«El mensaje de Orlegi es coherente, reflexivo y me hace ser optimista»
«El Sporting estaba estancado con la anterior propiedad. Pediría prudencia y paciencia para que el proyecto se asiente»
JAVIER BARRIO
GIJÓN.
Lunes, 4 de julio 2022, 02:58
Anda estos días Marcelino García (Villaviciosa, 1965) de vuelta a la acción, dirigiendo a decenas de niños en el 'Promisesoccer' que se celebra desde ... ayer en 'La Villa', de la que ya es 'Hijo Predilecto'. «Eso es un orgullo», admite todavía con los ojos emocionados sobre el reconocimiento de sus vecinos antes de entrar en materia y hacer rodar el balón. El exentrenador del Athletic, uno de los técnicos más respetados y exitosos que ha dado el fútbol español, atiende a EL COMERCIO en exclusiva para charlar del presente y del futuro... Y de su Sporting. Que no falte.
-¿Año sabático a la vista?
-Finalizó una etapa maravillosa en Bilbao. Por diferentes circunstancias consideramos que teníamos que hacernos a un lado. Ahora soy un entrenador que está en el mercado. Esperaré a que surja ese proyecto atractivo, ilusionante, que nos llene a todos para afrontarlo con el máximo optimismo. Pero sin prisa. Llevamos unos años con una trayectoria muy buena y creo que somos merecedores de un buen proyecto.
-¿En el extranjero?
-Estamos abiertos a que sea en España o en otra liga: la italiana, la Premier, que es súper atractiva, Francia... Veremos a dónde nos lleva el futuro. Siempre, repito, la paciencia es un factor importante en estos casos. Siempre intentamos actuar con ella.
-Conectó muy bien con el vestuario del Athletic. ¿Qué relación tenía con sus jugadores?
-Intentamos en el día a día sembrar una confianza en ambos sentidos para que fluya esa relación y todos seamos capaces de decirnos lo que pensamos con total libertad y máximo respeto. Nuestra experiencia con el Athletic fue maravillosa. Una plantilla con la que adquirimos un nivel de confianza tremendo, tanto a nivel personal como profesional. Había una creencia absoluta del cuerpo técnico en los jugadores y al revés. Nos ha costado mucho apartarnos de ese proyecto. Cuando veía que la mayoría de los jugadores estaban a gusto con lo que les proponíamos... Es lo que un entrenador quiere y con lo que goza cada día. Tuvimos esa fortuna de disfrutar cada día con la plantilla del Athletic.
-Resulta difícil de entender fuera de la atmósfera del Athletic que no continuara...
-Como manifesté, si la actual directiva que depositó su absoluta confianza en nosotros, al igual que el director general y el director deportivo, hubieran seguido, nosotros habríamos seguido. ¿Qué pasa? Pues que el proceso electoral, en el plazo que se celebraba, iba generando un camino, una serie de situaciones durante las que los candidatos tenían que tomar decisiones y, en ese proceso, nosotros percibimos que la confianza no era absoluta en nuestro trabajo. Aunque, posteriormente, en alguna de las candidaturas, y lo agradecemos, sí se dio. Pero los plazos, los tiempos, marcan. Creo que dentro de los mismos hubo situaciones que no beneficiaron para que siguiéramos. La trayectoria se nos quedó un poco corta, pero fue maravillosa. Estamos agradecidos a la junta directiva, a la afición, que nos demostró un cariño enorme en esos dieciocho meses y especialmente al final. Ahora, desear al Athletic todo lo mejor y a su entrenador, Valverde.
-Han dejado el listón alto.
-Espero que logren seguir un buen camino. Nosotros logramos jugar otra vez una final de la Supercopa después de haber eliminado al Atlético, luchamos hasta la última jornada por entrar en Europa, eliminamos al Madrid y al Barça en la Copa, la final de la Copa de la temporada pasada, ganar la Supercopa al Madrid y al Barcelona... Sí, nos sentimos orgullosos de estos meses. Creo que tuvimos un nivel muy alto.
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-¿Ha podido hablar con Ernesto Valverde?
-Desde el cambio, no. Coincidimos muy poco y eso que vivíamos muy cerca. Pero cuando coincidimos tuvimos conversaciones muy agradables. Le deseo todo lo mejor.
-¿Ve como una posibilidad real dirigir a la Selección cuando se termine el ciclo de Luis Enrique?
-Ser seleccionador es la ilusión de cualquier entrenador español, no solo mía. Veremos si esa ilusión se convierte en realidad. En la actualidad, esa realidad dice que tenemos un grandísimo entrenador que está haciendo las cosas muy bien. Si en el futuro Luis decide no estar, claro que me gustaría ser seleccionador. Pero igual que me sucede a mí, le pasa a la inmensa mayoría, supongo, de entrenadores españoles. Es una ilusión, pero muy alejada de la realidad actual.
-Todavía le queda carrera por delante. ¿Qué objetivo le falta por cumplir?
-No mucha, no mucha (risas). Como le decía antes, creo que nuestra trayectoria se merece un proyecto bueno. Es por lo que ahora mismo esperamos. ¿Si no se da? Pues tendremos que replantearnos la situación. Pero creo que nuestra trayectoria en los tres últimos equipos, Villarreal, Valencia y Athletic, indica que hay unos años de bastante éxito continuado y creo que somos merecedores de tener un proyecto ilusionante. El último lo fue y ojalá el siguiente.
-¿Sigue pensando que Barcelona y Madrid son cotos vedados para entrenadores como usted?
-Sí, tienen que darse muchas circunstancias. Lo considero algo muy, muy, muy improbable por no decir casi imposible.
-Para el Atlético sonó varias veces como posible sustituto de Simeone...
-No hubo nada. Fueron comentarios de los medios, pero en el Atlético pasa lo mismo. Tienen un grandísimo entrenador, un lujo para ese club porque así lo demuestran los años que lleva consiguiendo siempre éxitos. Admiro a Simeone como entrenador y es obvio que sería un bonito proyecto, pero la realidad dista mucho de lo que sería la ilusión. Le deseo a Simeone todo lo mejor. Me parece un gran entrenador y al que admiro.
-¿Y cómo ve a su Sporting y el desembarco del Grupo Orlegi?
-No tengo suficientes argumentos para hacer una valoración detallada. Sí que la nueva propiedad, por cómo está actuando y sus comentarios, parece que nos lleva al optimismo. El mensaje es coherente, reflexivo y con una idea clara de construcción de club. Me hace ser optimista. Creo que el Sporting estaba estancado con la propiedad anterior y el clamor de la afición era por un cambio. Y todo cambio genera ilusión y esta pueda verse aumentada por la coherencia en la transmisión del mensaje y en la toma de decisiones.
-Orlegi tiene puestos uno de sus pilares para la gestión en la 'inteligencia deportiva'. ¿Son tan influyentes los datos en el fútbol?
-La información siempre es muy necesaria. Los datos, perfectamente ordenados en función de una idea, van a argumentar la interpretación visual que tienes de lo que sucede. Esa interpretación apoyada en datos aumenta las decisiones positivas a tomar a nivel de estructura, juego, de perfil de futbolistas necesarios para practicar esa idea... Pero no se trata de sumar datos si no son condicionados a lo que quieres hacer. No vale un dato para un equipo con una estructura de juego y para otro con otra diferente.
-¿Tiene referencias del Grupo Orlegi?
-No suficientes, pero, independientemente de eso, la percepción es de ilusión por cómo llegaron y cómo están actuando. La mayoría estamos ilusionados. Como entrenador sí que pediría a esa ilusión la prudencia y paciencia necesarias para que un nuevo proyecto se asiente y vaya progresando. La inmediatez es difícil en el fútbol. Lo más importante para el Sporting es sentar unas bases sólidas.
-¿Más que un ascenso?
-El ascenso siempre ayuda y va a adelantar los plazos, pero si no llega en esta primera temporada, que tenemos que ser conscientes de que es muy complicado, porque hay un cambio en todos los órdenes, no significa que no estén sentando unas bases sólidas para que eso se produzca y luego se asiente. El problema del Sporting es que, pese a haber ascendido en varias etapas a Primera, no fue capaz de consolidarse y progresar como sí hicieron otros equipos, como el Celta, que vino también de un proceso concursal, o la Real. Pero el Sporting no tuvo esa capacidad para asentarse en Primera, que es lo que queremos todos los sportinguistas.
-El otro día, en la entrevista de Alejandro Irarragorri en EL COMERCIO, este hizo una mención a sportinguistas como usted: «Este club, en su situación, tiene que sumar voluntades y aliados. Bienvenidos todos los que tengan algo que aportar».
-En todo lo que pueda ayudar al Sporting, lo haré. Pero lo importante es dejarles trabajar, tener paciencia e intentar colaborar con esta nueva ilusión que se genera entre la afición sportinguista. A partir de ahí, los hechos dirán si el club se asienta en proyectos sólidos. El club, las instalaciones y la afición, son de una institución asentada en la parte media alta de Primera.
-¿Sería más fácil que usted regresase a un Sporting así?
-No sabes nunca qué puede suceder en el fútbol. No es fácil, pero no hay nada imposible. No sé cuál será mi camino. No creo que me queden muchos años de fútbol ya. Veremos el camino del Sporting. Lo que deseo es que sea con el mayor éxito posible.
-¿Decía que no le quedan muchos años entrenando?
-No me veo. Pero, bueno, hace mucho que llevo diciendo que no me veo (risas). También es verdad que tenemos un grupo numeroso trabajando. Somos un cuerpo técnico amplio, con gente joven y, como siempre hacemos, más que un pensamiento individual tenemos que unir nuestros pensamientos en beneficio del colectivo. Siempre lo respeté desde el inicio de mi trayectoria y lo haré hasta el final.
-Usted conoce bien al Villarreal, que fichó a otros dos canteranos del Sporting. Irarragorri defiende la creación de un modelo mejor, no la ruptura de relaciones.
-El fútbol base es muy complicado ahora. Los grandes clubes te pueden llevar a cualquier futbolistas. Vemos a niños de 12 años con representantes... Y hay clubes como el Villarreal, que trabajan de forma excelente la cantera. Sus instalaciones, de hecho, están encaminadas a eso. Luego vienen los grandes, como pasó en su día con Manu García y el City, y te los llevan. Estoy con esa reflexión de Irarragorri. Hay que intentar hacer las cosas bien y generar ese ambiente favorable para que estos niños se formen y crezcan, y tengan el orgullo y la ambición de jugar en el Sporting. También, claro, si el primer equipo tiene un discurrir débil, contradictorio, poco competitivo, eso ayuda a que salgan.
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