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El ministro de Sanidad, Salvador Illa.

Sanidad fecha el momento «importante» del contagio masivo en la última semana de febrero

Illa evita reconocer que fue un error permitir las marchas del 8-M y sostiene que para entonces la epidemia ya se había desatado

álvaro soto

Jueves, 26 de marzo 2020, 03:46

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A pesar de las preocupantes cifras de la pandemia en España, solo comparables en todo el planeta a las de Italia, el Gobierno de Pedro Sánchez sigue sosteniendo que no ha habido errores en la gestión de esta crisis sanitaria. Tampoco hay sombra de autocrítica sobre la posible falta de anticipación que se le recrimina desde la oposición. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, situó ayer el «contagio importante» del coronavirus en la comunidad de Madrid en la última semana de febrero, evitando una vez más entonar el 'mea culpa' por el hecho de que su departamento no pidiera prohibir las manifestaciones del 8-M o los eventos multitudinarios de aquel fin de semana.

Y es que no solo se celebró la marcha por la igualdad, con una asistencia de unas 120.000 personas solo en la capital, sino también el congreso de Vox en Vistalegre y toda una serie de eventos deportivos y culturales, entre ellos sendos conciertos de Isabel Pantoja y Camela en el WiZink Center. ¿Deberían haberse prohibido esas concentraciones masivas? Desde amplios ámbitos políticos, sociales y médicos se defiende que sí, sobre todo porque las autoridades sanitarias europeas ya las habían desaconsejado a la vista de lo que ocurría en Italia y de la escalada que se empezaba a registrar también en España, en lugares como Torrejón de Ardoz o Valdemoro. Y máxime cuando el Ejecutivo ya debía ser consciente de la gravedad de la situación cuando el 9 de marzo pidió ayuda material a la OTAN, aunque hasta el fin de semana siguiente no decretase el estado de alarma.

Preguntado ayer expresamente en rueda de prensa telemática sobre si fue un error permitir la celebración de esos actos, Salvador Illa insistió en que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha ido dando respuesta a la crisis conforme ha tenido la información, siempre guiado por el criterio de los expertos y sus recomendaciones técnicas. Implícitamente, vino a decir que para el controvertido 8-M el mal ya estaba hecho. «Lo que detectamos la tarde noche del 8 de marzo se produjo ocho o diez días antes», explicó el ministro, aludiendo al tiempo que transcurre desde que se produce el contagio hasta que surgen los síntomas, se acude al médico, se hacen los tests y se comunican los resultados al Gobierno. «Estimamos -concluyó Illa- que hacia la última semana de febrero es cuando se produjo el contagio importante en algunas partes del territorio español, en concreto, en la Comunidad de Madrid». Justo las fechas en que la capital acogió la feria ARCO, con más de 90.000 visitantes, o acontecimientos deportivos de masas como el Real Madrid-Barcelona, el 1 de marzo.

A las acciones que el PP ha iniciado ya en el Congreso para que el Gobierno explique las repercusiones que ha podido tener la no prohibición de esas reuniones multitudinarias, se unió ayer la apertura de diligencias judiciales al delegado de Gobierno en Madrid por permitir esos eventos entre el 5 y el 14 de marzo y el aviso del Defensor del Pueblo, que no descarta investigar las decisiones tomadas por las administraciones públicas que pudieran revelar irregularidades en el marco de la lucha contra la pandemia de coronavirus. Lo hará, matizó, «en el momento adecuado y contando con los elementos de juicio suficientes».

Más respiradores

Por ahora, la prioridad absoluta es frenar la pandemia, y con ese objetivo el Ejecutivo informó ayer de que ha realizado en el mercado chino una gran compra de material sanitario por valor de 432 millones de euros, que comenzará a llegar a España a partir de mañana y que continuará de forma escalonada, semanalmente, en los próximos dos meses. Un anuncio que llega, eso sí, quince días después de centralizar la compra de bienes sanitarios y once más tarde de aprobar el decreto real de estado de alarma.

Según Illa, la partida más amplia será la de las mascarillas. Llegarán 550 millones de unidades, procedentes de tres proveedores, en el plazo de ocho semanas; dos empresas enviarán 950 respiradores desde abril a junio, y también arribarán entre marzo y abril 5,5 millones de pruebas rápidas de coronavirus de otras dos compañías y 11 millones de guantes en cuatro semanas, también de un par de proveedores diferentes. En cualquier caso, el ministro admitió que las adquisiciones realizadas hasta el momento no son suficientes, sobre todo, en el caso de los respiradores.

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