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Un renacimiento a lo grande
Sporting

Un renacimiento a lo grande

Cerro y Traver alcanzan el primer equipo tras revitalizar sus carreras en el último año | Una grave lesión ralentizó el crecimiento del cacereño, mientras que el extremo se había estancado en las inferiores del Levante

JAVIER BARRIO

GIJÓN.

Martes, 19 de junio 2018, 01:22

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Las carreras de Isma Cerro (Cáceres, 1995) y Álvaro Traver (Valencia, 1993) avanzaban a pedales hace un par de años, sobre todo la del segundo. Los dos habían tocado techo y descendido de forma prematura. Uno, el primero, con virtudes para jugar en el enganche o en cualquiera de las dos bandas, fue la joya de la corona en las categorías inferiores del Madrid. Con 16 años se marchó a la capital a probar fortuna. Firmó un contrato importante. Pero se rompió el ligamento cruzado y el menisco en aquella primera temporada. El reenganche le costó, todo lo contrario que su amigo Burgui, que subió como la espuma. El segundo representaba no hace tanto el futuro del Levante. Un extremo de los de antes, rápido y vertical. Sucedió que pasaron los años y fue engullido por la Segunda B. Hasta que pisó Mareo.

La excelsa temporada del Sporting B, cincelado por José Alberto López e Iván Hernández, ha lanzado a estos dos futbolistas de ataque hasta el primer equipo rojiblanco, al que llegarán de la mano de sus compañeros Cristian Salvador y Juan Rodríguez, además de Nacho Méndez y Dani Martín. Los seis con todos los reconocimientos del fútbol profesional, bendecidos por un dorsal de la primera plantilla. La confirmación llegó en la voz de Miguel Torrecilla, enfrascado hoy, entre otras cosas, en buscar nuevos elementos para el ataque. A ese aliño del mercado pretenden responder estos dos futbolistas, estimulados por una especie de renacimiento en su carrera tras pasarlas canutas.

«Isma es un jugador ofensivo que puede actuar en varias posiciones del ataque. Técnicamente es un futbolista muy interesante: es fuerte, tiene un tren inferior potente y una muy buena arrancada. Además posee un buen golpeo con ambas piernas», precisa Manolo Sánchez Murias sobre el cacereño. Diferente es el valenciano, domiciliado en la localidad de Algemesí. «Traver es un jugador específico de banda. Ofensivo, con muy buen cambio de ritmo y que aprovecha bien los espacios. Con el balón tiene capacidad para desbordar. Es vertical y profundo», describe sobre el extremo. «Para que nos entendamos, uno sería un estilo Rubén García, quizá con más gol y no tanto pase, y otro un estilo Jony», apostillan en Mareo.

Aunque entre un sector del sportinguismo sorprendió de inicio la apuesta por Traver, en detrimento por ejemplo de un jugador como Berto Cayarga, en Mareo no tenían muchas dudas. Detectadas las carencias de la primera plantilla, sobre todo una que se ha repetido en los últimos años, salvo con el respiro de Jony por la izquierda, buscaban algo más específico para una de las dos bandas. Un futbolista que ensanchara el campo, diferente. Y a criterio de los técnicos, el extremo valenciano, que se desboca por la derecha, pedía a gritos una oportunidad, insistiendo en la casa en que, si bien no arrancó bien el curso, terminó resultando uno de los jugadores más entonados del filial con el avance del año.

Un verano muy largo

La explicación a esa escasa chicha del comienzo se encuentra en un verano demasiado largo. Repescado tras una cesión al Logroñés, el Levante le dejó en tierra de nadie en la época estival. Con 24 años -ahora tiene 25-, sin saber qué hacer con él, terminó por enviarle a ejercitarse con su filial. Perdió ritmo de competición durante ese mal trago. Y su fútbol, la velocidad y frescura que tanto le hacen falta para brillar. Por eso, insisten en Mareo, le costó unos meses entrar en calor. Cuando lo hizo, se convirtió en un futbolista muy influyente en el Sporting B, finalizando el curso con 7 goles, aunque solo jugó 18 partidos como titular. En sintonía con el criterio de Torrecilla y los técnicos, en las oficinas del club avalan su subida, considerando que tiene nivel para medirse a los laterales de Segunda.

Isma Cerro es harina de otro costal. Un futbolista académico, con imaginación y talento, y alma de mediapunta. Y mucho gol. Anotó, de hecho, cinco goles más que Traver en el último curso, el de su explosión tras una larga travesía por el desierto. Se encasquilló, primero, en las etapas previas al Castilla, al que no llegó, y, después, resultó indiferente en su año en Santander y en su primera etapa en el Sporting B. Los que le conocen avisan de que, en las condiciones idóneas, dispara su nivel de rendimiento. La falta de confianza, por el contrario, penaliza su fútbol, que se desconecta. Le pasó en los últimos años, aunque el reto que se le presenta ante sus ojos es otra historia. Para los dos.

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