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Manu García conduce un balón en la visita del Albacete a El Molinón, en la que marcó un gol, entre Roman Zozulia y Barri. JUAN CARLOS TUERO
Sporting | Manu García sube al ataque
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Sporting | Manu García sube al ataque

El Sporting registra su techo de remates (14) en los dos partidos del '16' como mediapunta | Los rojiblancos muestran su mejor versión con el canterano entre líneas y dos extremos profundos en banda

JAVIER BARRIO

GIJÓN.

Martes, 24 de septiembre 2019, 01:22

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En el peor momento, con el Sporting a un punto del descenso y el técnico a escrutinio, José Alberto parece haber encontrado un interruptor en la oscuridad. Aunque aún insuficiente, boicoteada por las balas malgastadas en ataque (Aitor y especialmente Djurdjevic tuvieron ocasiones de sobra para sentenciar), la ración de buen fútbol que ofreció durante una hora el equipo frente al Racing de Santander abre un camino. No llegó el domingo para embolsarse los tres puntos, pero porque el equipo se desplomó perdonando vidas y por treinta minutos finales demenciales. Como el día y la noche. Pero la primera impresión, la más duradera, fue la mejor de este arranque.

Lanzado por Manu García, por primera vez en siete jornadas de titular en la mediapunta, el Sporting llegó al área rival como nunca. Produjo un total de 14 remates, cuatro de ellos a puerta, y fabricó opciones tan claras como el disparo fuera de Aitor García y el desafortunado cabezazo de Djurdjevic. Solo hay un precedente con tanto volumen de acercamientos: la visita del Albacete, en la que el 'ex' del Manchester City actuó también en el enganche en la segunda mitad, cuando el equipo se desmelenó y el canterano se estrenó como goleador. No parece casualidad. La ubicación del '16' marca un camino. Con él cerca del área, los problemas se multiplican para los rivales. Sus conducciones y pases se envenenan.

Iván Ania fue muy gráfico en su observación de la incidencia que tuvo el domingo Manu García entre líneas: «Sabíamos que teníamos que fijar a Manu, pero se descolgaba desde la posición de Alexis porque 'Djuka' estaba fijando a Jordi (Figueras). Alexis no podía salir y Manu se nos metía continuamente a la espalda de Kitoko. Nos estaba haciendo daño. Nos costaba manejar esa situación con él». Tanto que fue el más regateador del Sporting (4) y el que más faltas recibió del partido (6). En el club hay consenso sobre cuál es la ubicación que más le va, aunque José Alberto no lo ha tenido tan claro, atendiendo a sus explicaciones y actos. Esto también ha acarreado un importante desgaste en el crédito del entrenador.

La autocorrección del técnico el domingo impulsó al Sporting en ataque durante más de una hora de partido, mejorando la gestión de balón, con un gran Nacho Méndez en la creación. Hasta este domingo, los registros de posesión eran muy pobres, subiendo ante el Racing al 58%, pese al mal tramo final, más democrático. Además, la entrada en juego de los dos extremos puros de la plantilla, Traver y Aitor García, embalaron la apuesta, más ancha y profunda. El valenciano estuvo a un muy buen nivel hasta que le ahogó la falta de actividad, mientras que el onubense protagonizó situaciones de peligro, manteniéndose su gran talón de Aquiles en la finalización.

En el lado negativo de la balanza está claramente la mala digestión que hizo el Sporting del gol del empate racinguista. Una vez más. Perdió el control, cedió terreno y los cambios profundizaron en ese bajón. Con la retirada de Nacho Méndez, el equipo se desequilibró más, retrasándose Manu García de nuevo al mediocentro, con la lógica pérdida de tacto en el último pase que se había ganado. El Sporting recuperó sus malos vicios y comenzó a funcionar a pelotazos, buscando alguna peinada de Pablo Pérez, de nuevo corriendo desde la banda, con dos delanteros que no tuvieron ni provocaron ocasiones.

Problemas del lateral zurdo

Como atenuante, José Alberto se encontró con serias dificultades para remendar el lateral izquierdo ante el Racing, con Damián Pérez y Unai Medina de baja, alineando a Carlos Cordero, quien pasó muchos apuros en la banda. Ese punto débil lo olfateó el Racing, tratando de trasladar el partido a esa zona. Por ahí llegó el daño, primero empujando con Yoda y después con Nico Hidalgo. Al final, entre los dos fabricaron el gol del empate, con el segundo dejando atrás al extremeño, sin que Pablo Pérez le auxiliara, para que el francés venciera a Mariño. También se escapó al control de José Alberto la falta de gol de sus hombres de ataque, que comprometieron seriamente la victoria con un mal día. Con todo, la tarde dejó luz sobre la sombra.

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