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Sporting de Gijón 1 - 0 Zaragoza: una victoria como un castillo
El Sporting de Gijón suma tres puntos de oro gracias a un gol de Juan Otero y a una defensa numantina tras las lesiones del colombiano y de Gaspar, y la roja de Dubasin en la primera mitad
Tres puntos como un castillo, ganados por una mentalidad de hierro, agarró ayer el Sporting de Gijón. El tercer triunfo de Borja Jiménez ... se sudó hasta el extremo por un equipo jabato, el orgullo de El Molinón, durante un duelo desigual en el que defendió el gol solitario de Juan Otero frente a un cúmulo de desgracias: la lesión de Gaspar, la rotura de fibras del colombiano y, por supuesto, la roja de Dubasin. A partir de ahí, con toda la segunda parte, asomó un Sporting digno heredero de Pelayo. Un equipo que nunca se venció frente a una oleada de contratiempos y a un arbitraje tan quisquilloso como excesivo para los de casa, que ya están en números de 'play off', pero que acabaron con un parte de guerra considerable. Corredera, por sanción, sumó a las bajas.
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Sporting
Rubén Yáñez; Guille Rosas (Kevin Vázquez, m. 82), Pablo Vázquez, Perrin, Diego Sánchez; Álex Corredera (Loum, m. 82), Justin Smith; Jonathan Dubasin, Gelabert (Amadou, m. 45), Gaspar Campos (Nacho Martín, m. 35) y Juan Otero (Pablo García, m. 45+4).
1
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0
Zaragoza
A. Rodríguez, Insua, Tachi (Sebas Moyano, m. 59), Soberón (Pau Jans, m. 59), Raúl Guti, Francho, Pomares, Radovanovic (Saidu, m. 38), Aguirregabiria, Valery (Kodro, m. 75) y Cuenca (Dani Gomez, m. 59).
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Goles: 1-0: m- 24, Otero.
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Árbitro: : Germán Cid. Amonestó en el Sporting a Borja Jiménez, Corredera; y en el Zaragoza a Aguirregabiria. Expulsó a Dubasin con tarjeta roja.
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Incidencias: partido disputado en El Molinón ante 22.640 espectadores.
Antes del zafarrancho de combate, el Sporting enfocó al Zaragoza, que asomó con garbo y la advertencia de que no venía a El Molinón a atecharse, con el once que ya se recita de carrerilla. La pelota se movió con cadenas, discutida, en el inicio. Sellés invocó una presión alta para su equipo, aplicado en el orden. De entrada, un oponente áspero, sin el comportamiento de un 'farolillo rojo'. El once de Borja tardó en aposentar su fútbol, muy retórico.
Sí que olfateó sangre, descubriendo una rendija en la trinchera del Zaragoza, a través de un balón largo. Pablo Vázquez vio el descuelgue de Otero, libre de pretorianos. El colombiano atrajo a sus marcadores y tocó. También Dubasin. Gaspar, notable hasta su lesión, cargó por ahí y finalizó con una estampida y un remate por encima de la portería. La acción estiró al Sporting.
El equipo seguía algo rígido, pero jugando ya cuesta abajo. Tuvo que recurrir, eso sí, a la estrategia para descorchar. Un córner concedido por el portero Adrián Rodríguez lo pateó Gelabert en una acción de laboratorio. David de Dios, encargado del entramado, concentró cuatro futbolistas cerca del área pequeña. Sirvieron de pantalla para que Otero se posicionase solo, a la chita callando, a la espalda de sus compañeros, con Guti viendo el fuego de lejos. El colombiano embistió a gol con un cabezazo duro.
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Cerca del minuto cuarenta, un serial de problemas. Uno tras otro, hasta el intermedio. Borja Jiménez ya se vio obligado a reajustar por la lesión de 'Gaspi', que había salido malparado de un golpe en la clavícula. Nacho Martín saltó al césped de '10', a la nuca de Otero. Gelabert hizo las maletas y se mudó a la izquierda. El resultado en contra empujó al Zaragoza, que se cosió el balón. No había, en todo caso, grandes apuros en el rancho de Yáñez. Pero los maños rondaban. De camino a la caseta, una serie de malos despejes y pérdidas propias enclaustraron al equipo. El partido se torció por completo. Ya de entrada, Yáñez despejó un remate de Francho y salvó, un parpadeo después, el gol sobre la línea, en el rechace, de Soberón.
Los problemas reales, los que empinaron la segunda mitad, llegaron a raíz de la lesión de Otero. El músculo aulló tras una arrancada, siendo relevado por Pablo en otra pirueta de Borja, corto de munición. El colmo de tanta desgracia llegó en la roja posterior de Dubasin. El chivato del VAR, en el fútbol de 'frames', le cazó disputando un balón con el codo sobre el rostro de Pomares. Encanijado por los contratiempos, el Sporting se metió en la caseta después de que el Zaragoza protestase un gol anulado.
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A grandes males, razonó Jiménez, grandes remedios. A El Molinón no le gustó ni un pelo que Gelabert se quedase de miranda para la segunda mitad, irrumpiendo Amadou. El abulense dio un giro brusco a la pizarra: una defensa de cinco, una línea de tres centrocampistas y el senagalés, de pértiga. Un llanero solitario, acompañado en fase ofensiva por Nacho Martín. Tocaba apretar los dientes. Resistir frente a un rival que iba a más. Corredera veía la quinta tarjeta.
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Germán Cid
El Sporting necesitaba descansar más con la pelota, pero apenas la cataba. Casi todo el tiempo lo pasaba acuartelado, rebotando balones. El susto no salía del cuerpo en un encuentro de mucha bronca, manejado con astucia callejera por el Zaragoza. Germán Cid alimentaba la picaresca visitante. Tiquismiquis con los rojiblancos, flexible con los maños. El Molinón se empezó a poner vinagre. Borja Jiménez, amonestado, se desesperaba. El Sporting aguantaba. Primitivo, jabato.
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Sellés seguía y seguía metiendo cambios. Los centros sobrevolaban el área de Yáñez. Germán Cid, a diferencia de Dubasin, sí perdonó el manotazo de Sans a Diego. Loum y Kevin sustituyeron a Corredera y Guille, reventados. El Zaragoza, nervioso, empezaba a perder el hilo, estrellándose contra una roca. Pura fe y tres puntos de campeonato.
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