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Dhaliwal en 2015, en un acto en recuerdo de un compañero asesinado. AP
El triste adiós del policía del turbante

El triste adiós del policía del turbante

Sandeep Dhaliwal fue pionero en Estados Unidos al conseguir patrullar con los símbolos sij. El viernes murió tiroteado en acto de servicio

rAFA TORRE pOO

Martes, 1 de octubre 2019, 23:09

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Solo tenían en común la barba. Sandeep Dhaliwal, mucho más tupida. Robert Solis, bastante recortada. El primero usaba turbante. Nunca se lo quitaba. El segundo tenía la cabellera rasurada. Dhaliwal era ayudante de sheriff en el condado de Harris, en Texas (Estados Unidos). Murió tiroteado el pasado viernes en un control rutinario de tráfico. Solis está acusado de su asesinato. Su condena, casi con toda seguridad, asegura el juez encargado del caso, Chris Morton, será «la pena capital». Todo el país lloró su pérdida. Fue un pionero. De ahí su fama. Ingresó en el cuerpo en 2009 y comenzó su lucha. No paró hasta convertirse, en 2015, en el primer policía estadounidense al que permitieron patrullar las calles con turbante y barba. «Fue un oficial audaz e innovador porque buscó y recibió el permiso para lucir los signos de su religión», dijo el alcalde de Houston, Sylvester Turner.

Su vida laboral fue una constante carrera de obstáculos. Superó todas las trabas burocráticas y los prejuicios que la sociedad estadounidense se formó contra el sijismo -la religión que profesaba- tras los atentados del 11-S. Los sij fueron colocados en el centro de la diana por quienes apelaron a la venganza en lugar de a justicia. Algunos fanáticos confundieron su aspecto -barba y turbante- con el de los autores de la masacre de las Torres Gemelas. Muchos sijs perdieron la vida.

El sijismo nació hace más de quinientos años en una región de la India como alternativa al conflicto entre hinduismo e islamismo. Su credo se basa en la igualdad y en el servicio a los demás. Sus seguidores, como el ayudante de sheriff ejecutado a balazos, se rigen por las '5 K': el 'kesh' o pelo sin cortar (no pueden rapar ninguna parte de su cuerpo); la 'khanga', un pequeño peine de madera con el que se recogen los cabellos; la 'kara', una pulsera de metal; la 'kechera', su ropa interior que debe ser de algodón; y el 'kirpán', una daga curvada que solo pueden usar en defensa propia o para proteger a los débiles frente a la injusticias.

Sandeep Dhaliwal ni siquiera pudo usar su arma reglamentaria. Paró a un vehículo en una calle del noroeste de Houston y, según la grabación de la cámara que llevaba instalada en su coche patrulla, recibió el impacto de dos balas por la espalda cuando regresaba tras haber charlado un par de minutos con su conductor.

Solis iba al volante. Se dio a la fuga, pero fue capturado. El juez le denegó el pago de fianza, se encuentra vigilado -hay riesgo de suicidio- y, según ha dejado entrever, tiene pie y medio en el patíbulo. Acumula un largo historial delictivo. Se encontraba en libertad condicional desde 2014 por un delito de secuestro con agravante cometido en 2002. Le faltaban tres años para ser libre por completo.

La noticia de la muerte del ayudante de sheriff del condado de Harris ha corrido como la pólvora por Estados Unidos. Su lucha por patrullar con turbante y barba le abrió la puerta de la popularidad. Sus allegados, además, destacan su generosa bonhomía. El sheriff del condado de Harris, Ed Gonzalez, compartió en Twitter una grabación que le envió un padre donde se veía a Dhaliwal dejándose poner y quitar las esposas por un menor. «Causó una impresión brillante en mi hijo, que es sordo».

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