas personas es un simple bajón; para otras, puede convertirse en ansiedad, irritabilidad o incluso un trastorno afectivo estacional.
De enemigo a aliado: otro modo de mirar el otoño
El otoño no tiene por qué ser sinónimo de tristeza. También puede ser una oportunidad para escuchar nuestros ritmos y ajustar hábitos. Si el verano invita a la expansión, el otoño invita al recogimiento y al cuidado. Aprovecharlo de esta manera puede transformar nuestra experiencia.
Claves para transitarlo mejor
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Busca la luz: sal a la calle en las horas de mayor claridad. Un paseo a media mañana puede ser más eficaz que un café.
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Cuida tu reloj interno: mantén horarios estables de sueño y comidas, incluso en fines de semana.
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Muévete: el ejercicio moderado al aire libre es un potente regulador del estado de ánimo.
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Planifica actividades que te ilusionen: no esperes a que llegue la motivación; programar planes agradables combate la apatía.
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Pide ayuda si es necesario: si el bajón se prolonga, acudir a un profesional puede ayudarte a recuperar el equilibrio.
Un nuevo ritmo para cuidarnos
El cambio de hora es inevitable, pero cómo lo vivimos sí depende de nosotros. Con pequeños gestos podemos suavizar su impacto y convertir esta época en un momento de pausa consciente y bienestar. Porque a veces, cuando el reloj se atrasa, lo que necesita adelantarse es nuestro cuidado personal.