«Vivimos de espaldas al suicidio hasta que nos toca»
Romper el tabú. Han perdido a sus familiares o han intentado terminar con su vida y quieren contarlo para ayudar a otros: «Tenemos un problema grave y ya es hora de abordarlo»
AZAHARA VILLACORTA
Viernes, 10 de septiembre 2021, 01:29
Antes de suicidarse, Mayo le dejó una nota a su mujer, Alba, que aún no había cumplido los cuarenta y con la que tenía un hijo de ocho. Una nota en la que le explicaba las razones para terminar con su vida y con la que ella se obsesionó durante mucho tiempo. «Hasta que, al final, entendí que la había escrito en un momento de un dolor insoportable». Porque «dolor» es la palabra que más repiten los familiares de quienes se suicidan, supervivientes que se quedan «rotos», hundidos en una mezcla de culpa, estigma y rabia, «y para eso no hay ninguna vacuna, pero sí tiene que haber programas de prevención y tratamiento de las personas en crisis, que, hoy por hoy, son claramente insuficientes».
Así que, cuando la muerte de Mayo la golpeó a traición en 2019, Alba López tuvo que recomponerse pedazo a pedazo, porque era «de quienes piensan que eso nunca les va a pasar a ellos, cuando lo cierto es que le puede ocurrir a cualquiera». Un mazazo que, además, «se invisibiliza, porque los tabúes todavía pesan mucho en la sociedad» y «muchos no saben cómo tratar este tipo de duelos». Una mujer que se vio «sola» con su sufrimiento y que el año pasado decidió crear Abrazos Verdes, la primera asociación de Asturias que agrupa a familiares supervivientes de un suicidio, donde insisten en lanzar un mensaje: «Si a cualquiera de nosotros nos hubieran dicho en algún momento cosas tan básicas como que del suicidio hay que hablar, que no es verdad que quien lo dice no lo hace (incluso un 20% de las personas que fallecen acuden las semanas anteriores a consulta médica) y que no puede hacerse cargo solamente la familia porque se necesita una red de apoyo, seguramente las estadísticas de sobrevivientes a una crisis serían muchísimo mayores».
Pero la realidad es bien distinta y «suspendemos en recursos en la sanidad pública, donde faltan profesionales formados y un mayor seguimiento de los pacientes en salud mental». Solo un ejemplo: «En la Facultad de Psicología, en pleno sigo XXI, todavía no hay una formación específica sobre suicidio». La principal causa de muerte no natural en el país desde que en 2008 superó a los accidentes de tráfico, a los que ahora doblan, y en la que Asturias encabeza las estadísticas nacionales, con 128 suicidios registrados en 2019 por el INE. Y, pese a ello, España carece de un plan nacional de prevención del suicidio y de coordinación en las respuestas autonómicas, de manera que cada comunidad es un mundo. Pero aún más: los datos de los primeros meses de 2020 apuntan a una reducción de fenómeno respecto al año anterior, debido al confinamiento, pero ahora psiquiatras y psicólogos temen un repunte, porque la pandemia ha sacudido nuestra salud mental y «están aumentando mucho las autolesiones y los intentos de suicidio entre los jóvenes», alerta la presidenta de Abrazos Verdes, que sostiene que «las asociaciones están haciendo buena parte del trabajo que debería estar haciendo el personal sanitario».
Los datos son incontestables: España es el único país de la Unión Europea sin especialidad en psiquiatría de infancia y adolescencia. Un país en el que hay 9,8 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, frente a los 17,2 de media en la UE y el Reino Unido; y 16,2 psicólogos clínicos frente a 29,9, según las cifras de la Sociedad Española de Psiquiatría. Pero es que en Asturias, que, antes de que estallase la pandemia, ya registraba un suicidio cada tres días, las cosas no están mejor, con un 'Protocolo de detección y manejo de caso en personas con riesgo de suicidio' de 2018 pendiente de revisión y actualización y una estrategia de salud mental caducada.
Y, frente a este panorama desolador, expertos y familiares llevan años reclamando campañas de sensibilización, capacitación en distintos ámbitos (del sanitario al educativo pasando por las Fuerzas de Seguridad), una estrategia transversal nacional y «un teléfono gratuito de ayuda de tres dígitos, como el 016 de la violencia de género», anunciado por la exministra María Luisa Carcedo. «Porque todo el mundo sabe a quién acudir si tiene un accidente, ¿pero cuando tienes una crisis emocional a quién llamas? Pues, de momento, al Teléfono de la Esperanza (717 003 717), que funciona muy bien las 24 horas», resume la escritora Ana Vega, con varias tentativas a sus espaldas y que, desde los catorce años, se enfrenta a «unos servicios de salud mental saturados» que, «en muchos casos, se limitan a revisar la medicación del paciente y a citarles para dentro seis meses, de forma que solo puede acceder a una atención de calidad quien puede pagarla».
Y luego está el muro del silencio, porque «vivimos de espaldas al problema hasta que nos toca. Ten en cuenta detalles como que, hasta 1989, a las personas que se suicidaban no se les podía enterrar en un camposanto. Y eso fue antes de ayer», recuerda José Ángel Rodríguez, que perdió a su hijo y que todavía no ha podido explicarles a sus nietas por qué falleció su padre. «Tenemos un problema grave y ya es hora de abordarlo, porque no es ninguna vergüenza y porque habrá merecido la pena si conseguimos ayudar a una sola persona evitando su muerte».
Teléfono de atención en crisis: 717 003 717
Hoy se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, así que Abrazos Verdes ha emprendido su particular campaña de visibilización y reivindicación de la mano de Banksyastur, el activista que ha hecho virales sus señales de tráfico 'tuneadas' y que ha rebautizado a todas las Polas de Asturias 'Pola salú mental'. Unas imágenes que pronto se convertirán en un calendario que se venderá a beneficio de varias asociaciones como Abrazos Verdes. Pero si hablamos de prevención, por el momento, el recurso más eficaz que conocen es el número de atención en crisis del Teléfono de la Esperanza: 717 003 717. Según los datos de la Consejería de Salud del Principado, en 2019 se registraron 1.495 personas con algún criterio de riesgo de suicidio en Asturias. El 56% de las personas incluidas en el 'Protocolo de detección y manejo de caso en personas con riesgo de suicidio' fueron mujeres, con una edad media de 47,13 años. El restante 44% eran varones con una edad media de 50,86 años.
En lo que va de 2021, el Teléfono de la Esperanza registró 199 llamadas «con contenido suicida», que suponen un 43% más que el año anterior. Hoy se instalará una mesa en la calle Corrida de Gijón para informar sobre los factores de protección ante la conducta suicida.