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El defensa Borja López, sentado en uno de los banquillos del campo número 2 de las instalaciones de Mareo, antes de su entrevista con EL COMERCIO.

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El defensa Borja López, sentado en uno de los banquillos del campo número 2 de las instalaciones de Mareo, antes de su entrevista con EL COMERCIO. ARNALDO GARCÍA
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Sporting | «Estoy aquí para hacer realidad mi sueño de jugar con el Sporting en Primera División»

Borja López, futbolista del Sporting ·

«Llegaremos en la temporada hasta donde marquemos. Este equipo no puede dar un balón por perdido»

JAVIER BARRIO

GIJÓN.

Viernes, 23 de agosto 2019, 03:15

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Asoma Borja López (Gijón, 1994) por la puerta del vestuario. Sonriente, todavía vestido de corto, aún con las botas puestas. Impresiona su afilada figura, la de un futbolista hecho y derecho, curtido en experiencias, pero que se expresa al mismo tiempo con la ilusión de un niño en su regreso al Sporting. La cicatriz que luce en su rodilla izquierda le recuerda cada día su camino, que le llevó hasta Split, en la costa Dálmata, antes de volver a casa con un saco de experiencias. «Bilic me ayudó mucho allí. Desayunábamos muchas veces juntos», recuerda en una entrevista con EL COMERCIO, a un paso de volver como local a El Molinón.

-Dicen que la liga croata no es para futbolistas blandos.

-Es una liga muy física, sobre todo por los delanteros. Suelen ser altos y muy fuertes. Siempre hay que estar concentrado en el juego aéreo. Aunque la gente no la conoce bien, como yo antes de jugar allí, es una competición complicada. Me fui a Split porque había un entrenador español en aquel momento, Joan Carrillo, y un director deportivo portugués al que también conocía. Ellos me explicaron qué me iba a encontrar y lo comprobé. Jugué en una liga muy competitiva y con el aliciente de tener la oportunidad de participar en previas de la Liga Europa. Fueron dos años muy buenos.

-¿Casi una reinserción profesional después de todo lo que pasó?

-Sí. Después de la lesión (una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda que sufrió en 2014) pasé dos años complicados. No fue fácil. Viví cambios de equipo. No tenía continuidad... Mi etapa en el Barça B sí que fue muy buena. Me dio la oportunidad de compartir vestuario con el primer equipo y entrenar mucho con sus jugadores. También disputé muchos partidos con el filial, pese a no tener la continuidad que pretendía, pero sí que participé en más del 50% de los encuentros. Luego tomé la decisión de salir a Croacia y fue la correcta. Me vino bien para madurar.

-¿Confiaba al principio del verano en volver al Sporting?

-Siempre soñaba con volver a casa, pero la verdad es que no pensaba que fuera a ser de esta (sonríe). Pero surgió así, con el interés del Sporting al final de la temporada pasada. Miguel (Torrecilla) me dijo que estaban interesados, que me estaban siguiendo estos años. Me ilusioné mucho con la vuelta, pero se hizo larga con la pretemporada. Por suerte se pudo hacer. Estoy muy contento.

-¿Ha perdonado mucho dinero?

-Querer volver a casa... Las pretensiones que tenía el Hajduk eran muy elevadas y el Sporting no podía llegar. Fue un tira y afloja entre los dos clubes y yo puse un poco la guinda para que se pudiera dar la situación. Volver al Sporting es lo máximo para mí. Tenía muchas ganas. En el fútbol no todo es económico. En mi caso tenía esa espina clavada de haber podido disfrutar solo seis meses del primer equipo. Se habló de que me había ido por dinero. La verdad es que todo fue muy rápido y la del Mónaco era una oportunidad única. No puedo cambiar por casi nada lo que me pasó. Los años que viví en Mónaco fueron muy buenos. Compartir vestuario con gente como Falcao, Abidal, Carvalho. Pero si tuviera que cambiar eso por algo sería sin duda por jugar con el Sporting en Primera. Para eso estoy aquí, para que ese sueño se pueda hacer realidad.

-¿Llegó a asumir que no volvería a jugar en el Sporting?

-No, porque la ilusión la tuve siempre. Está claro que dependía de muchos factores. Primero, que me quisieran, que fue decisivo en esta ocasión porque hubo ese interés desde el final de la temporada. Sé que me habían seguido en los últimos años y eso también era importante para mí. Pero luego tenía que darse la operación y hablé con la gente del Hajduk. Quería volver, no escuchar otras ofertas. Todo se dio bien.

-¿Cómo recuerda aquel partido de la lesión con el Rayo contra el Villarreal?

-Con el Rayo conservo como un momento imborrable el debut en el Bernabéu, que era mi estreno en Primera, pero también ese recuerdo malo. Con el paso del tiempo me doy cuenta de lo duro que fue. Hasta que uno no tiene una lesión de ese tipo no valora igual el día a día. Estás apartado seis meses hasta que recibes el alta, más otros tantos que necesitas para estar al cien por cien. En mi caso fue más. Llegué a necesitar un año y medio para volver a sentirme futbolista y coger el ritmo. Es muy duro, pero hice mucho trabajo durante esa etapa. Salió todo bien. Nunca tuve recaídas de la rodilla y físicamente me encuentro muy bien desde aquello.

-¿Vio repetida la jugada?

-La vi por televisión después. No tuve problemas en hacerlo. Cuando sucedió pensé que había sido un contacto con el delantero, saliendo a presionar a (Giovani) Dos Santos, que era entonces el delantero del Villarreal. Noté que algo se partía en la rodilla. Pensé que había sido del choque, pero luego ya me di cuenta de que era algo grave. Espero no sufrir nunca más una cosa así. Ni que le pase a ningún compañero. Sé lo que pasó Isma Cerro hace bien poco y espero que no le vuelva a suceder a nadie.

-¿Ha cambiado mucho desde que salió del Sporting con 19 años?

-Un poco sí. Con los años vas madurando, es normal. A ciertas edades uno siempre cree que juega bien y que todo es perfecto, pero creo que ahora soy más maduro. Leo mejor el fútbol y me sé posicionar. Eso lo da la experiencia. Me pongo a mirar partidos con el Sporting de cuando tenía 18 ó 19 años y era totalmente distinto.

-¿Se saca muchos fallos?

-(Risas). Demasiados, sobre todo en temas de concentración. A esa edad me dejaba llevar más. No hablaba tanto con el compañero y, sin embargo, ahora le doy mucha importancia a hablar con el otro central, con el mediocentro. Coordinar la línea, los aspecto tácticos... He aprendido mucho con todos los entrenadores que he tenido. Este proceso creo que me ha hecho más completo y, lo que le decía, que leo el fútbol mejor que antes.

-¿Qué se ha encontrado en Gijón?

-Una pasada de vestuario. Tanto la gente que estaba en la casa, como la que ha llegado de fuera, es de diez. Hay muy buen rollo y es importante. Dentro del campo veo lo comprometida que está la gente. Yo llegué al final del último tramo de la pretemporada, pero pronto me di cuenta del gran grupo que había. Todos estamos mentalizados para la temporada, que va a ser dura. Vamos a necesitar a todos para lograr el objetivo.

-Llega fino y con ritmo.

-También porque llevo más pretemporada. Apenas tuve vacaciones, solo dos semanas. Hice una pretemporada larga en Hajduk, que me vino muy bien, y llegué más rodado. Me encuentro muy bien.

-Se ha ganado un sitio en el once.

-Es el entrenador el que decide. Yo trabajo para estar el domingo en el campo. Tengo muchas ganas de que llegue el partido del domingo y verme en el once otra vez, pero es el míster el que decide y hay mucha competencia, además de una buena relación con Babin, Marc (Valiente) y Cordero. Eso ayuda a que seamos mejores y demos todo.

-¿Qué tal el encuentro con el VAR?

-(Risas). Fue un poco raro. Para mí también fue la primera vez con el VAR.

-A usted se le ve especialmente enfadado en las imágenes tras la expulsión de Damián...

-La acción de la roja nos perjudicaba mucho. Quedaba tiempo por delante, era el primer partido, empatados, contra un gran rival. Sabía que iban a lanzarse como motos a por nosotros, pero lo hicimos muy bien. Nos pudimos poner por delante y fue una pena al final que se diera el empate porque creo que merecimos más. Lo tuvimos ahí y fue una lástima ese error final que nos hizo perder los tres puntos, pero hay que mirar al frente y aprender de eso. Al final tenemos que hacer ese punto bueno este domingo.

-Regresa a El Molinón...

-He soñado muchas veces con volver y es un orgullo estar aquí. Cuando estaba fuera fui a ver varios partidos de espectador, incluso bajé al vestuario a ver a los compañeros. Pero llevo desde el último partido sin pisar el césped. Tengo muchas ganas de volver.

-Conoce a Paco Jémez, ¿qué Rayo espera?

-Conozco también a Trejo, Tito, Embarba... Nos vamos a encontrar un equipo de las características típicas de Paco: valiente, que va a sacar el balón jugado desde atrás, que cuando lo pierde hace una presión rápida. Y arriba tiene gente muy peligrosa. Tenemos que estar muy atentos porque sabemos el potencial que tiene, igual que el Girona. Son recién descendidos, con más medios económicos, y van a estar arriba. Pero jugamos en casa y tenemos que demostrar que somos un gran equipo y que queremos los tres puntos.

-¿A dónde llegará este Sporting?

-A donde marquemos. Si luchamos cada partido como una final, estaremos arriba, seguro, pero esto es muy largo. Hay que pensar solo en el Rayo.

-¿Qué pálpito tiene?

-Muy bueno. Soy de aquí, jugador del Sporting, pero también aficionado. Es normal la ilusión que hay con el proyecto que se ha hecho, yo la tengo, con gente de la casa y jugadores con experiencia. Lo importante es que haya una buena conexión con la grada y que la gente se vea reflejada con este equipo. Este Sporting no puede dar un balón por perdido.

-¿Volvería a irse?

-(Sonríe). Ahora quiero disfrutar en el día a día. No pienso en eso. Espero que si ese momento llega, sea lo más tarde posible. Ahora, a disfrutar de cada partido y dar todo por esta camiseta.

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