La fiebre por el Sporting llega hasta el centro de Gijón: colas, fotos y autógrafos

Decenas de aficionados del Sporting se dieron cita en la tienda de Siroko, donde Guille Rosas y Rubén Yáñez acudieron a firmar a los aficionados y a fotografiarse con ellos. «Me dieron una sorpresa y Yáñez me firmó unas fotos», presumía Izan Aguirre, de seis años. Él era el primero de la larga cola que doblaba la cuesta de Fernández Vallín hacia la calle Begoña. «Llevamos aquí desde las cuatro», explicaba tras conocer a dos de sus ídolos, aunque si se tiene que quedar con uno de los jugadores de la actual plantilla lo tiene claro: «¡Dubasin!».

Al joven aficionado le encantaría que siguiese para el curso que viene, para el que es optimista: «Creo que podemos subir». Un sentir que comparte con Natalia, otra de las pequeñas que acudió a la tienda deportiva para ver a dos de los jugadores más queridos de la plantilla rojiblanca de carne y hueso. «Yáñez es muy grande de cerca», expresaba sorprendida. «Y Guille muy majo, me ha parecido muy agradable». Es precisamente el canterano su futbolista preferido del equipo, por lo que en su caso estaba de suerte. «El año que viene vamos a subir, seguro».

Además de pasión e inocencia, Izan y Natalia comparten que nunca han visto ascender al Sporting, ni recuerdan verlo jugar en Primera. Algo que no es obstáculo para el sentimiento de ambos. Mientras ambos se iban, más familias llegaban para ponerse a la cola de decenas de metros que rodeaba la manzana que sube desde el edificio de Correos hasta el paso de Begoña. Todos ellos fueron esperando pacientemente su momento para que los jugadores les atendiesen y poder compartir con ellos unos momentos en los que les desearon lo mejor, les transmitieron ánimos y aprovecharon para tomarse fotos con ellos y pedirles autógrafos. Otra tarde más de sportinguismo.

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