El Sporting, en punto muerto

Ramírez embistió con más población de ataque. Un poco 'pose' por el extraño papel de Cristo, a caballo entre el ataque y el trivote. El canario y Otero debutaron en la titularidad con 'MAR', compinches de Campuzano. El once iba corto de personal en el centro del campo, aunque estaba abrigado por los tres centrales, dando palique el técnico al debutante José Marsà. Buenos fundamentos técnicos y una interesante presentación. Fortaleció Ramírez al dúo de centrocampistas con esa atípica mudanza de Cristo, controlando a Gaku. Pero el debut de 'MAR' a domicilio se torció con un espantoso arranque y un gol tempranero, que pilló al Sporting con el sonajero. Flácido y preocupante atrás. Pateó Raba raso tras un saque de esquina mal rebotado y punteó Juan Muñoz. Pedro rompía el fuera de juego. Y el desvío del capitán de casa venció a Cuéllar, de vuelta a Butarque.

Tuvo una indigesta sobremesa el Sporting, animado por medio millar de aficionados, empotrado hacia su campo por la presión rival. Vulnerable en la trastienda. Franquesa, flamante fichaje de invierno del 'Lega' y excursionista habitual por la banda izquierda, estuvo a un tris de hacer el segundo tras una maniobra en la línea de fondo de Juan Muñoz, al que perdió de vista Nacho Martín. Los muchachos de Idiakez tenían el gobierno del choque, bastante mejor atornillados que el Sporting, retórico y nada profundo en sus posesiones. Presa fácil en Butarque. La grada bramó por un supuesto penalti de 'Cali', inexistente, tras otro pase a la espalda de los centrales rojiblancos. El equipo fue incapaz de dar las luces largas a Riesgo en la primera mitad. Absolutamente enclenque. Desprovisto de un mejor plan de ataque.

La situación de Cristo terminó dando más forma al trivote que a la ofensiva, algo más adelantado que Pedro Díaz, en una llamativa contorsión para un delantero. Buscando alargar y refinar la posesión, y acelerar la contra. Pero ni rastro del Sporting, al que dio vidilla la clarísima expulsión de Gaku, que se pasó de frenada ante Nacho Martín. Ya calentaban Varane y Zarfino para intentar remendar la nada rojiblanca, disimulada por la superioridad de personal, aunque solo saldría a jugar el uruguayo en el ocaso. Y eso que el 'Lega', desbocado por las protestas de alguno de sus jugadores, daba aliciente al choque. Coqueteaba con la segunda expulsión ante un árbitro de gatillo fácil. El único intento del Sporting antes del intermedio fue un centro de Guille Rosas que llegó botando a Riesgo. A la caseta entró el 'Lega' sin despeinarse atrás, pero en alerta amarilla –Nyom casi roja– tras un salto de Pedro con Juan Muñoz. El delantero acabó tendido en el suelo, pero sin mayores consecuencias. Se montó un quilombo importante. Sánchez López, el más desquiciado. Todo el tiempo.

El Sporting se despidió, desteñido, con un surtido de bombeos al área bien defendidos por los de casa. Quizá para mejorarlos, expulsado Jony al descanso no se sabe por qué, metió a Cote por Diego Sánchez. Pero no hubo más modificaciones. Perseveraron los tres centrales, innegociables, pese a la coyuntura, continuando Cristo casi como pareja de Pedro. Los dos, por delante de Nacho. Asomó con mejor cara el Sporting a la reanudación, acampando ya en el terreno del Leganés, parapetado en su campo.

Casi una hora después del inicio, 'MAR' repensó la idea. Pero ni con esas liquidó los tres pretorianos. Fueron reclutados Djuka y Jordan, que heredó el curro de Cristo y mejoró al equipo. Con atasco en hora punta en pasillos interiores, los centrales daban un paso al frente para estirar al equipo. Marsà inició el juego del Sporting en muchas ocasiones.

Atragantado, Ramírez metió más artillería con el desconocido Jeraldino. Dos delanteros puros junto a Otero. Y esta vez sí, una modificación del sistema, que abandonó los tres centrales por la urgencia y se anudó en un 4-3-3, con Nacho de 'equilibrador'. A través de centros al área llegó el Sporting a los morros de Riesgo. Jeraldino tuvo la mejor situación, pintada, pero su remate dentro del área se largó fuera tras un centro medido de Marsà.

La entrada de Jordan dio alegría al Sporting. Un pedaleo más fluido. Pero siempre a través del bombeo por bandas, con Cote percutiendo. Ya se había ido a la ducha Guille Rosas, expulsado por lo que pareció otro exceso arbitral en un partido saturado de tarjetas y alargado ocho minutos. Pero también el Leganés se animó. El mexicano paladeó el gol en un cabezazo, pero también el once de casa lo rondó con Arnáiz y Sergio González. No hubo más tiempo, capitulando un Sporting muy justo, enchironado en su ataque por el Leganés. Nada engrasado ni creciente. Preocupante.