«¡Miguel, Miguel, Miguel de las Cuevas!»

Justo antes del inicio del partido, El Molinón desempolvó un viejo cántico de guerra que evocaba tiempos mejores. «¡Miguel, Miguel, Miguel de las Cuevas!». Fue un momento breve, pero mágico, con el ya exfutbolista tocando el césped y santiguándose, recibiendo una camiseta de manos de Joaquín y David Guerra. Y, sobre todo, el reconocimiento de una ciudad a la que hizo feliz.

Antes, a mediodía, De las Cuevas, que anunció su retirada el pasado 3 de febrero, desempolvó aquellos tiempos y se pasó un buen rato firmando autógrafos en la ‘fan zone’ que el Sporting habilitó en la Feria. Estuvo acompañado de Jorge García, excompañero suyo en el vestuario del Sporting, Gerardo Ruiz y, por supuesto, de Joaquín. «Me alegro mucho de que el club haya tenido este gran detalle con Miguel. Hay que felicitar a Joaquín y al presidente (David Guerra) por esta gran iniciativa», recalcaba el que fuera el preparador físico de los dos últimos ascensos.

«Todavía tengo un póster suyo de la celebración del gol, que además le fastidió aquella liga a Mourinho», comentaba un joven aficionado en la ordenada cola que se formaba para conseguir la rúbrica del futbolista que también marcó un histórico doblete en San Mamés. De las Cuevas firmó fotos suyas de otros tiempos, camisetas de Astore de aquella época y hasta alguna entrada de esa inolvidable tarde en Madrid, en la que el Sporting tumbó al Madrid de ‘Mou’, quien había tenido una agria disputa verbal con Preciado en la primera vuelta. Justicia divina para el sportinguismo.

«Miguel es un jugador muy importante en la última parte de la historia del Sporting, siempre estuvo ahí», concedía Arancha Cortina, que guardaba como oro en paño una fotografía con el alicantino en Mareo de 2010. «¿El gol del Bernabéu? Nos pilló en Gijón y recuerdo que salimos a celebrarlo con la camiseta. Fue una locura la que se montó», completaba. Recogía el testigo Gerardo Ruiz. «Miguel de las Cuevas significa mucho a nivel deportivo para el Sporting y, en lo humano, es un amigo. Hicimos una amistad duradera. Si como futbolista era bueno, como persona, mejor todavía», destacaba el que fuera su preparador físico en el club: «Era un jugador de otra categoría, goleador, gran futbolista, elegante, con una técnica exquisita. Con nosotros, además, adquirió una gran condición física para sobresalir un poco más».

Su familia, con su mujer y sus hijos a la cabeza, presenciaron el homenaje, emocionados, desde el palco, en el que también se dejó ver Alfonso Villalva, vicepresidente del consejo de administración del Sporting, y también algunos docentes del Colegio Rey Pelayo, invitados tras reanudar su actividad. Antes del inicio, El Molinón guardó un respetuoso minuto de silencio por la memoria de Javi Dorado y Martínez, exfutbolistas del Sporting que fallecieron recientemente.

En la previa, Gustavo Alonso, presidente de Unipes, participó en la campaña de FASFE que reclama un fútbol más considerado con el aficionado, con peticiones sobre el precio de las entradas y los horarios de los partidos, entre otras muchas.